CANDIL LITERARIO
Nº 44 ANNO III
Madrid, 12 de octubre de 2024
Querido Enrique, hemos celebrado un nuevo Día de la Hispanidad y de las Fuerzas Armadas del que podemos destacar algunos detalles: uno, el gobierno mexicano nos exige disculpas formales por la cruenta conquista de su territorio y el trato vejatorio sufrido por sus habitantes a partir del siglo XV. Nada dice del exquisito trato que les han otorgado sus sucesivos gobiernos contemporáneos o de los sacrificios humanos rituales tan frecuentes en época precolombina; dos, en lugar de la tradicional cabra de la Legión ha desfilado un borrego de siete años, quizá voluntario en el cuerpo -tienen razón los patriotas: el país está perdiendo los valores que le hicieron todopoderoso como el trote desenfadado de una bovina ante un grupo de valientes soldados entre los vítores y aplausos de un público extasiado que, como llovió durante el acto, pudo lucir sus paraguas y chubasqueros con los colores de la enseña nacional, mientras insultaba y silbaba al usurpador Sánchez, al que le ha salido otro marrón con el caso “Koldo” del que ya te hablé; pues el juez piensa pedir al Congreso el suplicatorio contra el actual diputado Ábalos, ex ministro y ex secretario de Organización socialista, por presunta malversación y corrupción durante la maldita pandemia-; tres, por este último motivo, el Partido Popular, condenado por pagar con dinero negro su sede nacional de la calle Génova, denuncia por corrupción al Psoe. Debe conocer el tema, pues tiene treinta juicios pendientes por el mismo motivo; aunque en este caso parece acompañarle la razón; cuarto, casi mil doscientos afortunados comieron exquisitos manjares y bebieron magníficos vinos durante la recepción real en el Palacio de Oriente tras la parada militar, inalcanzables para los millones restantes que los sufragaron con sus impuestos. Vivimos en una democracia que tolera privilegios y excepciones, luego deberíamos llamarla de otra manera; aunque ya sabes que una sociedad igualitaria siempre ha resultado sospechosa en el país del “¡Usted no sabes quién soy yo!”.
Por otro lado, y no pretendo cansarte con este tema, Pateta debe estar disfrutando como un enano con las continuas tropelías de su alumno aventajado Netanyahu. Como arrasar Palestina y sus habitantes –ya se ha cargado a cuarenta y cinco mil por ser o esconder terroristas, y ha herido a más de cien mil; mientras continúa bombardeando hospitales y campos de refugiados-, ha invadido el sur del Líbano -su glorioso ejército ha matado a dos mil libaneses en una semana. ¡Eso es eficacia!- y ha exigido a la ONU que abandonen el país los diez mil cascos azules destacados en el mismo desde hace diez años, porque “Hezbolá -el ejército israelí ha matado a su líder supremo y a su sucesor- los usa como escudos humanos”. Por contra las imágenes de prisioneros palestinos atados a vehículos militares hebreos como “escudos humanos” es una demostración de legítima defensa. Parece que el líder del pueblo elegido no quiere testigos de sus desmanes. ¿Esta preferencia divina obliga a los demás pueblos a tolerarle todos sus caprichos, aunque sean letales? También ha bombardeado Damasco, la capital siria, y la carretera que la une con Líbano, la única por donde pueden huir los refugiados, siempre terroristas, mientras habla de atacar Irán -terminó haciéndolo- tras los cohetes que lanzó este país sobre territorio israelí. Ya sabes que el derecho hebreo a la defensa es sacrosanto, por eso ataca primero a sus vecinos para poder seguir defendiéndose. Es una estrategia simple, pero infalible. Y, si encima te apoya una panda de mastuerzos como los yanquis, tienes el escenario ideal para una masacre... defensiva. Otros miembros del gobierno hebreo hablan de crear el Gran Israel que, por lo visto y oído, ya recogen los textos bíblicos y estaría compuesto por el actual Israel, los territorios palestinos, Líbano, Siria, Jordania y partes de Irak, Egipto y Arabía Saudí; zonas que, supongo, atacará primero para poder defenderse después. Si no implicara muertes inocentes, sería un espectáculo divertido. Entretanto, USA y la UE se conforman con rogar a Netanyahu que proteja a los civiles, mientras no dejan de crecer las bajas civiles y... militares, como sucede en el conflicto ruso-ucraniano, que ya se acerca al tercer año, aunque parece un poco estancado. Si no supiera que pertenezco a una raza inteligente, estaría confuso por sus actos y decisiones.
Ya sabes que todas las obras humanas están condenadas al olvido -ya lo dijo Borges en uno de sus sonetos: “Somos el olvido que seremos”-, pero, aún así, no podemos dejar de hacerlas para sentirnos vivos, prisioneros de nuestra vanidad. Quizá sea uno de los refinados tormentos de tu actual casero Pateta, como también debe serlo haber convertido la vivienda en un imposible en nuestro país para jóvenes y no tan jóvenes por obra y gracia de algunos dirigentes que favorecen el negocio de grandes tenedores y fondos buitre, empresas criminales, ante el derecho constitucional a una vivienda digna; autoridades que, como ya escribí en otro momento y lugar, se declaran constitucionalistas. A este panorama debes añadir los continuos desahucios de vecinos -algunos muy mayores o con hijos a su cargo que no reciben ninguna ayuda habitacional, aunque esté recogido en alguna ley- después de que los caseros o los citados fondos buitre suban los alquileres a cantidades desorbitadas o expulsen directamente a los inquilinos para convertir las viviendas en pisos turísticos más lucrativos. Parece que la inhumanidad y la sinrazón avanzan por el mundo entre la indignación y la impotencia de muchos y el beneficio y complicidad de unos pocos. Por esta razón pienso que estás mejor que nosotros, que Ambrose Bierce tenía razón al suponer que Dios terminó haciendo caso a Pateta y permitió que nos organizásemos nosotros solos en lugar de hacerlo Él.
Madrid, 25 de octubre de 2024
Querido Enrique, las aguas siguen revueltas por la política patria. A las habituales acusaciones de corrupción entre los dos grandes partidos nacionales -comisión de investigación en la Asamblea de Madrid por el presunto desprestigio que la mujer del presidente ha causado a la universidad Complutense (reducir su presupuesto, como hace la señorita presidenta, lo aumenta por lo visto) a la que han citado al susodicho Sánchez-, y nuevas filtraciones sobre irregularidades del novio de la presidenta autonómica (ha llegado a afirmar que “vivimos en un Estado policial”... ¡Cuánto esfuerzo e interés en defender a un simple particular!)- se añade la dimisión sorpresiva de Iñigo Errejón por “presunta violencia sexual y psicológica” -la policía investiga tres posibles denuncias contra el exdirigiente- motivo por el que el exPodemos y líder de Más Madrid abandona la arena tras caer en el viejo pecado del machismo y el abuso prepotente. Coaligado con Sumar de la vicepresidenta Díaz, del que era portavoz parlamentario, su caída abre otra fuga en el frágil barco del actual gobierno. La coalición Sumar pierde un referente que caía bien a mucha gente, aunque parece que ya se hablaba de su comportamiento reprobable desde hacía varios años. Como siempre en estos casos cabe preguntarse por qué nadie lo denunció antes. Como siempre en estos casos la palabra miedo aparece con fuerza en sus múltiples variantes.
En pocas semanas, yanquilandia tendrá nuevo presidente-a, mientras ambos candidatos se enzarzan en insultos y descalificaciones, Trump sufre tres intentos de asesinato -que pueden favorecer su intención de voto por el morbo de la situación-, y afirma que suprimirá el Ministerio de Educación, porque los intelectuales son el principal enemigo de América. Entretanto, el multimillonario dueño de Tesla y X (antiguo Instagram) regala un millón de dólares diarios por votar al citado Trump. Debe ignorar -o sabe que no le ocurrirá nada- que la compra de votos es un delito por muy encubierta que sea. Al señor Musk no le mueve el amor por el candidato republicano, sino el interés empresarial por seguir recibiendo millonarias ayudas estatales para sus fábricas de automóviles eléctricos, es decir, por el interés te quiero Andrés. Sin embargo, y a pesar de las continuas amenazas de expulsión de inmigrantes que profiere Trump, resulta que el actual presidente, el demócrata Biden, ha echado a más migrantes que durante el mandato del republicano; llegando incluso al extremo de que la policía de fronteras rompía los cordones de los zapatos a los niños para que no pudieran escapar de los heroicos agentes usamericanos.
Rusia y Ucrania siguen pegándose después de tres años de conflicto. Ambos países se están quedando sin soldados (por las numerosas bajas que provoca el conflicto), por lo que el heroico líder norcoreano -¡éramos pocos y parió la abuela!- ha enviado miles de sus soldados para apoyar al nuevo zar. Como se decía en mi época militar, son todos “voluntarios forzosos”, pues el régimen de Kim Jong-Um encierra en campos de concentración a los familiares de los desertores según la prensa, seguramente contraria a su gobierno. Israel ataca a los cascos azules destinados en Líbano y exige su traslado a otro lugar alejado de allí (se conoce que no quiere testigos molestos), mientras sigue bombardeando Palestina (lo que queda de ella) y matando todo lo que se mueve, asesinando líderes de Hamás y Hezbolá y preparando un gran ataque contra Irán por atreverse a lanzar cohetes contra su territorio. Hasta que el gabinete hebreo no afirmó que no atacaría instalaciones petrolíferas iraníes, el mundo civilizado vivió inquieto. Podría subir el precio del petróleo, encarecer la vida y obligar a los bancos centrales a volver a subir los tipos de interés; un asunto mucho más importante que los continuos abusos israelíes. Entre bomba y bomba, disparos y cañonazos, los heroicos colonos hebreros ocupan ilegalmente territorios palestinos y libaneses a la espera de que su gobierno se los entregue como botín de guerra por ser tan buenos ciudadanos ya que, en algún momento de la historia a. C., pertenecieron al Gran Israel que defienden los hebreos más radicales, más interesados.
Los ciudadanos se manifiestan y acampan en varias ciudades patrias hartos de pagar alquileres inasumibles y no encontrar viviendas donde poder desarrollar una existencia digna -tal y como recoge esa magnífica Constitución nuestra que nadie cumple, pues, como dijo un diputado lumbreras: “Es orientativa”-, mientras gobierno y oposición discuten modelos enfrentados para resolver el problema, ya que el actual gabinete no se atreve, por razones desconocidas, a poner topes a los precios y proteger un derecho ante la codicia de unos pocos, pero poderosos, fondos buitre y particulares llamados tenedores (quizá porque se comen la esperanza de los demás). En caso de abuso continuado y necesidad extrema como es el caso, el gobierno debería defender al más débil, sobre todo un gobierno que se califica progresista y socialista (que viene de social); aunque las competencias sobre vivienda las controlen las Comunidades Autonómas, en manos del PP en su mayoría; por lo que defienden al propietario frente al inquilino, más liberalización de suelo y construcción de vivienda pública, que dejaría de serlo a los quince años de su edificación, por empresas privadas a cambio de un porcentaje de pisos de mercado libre y cuantiosas ayudas públicas. Nuestra organización política favorece el enfrentamiento entre administraciones y el perjuicio ciudadano, es decir, lo contrario de lo que debería ser; pero... ¡somos así de brillantes! Como dice algún vecino del exquisito barrio de Salamanca: “los pobres son pobres porque quieren”, igual que Feijóo no es presidente, porque no quiere.
¡Qué bien nos vendría un buen baile organizado por el demonio Belial para alegrarnos las vidas y poder contemplar el presente con cierto optimismo!
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