<<EL CHAFARDERO INDOMABLE>>
NÚMERO 74 ANNO V
PRIMERA PLANA 74
“Al ser simples vendedores, los políticos necesitan una buena presencia para engañar a sus posibles clientes -los votantes- y conseguir que les otorguen, en este caso, su confianza. Una vez obtenida, olvidarán sus promesas, harán lo contrario de lo afirmado y, dado el caso, sojuzgarán sin piedad a todos aquellos que perturben sus verdaderos objetivos, osen recordarles sus compromisos o las maravillas del producto que vendían: su programa electoral".
Se trata, más bien, de un asunto similar a la garantía que tiene cualquier artículo que compremos. Una vez pagado o firmadas las letras, el amable dependiente que nos mostró los prodigios del producto que quería vendernos comenzará a silbar y a mirar para otro lado. Entonces, demasiado tarde, comprenderemos que nos ha timado y que el concepto “garantía” puede ser muy flexible. Responsabilidad es una palabra inadecuada para explicar esta crisis. También sospechosa para los guardianes de la libertad y el status quo en que se basa nuestra gloriosa sociedad. La única ventaja que parece tener la ya citada crisis es descubrir que el sistema está viciado y corrupto, lo que no deja de ser una magnífica noticia.
Como simples vendedores que son, los políticos sólo quieren obtener más ventas que su competidor o su compañero de partido. Este es el motivo de que la palabra “escrúpulo” no figure en su vocabulario. Sólo venden humo; aunque, en realidad, juegan con nuestras vidas. Pero… ¡no les importamos! Nos ven como un sobre que contiene una papeleta de voto con el nombre de su partido o como una cartera que deben limpiar. Todo lo demás les parece superfluo, innecesario, molesto. Sólo somos un peldaño en la escalera que puede llevarles a lo más alto: el poder más absoluto posible. Entonces, culminada su misión, sin necesidad de vendernos nada más, conoceremos su verdadero rostro, su naturaleza rastrera, su desdén hacia todos aquellos que, convencidos por su oratoria o subyugados por su buena apariencia o porque dijeron representar sus mismos valores, les ayudaron a colocarse y disfrutar privilegios que nunca les permitirán conocer a ellos. Democrático es todo aquello que me beneficia y encumbra. Antisistema, el resto; aunque sea cierto y probado. Como simples vendedores que son, los políticos sólo buscan engañarnos para alcanzar el objetivo que siempre nos ocultan: ser el único rey de la montaña”.- (Capítulo 91 de “Los nombres de la crisis”, de un servidor).
Un sábado por la noche la fachada de la Casa de la Panadería de la madrileña Plaza Mayor, entre las nueve y la once, fue el lienzo sobre el que se proyectó una imagen en la que podía leerse: “QUE NO VUELVAN”, y, debajo, un fragmento de los llamados “papeles de Bárcenas” en el que podían leerse los nombres de M. Rajoy, R.Rato y Pío García Escudero, y, a su derecha, unas cifras. Casi de inmediato, ofendido, herido en su indigna dignidad, el PP exigió responsabilidades y depuraciones a la alcaldesa; mientras el portavoz municipal popular afirmaba que “en campaña no vale todo”. ¡Curioso que lo diga un miembro de dicho partido! Pero, ¿por qué se ofenden ante la proyección de un documento cuya existencia se han hartado de negar? Al fin y al cabo, se trata de la reproducción de una imagen publicada por los periódicos. ¿Cabe repetir, en este caso, el viejo dicho de “el que se pica ajos come”?
“Al ser simples vendedores, los políticos necesitan una buena presencia para engañar a sus posibles clientes -los votantes- y conseguir que les otorguen, en este caso, su confianza. Una vez obtenida, olvidarán sus promesas, harán lo contrario de lo afirmado y, dado el caso, sojuzgarán sin piedad a todos aquellos que perturben sus verdaderos objetivos, osen recordarles sus compromisos o las maravillas del producto que vendían: su programa electoral".
Se trata, más bien, de un asunto similar a la garantía que tiene cualquier artículo que compremos. Una vez pagado o firmadas las letras, el amable dependiente que nos mostró los prodigios del producto que quería vendernos comenzará a silbar y a mirar para otro lado. Entonces, demasiado tarde, comprenderemos que nos ha timado y que el concepto “garantía” puede ser muy flexible. Responsabilidad es una palabra inadecuada para explicar esta crisis. También sospechosa para los guardianes de la libertad y el status quo en que se basa nuestra gloriosa sociedad. La única ventaja que parece tener la ya citada crisis es descubrir que el sistema está viciado y corrupto, lo que no deja de ser una magnífica noticia.
Como simples vendedores que son, los políticos sólo quieren obtener más ventas que su competidor o su compañero de partido. Este es el motivo de que la palabra “escrúpulo” no figure en su vocabulario. Sólo venden humo; aunque, en realidad, juegan con nuestras vidas. Pero… ¡no les importamos! Nos ven como un sobre que contiene una papeleta de voto con el nombre de su partido o como una cartera que deben limpiar. Todo lo demás les parece superfluo, innecesario, molesto. Sólo somos un peldaño en la escalera que puede llevarles a lo más alto: el poder más absoluto posible. Entonces, culminada su misión, sin necesidad de vendernos nada más, conoceremos su verdadero rostro, su naturaleza rastrera, su desdén hacia todos aquellos que, convencidos por su oratoria o subyugados por su buena apariencia o porque dijeron representar sus mismos valores, les ayudaron a colocarse y disfrutar privilegios que nunca les permitirán conocer a ellos. Democrático es todo aquello que me beneficia y encumbra. Antisistema, el resto; aunque sea cierto y probado. Como simples vendedores que son, los políticos sólo buscan engañarnos para alcanzar el objetivo que siempre nos ocultan: ser el único rey de la montaña”.- (Capítulo 91 de “Los nombres de la crisis”, de un servidor).
Un sábado por la noche la fachada de la Casa de la Panadería de la madrileña Plaza Mayor, entre las nueve y la once, fue el lienzo sobre el que se proyectó una imagen en la que podía leerse: “QUE NO VUELVAN”, y, debajo, un fragmento de los llamados “papeles de Bárcenas” en el que podían leerse los nombres de M. Rajoy, R.Rato y Pío García Escudero, y, a su derecha, unas cifras. Casi de inmediato, ofendido, herido en su indigna dignidad, el PP exigió responsabilidades y depuraciones a la alcaldesa; mientras el portavoz municipal popular afirmaba que “en campaña no vale todo”. ¡Curioso que lo diga un miembro de dicho partido! Pero, ¿por qué se ofenden ante la proyección de un documento cuya existencia se han hartado de negar? Al fin y al cabo, se trata de la reproducción de una imagen publicada por los periódicos. ¿Cabe repetir, en este caso, el viejo dicho de “el que se pica ajos come”?
El día anterior el señor Casado, presidente popular, acusó durante un mitin a Podemos de “asesinar opositores al régimen venezolano de Nicolás Maduro”, ¡y se quedó tan tranquilo! ¡Curiosa especie la humana! Parece que la contradicción es una de sus principales características, es decir, cambiar de opinión según quién y qué diga o según afecte o no a intereses particulares. También podría tratarse de un simple arrebato de soberbia popular, algo que, junto a insultar, como dijo el ya citado dirigente, no hacen nunca “las gentes de bien”.
¿QUÉ SUCEDIÓ EN ESTOS DÍAS?
- “Sigue fumando, te esperamos“.- Eslogan de una funeraria..
- Entregan a Pablo Casado un Master en Cosmología, Astrofísica y Astrología durante un acto en las islas Canarias como forma de boicot.
- Un ingeniero aeronáutico diseña ropas infantiles que crecen con los niños.
- La Virgen de la Caridad desfilará en la Semana Santa sevillana con un fajín de Franco, como hace desde el año 2000, y una saya fabricada a partir de un traje de luces del torero Morante de la Puebla, simpatizante de Vox.
- El diario “Faro de Vigo” felicita a Coppola por su ochenta cumpleaños junto a una fotografía de Scorsese.
- El alcalde de Estella (Navarra) convierte la plaza de toros en un cagadero público para perros.
- Los tradicionales cuentos de “Caperucita Roja” y “Blancanieves” vetados por sexistas en una escuela pública catalana.
- Se desprende parte de la fachada de la sede popular en la calle Génova al colocar un cartel con el mensaje: “Valor Seguro”.
- Un británico recorre más de trescientos kilómetros para dibujar su silueta en Google Maps.
- Los bomberos portugueses no pueden llevar tatuajes, ser calvos, tartamudos o tener acné, cicatrices visibles, o menos de veinte dientes naturales entre otras condiciones.
LITERALIA I
Sexta entrega de las aclamadas aventuras del gran Fermín Estrellado, “El hombre múltiple”.
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PLAN DE DESARROLLO
¡Qué bien se ve todo desde las alturas!
Mis aptitudes baloncestísticas destacaron desde un principio en el colegio. A los trece años, medía 1’92 ms y era el pívot titular de todas las secciones de baloncesto del mismo. Ya lo decía mi madre: “Hijo mío, ¿adónde vas a llegar?”. A los dieciséis, me fichó el que sería equipo de toda mi vida: “EL RASCACIELOS C.B.”. A esa edad, alcanzaba los 2’03 y mi juego interior no tenía parangón en todo el país. Entretanto, completaba mi desarrollo físico con sesiones diarias de pesas, balón medicinal y bicicleta estática. Dormía a las mil maravillas.
El seleccionador sub-18 se fijó en mí y me convocó para el Campeonato Europeo de ese mismo año. En un partido histórico, intenso e irrepetible ganamos a los rusos en semifinales por un contundente 99 a 98 gracias a un espectacular mate de nuestro base a falta de dos décimas de segundo para el final del partido. En la final, frente a los yugoslavos, sólo pudimos aguantar quince minutos y caímos derrotados por un ajustado marcador: 113 a 43. ¡Habíamos entrado en la leyenda!
De regreso a España, una multitud de enfervorizados aficionados nos recibió en Barajas con cánticos y abrazos. ¡Por fin, el país reconocía la existencia de nuestro deporte! ¡Por fin, abríamos las fronteras al resto del mundo! ¡Por fin..., empezaría a ganar dinero!
El años siguiente, diesiete años y 2’16 de altura, pivote indiscutible del “RASCACIELOS C.B.” y de la selección absoluta, mantuvimos un emocionante codo a codo con el equipo de “LOS ALTIVOS B.C.”. En el partido final, campeones imbatidos en nuestros respectivos grupos, la descarada y parcial actuación de los árbitros decidió la suerte de un partido sin suerte. Nuestro quinteto inicial fue el siguiente: Juan “Cerebro” como base; Paco “Certero” y Luis “Muñeca Tonta”, aleros; Pepe “Rebotes” y yo, Fermín Estrellado, hombres altos. Por “EL ALTIVOS B.C.”, se alinearon Pons, Fort, Tremp, Les y Douglas, un americano nacido en la base de Torrejón. En el descanso, el marcador señalaba un ajustado 54 a 52 a nuestro favor. A los diez minutos del segundo tiempo, habíamos ampliado la ventaja hasta los doce puntos, gracias, sobre todo, al acierto de nuestros tiradores y al estrecho marcaje a que sometía a Douglas –y que le obligó a abandonar la práctica de este deporte, abatido y humillado-. Pero, a falta de cinco minutos, 86 a 73 en el marcador, el colegiado auxiliar, Matías Ramillete, comenzó su descarada actuación en contra nuestra. Primero, expulsó a nuestro base por cinco personales consecutivas en ataque. Después, echó a Pepe “Rebotes” por cinco bloqueos ilegales. Era verdad, pero... ¿quién no los ha hecho durante un partido? Amedrentados, los dos aleros se encogieron y fueron incapaces de encestar durante el resto del choque. Por su parte, los sustitutos de los sancionados bastante tuvieron con no caer en las continuas trampas que les tendía el artero trencilla. Nos manteníamos igualados en el marcador, cuando ese mal nacido de Matías Ramillete me pitó una personal intencionada o flagrante; porque, en un acto totalmente reflejo, y, por tanto, involuntario, había incrustado a Douglas contra el tablero. El suplente del americano, que fue atendido rápidamente en el hospital más cercano de politraumatismo craneal y complejo de ebanista, anotó los dos tiros libres correspondientes y, en la jugada subsiguiente, volvió a encestar desde un lateral de la cancha entre los alaridos de sus escasos seguidores y nuestras miradas más asesinas. Al término del partido, 86 a 103 para “LOS ALTIVOS B.C.”. La policía local, muy a su pesar, se vio obligada a proteger a los árbitros de las justificadísimas iras de mis técnicos y compañeros. Aunque poníamos toda la ilusión del mundo en cada partido que jugábamos Con la selección, descendimos de categoría en una campaña nefasta y olvidable. Ruiz-Prada, el seleccionador, marcó un hito en la historia de los dirigentes nacionales (tanto deportivos como políticos) al presentar su dimisión, que, por supuesto, le fue aceptada inmediatamente. Las causas de su posterior suicidio, para el que contó con la inestimable colaboración de una segadora eléctrica, no han quedado muy claras. Se han formado dos grupos de opinión a este respecto: uno defiende que se mató por vergüenza deportiva; el otro, más escéptico, afirma que lo hizo, porque aceptaron su dimisión sin excusas ni objeciones tras veinte años de triunfos y sacrificios. Según cuentan, se sintió tan abandonado, único chivo expiatorio de la tarde, que, en un acto entre histriónico e irracional, se dejó engullir por esa máquina tan insaciable.
A mis tiernos veintidós años y 2’26 metros de altura, contraje matrimonio con Maruchi, pivote titular de “LAS CÁLIDAS” de Algeciras. Esa temporada rendí tan poco que faltó un ápice para que fuera traspasado a otro equipo. Por el contrario, mi mujer alumbró su primer hijo, acontecimiento del que me hizo partícipe. Le llamamos Ricardo Manuel, “Elmer” para los amigos. Las dos siguientes temporadas, perdidas la titularidad en mi equipo y en la selección, padre de dos de males, tuvieron que extirparme el menisco derecho y tardé seis meses en recuperarme.
Con veinticinco años y en plena madurez deportiva, recuperé mi nivel de juego y ganamos la liga nacional y la copa de Campeones de Copa. Para entonces, Matías Ramillete, víctima de una comprensible agresión que le mantuvo ingresado ocho meses en la UVI, se había retirado del arbitraje activo para beneficio de este deporte y sus practicantes.
Ese mismo año, se permitieron los dos extranjeros por equipo y, en consecuencia, el campeonato ganó en colorido. Recuerdo con especial agrado mis duelos con Chapman, una montaña negra de 2’14 metros y 130 kgs de puro músculo. Nos enfrentamos por primera vez en nuestro campo “El Coliseo del Imperio del Estado” –en inglés “The Empire State Coliseum”- en la quinta jornada de Liga. A pesar de mi estatura y corpulencia, me resultaba imposible coger la posición en el interior de la zona y, para una vez que lo conseguí, tiró de mis calzones hacia abajo con tanta fuerza que me desnudó ante diez mil enfervorizados espectadores. Entre la hilaridad general, tapándome las vergüenzas, me retiré al vestuario para recomponer mi atuendo. En la puerta, me esperaba una mujer de ubérrimas formas que respondía al simpático nombre de Chitín Salaz. Impresionada por mi desnudo, se había empeñado en convertirse en mi amante en la sombra –o al Sol-.
Reacio en un principio a sus pretensiones, padre y marido responsable, una detenida y grata toma de contacto me sacó de mi error inicial. Por los altavoces de la cancha, se anunció a los presentes que no volvería a incorporarme al juego; pues, inexplicablemente, habían desaparecido los equipos de repuesto. (Chitín siempre ha sido muy imaginativa).
Ese mismo año bauticé a mi cuarto hijo –Jorge Justo, “Calvin” para los amigos- y al primer vástago de mi satisfactoria relación con Chitín. Le llamamos Máximo y, con el tiempo (como todos), ha llegado a convertirse en estrella del cine gracias a las oportunas y desinteresadas enseñanzas de su madre, quien, abnegada y ejemplar, le mostró todos los secretos del arte de Talía.
Mas la obligación de atender a dos mujeres jóvenes y entusiastas, fue disminuyendo mi capacidad física y aumentando mi cansancio. Apenas dormía, comía poco y mal, y, luego, en los entrenamientos, no podía seguir el ritmo marcado por el entrenador.
Antes de que mi gloriosa carrera deportiva terminara en un equipo regional sin aspiraciones, abandoné la práctica activa del baloncesto, adquirí una granja con el dinero recaudado en mi partido-homenaje, y dediqué el resto de mis años a criar vacas, conejos, cerdos, ovejas, gallinas y los sucesivos hijos que alumbraron mis dos mujeres; excelentes amigas, por otra parte.
Sentado en la mesa de roble macizo de mi despacho, rodeado de mis dieciséis descendientes y mis cuarenta nietos, pongo término a este breve apunte biográfico; más que nada, porque los dos pequeños me han quitado el tintero para decorar su habitación y... ¡así no hay quien siga!
Por esta razón, mi ubicuo representante me introdujo en un paquebote con rumbo a...
LITERALIA II
UN RETRATO APROXIMADO
CAPÍTULO II
Adalberto Rabazas era un hombre sucinto (1).
NOTAS:
1) Medía metro sesenta raspado, llevaba el pelo negro (natural) cortado a cepillo, bigote fino y estrecho y gafas redondas de falso intelectual. Vestía trajes oscuros a medida, pajaritas y chalecos de fantasía, sombrero Borsalino gris y sempiternos zapatos de charol en invierno, amén de capa de terciopelo negro con esclavina de plata. En verano, trocaba este atuendo por trajes claros, camisas de seda blancas y color hueso, sombrero Panamá, bastón flexible de bambú y zapatos enrejillados de rafia color crema. Completaban su atuendo varias fundas dentales doradas que le conferían, según él, el aire de un auténtico dandy; aunque según los demás era un simple petimetre (2).
2) Personaje que se caracteriza por su excesiva elegancia y aires afectados. Sinónimo de individuo presuntuoso, esclavo de la moda. Parece que el término deriva del francés “petit maître”, pequeño señor, señorito. En castellano, existe la palabra “pisaverde”, equivalente a “presumido y afeminado”; tal vez lo que más modernamente se ha llamado metrosexual. Aparece por primera vez en “El burgués gentilhombre” (1671), de monsieur Jean Baptiste Poquelin, alias Molíére (3).
3) Dramaturgo y actor francés responsable de la superstición del color amarillo entre los actores tras sufrir una hemoptisis (acceso sanguíneo en las vías respiratorias) en escena vestido con ropas de dicho color. Otras fuentes citan el verde. Estudió en el College Clermont, actual Louis-le-Grand, centro jesuita sito en la rue Saint Jacques, San Iago o Santiago (4).
4) Una discusión habitual entre Adalberto Rabazas y su prometida, la señorita Maripi Civantos de la Esparraguera, se centraba en confundir la calle anterior con la Place de la Tour de Saint Jacques (Torre de Santiago); donde se encuentran el Hotel Lutecia, hospedaje de la citada señorita durante su viaje de graduación, y la torre homónima, único vestigio existente de la iglesia de Saint Jacques de la Boucherie (Santiago de la Carniceria), destruida en 1797, cuyo pórtico fue mandado construir por el supuesto alquimista Nicolás Flamel (5).
5) Copista, rabino, librero y escribano francés (1340-1418), vivió en el número 51 de la rue de Montmoréncy junto a su esposa Perenelle o Pernelle, según los autores, en una casa que aún sigue en pie. La leyenda afirma que sintetizó la piedra filosofal y el elixir de la eterna juventud. Tras exhumar su tumba, se descubrió vacía; lo que alimentó los rumores sobre la inmortalidad de la pareja, a la que algunos viajeros, demasiado fantasiosos sin duda, aseguraron haber conocido en la India años después de su fallecimiento (6).
6) De allí provenía, según cuentan, el auténtico elefante “Dumbo”, que actuó entre 1889 y 1892 en el celebérrimo “Moulin Rouge”; donde el gran Henri de Toulouse-Lautrec Monfa lo inmortalizó en un famoso cartel, hoy desaparecido, como reclamo publicitario para el establecimiento construido en 1889 por el español Josep Ollier (7).
7) Empresario nacido en Tarrasa y afincado en París, inventó las apuestas mutuas tan habituales en los hipódromos. Enterrado en Pére Lachaise(8).
8) Cementerio intramuros situado en la rue du Repos (Calle del Reposo), nombre muy apropiado para su ubicación. Entre muchas otras celebridades, en él yace enterrado un oscuro pintor que nunca alcanzó el éxito en vida, el belga Henri Ludovic Schaff, creador del movimiento artístico “schaffismo”, que sólo siguió él, y bisabuelo de la ya citada Lulú Schaff, madre de la conocida señorita Maripi Civantos de la Esparraguera (9).
9) Rubia, sugestiva y estudiante de magisterio como ya se apuntó, vivía alquilada en un coqueto apartamento de la calle Claudio Coello nº diez. Conducía un Mini Cooper Clubmann rojo con techo negro. Necesitó un permiso especial del decano de su facultad para poder llevar a las clases a “Suzette “, su perra lhasa apso de dos años (10).
10) Adalberto Rabazas odia los perros.
CRÓNICA DE SOCIEDAD (urbi et orbi)
- “Strange Fruit” es un tema clásico del jazz popularizado por la gran y trágica Billie Holiday, cuando sólo tenía veintitrés años. Su autor fue Lewis Allan, judío afiliado al Partido Comunista de los Estados Unidos, llamado Abel Meeropol en realidad. Está basada en el linchamiento y ahorcamiento en un árbol de Thomas Shipp y Abram Smith, dos negros, en Marion, Indiana, en agosto de 1930. Su letra es la siguiente: “De los árboles del sur cuelga una fruta extraña / sangre en las hojas y sangre en la raíz. / Cuerpos negros balanceándose en la brisa sureña. / Extraña fruta cuelga de los álamos / Escena pastoral del valiente sur / Los ojos saltones y la boca retorcida / Aroma de las magnolias, dulce y fresco / Y el repentino olor a carne quemada / Aquí está la fruta para que la arranquen los cuervos / Para que la lluvia la tome, para que el viento la aspire, para que el sol la pudra, para que los árboles lo dejen caer / Esta es una extraña y amarga cosecha”.
Billie Holiday terminaba vomitando cada vez que la interpretaba.
- En los primeros vehículos a vapor, el chauffeur era la persona encargada de alimentar la caldera que producía dicho vapor. La palabra deriva de la palabra francesa “Chauffer”, que significa “calentar”.
- Musla al.Mayriti (950-1008) fue matemático, astrónomo, astrólogo y alquimista en la Córdoba del califato. Nació en Madrid, tal y como atestigua su apelativo al-Mayriti, “el madrileño”.
FRASEOLOGÍA
“”Elogio de la locura” (1511), Erasmo de Rotterdam.
- La Naturaleza es más madrastra que nadie. Ha sembrado en el talante de los hombres, sobre todo en los más alocados, el vicio de afligirse de lo suyo y de admirar lo ajeno.
- ¿Sucede algo en este mundo que no sea necedad, hecho por necios y entre necios?
- Nada hay tan estúpido como que un candidato halague al pueblo y trate de comprar su voto con dádivas, corra tras el aplauso de un rebaño de necios, se sienta satisfecho de sus aclamaciones y se deje llevar en cortejo triunfal.
- Esta misma insensatez crea naciones y mantiene imperios, autoridades, la magistratura, la religión, los consejos y los tribunales. Toda la vida humana, en fin, no es más que una especie de deporte de la insensatez.
- En vivir en la insensatez, la ilusión, la mentira y la ignorancia consiste la existencia humana.
- Cuanto peor es una cosa, más atrae a la muchedumbre; ya que la mayoría de los mortales es propensa a la estupidez.
“”Elogio de la locura” (1511), Erasmo de Rotterdam.
- La Naturaleza es más madrastra que nadie. Ha sembrado en el talante de los hombres, sobre todo en los más alocados, el vicio de afligirse de lo suyo y de admirar lo ajeno.
- ¿Sucede algo en este mundo que no sea necedad, hecho por necios y entre necios?
- Nada hay tan estúpido como que un candidato halague al pueblo y trate de comprar su voto con dádivas, corra tras el aplauso de un rebaño de necios, se sienta satisfecho de sus aclamaciones y se deje llevar en cortejo triunfal.
- Esta misma insensatez crea naciones y mantiene imperios, autoridades, la magistratura, la religión, los consejos y los tribunales. Toda la vida humana, en fin, no es más que una especie de deporte de la insensatez.
- En vivir en la insensatez, la ilusión, la mentira y la ignorancia consiste la existencia humana.
- Cuanto peor es una cosa, más atrae a la muchedumbre; ya que la mayoría de los mortales es propensa a la estupidez.
CONTRAPORTADA
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