<<EL NUEVO CHAFARDERO INDOMABLE>>
NÚMERO 124 ANNO VI
PRIMERA PLANA
La innecesaria señora Ayuso podría ocupar todos los chafarderos futuros, dada su verborrea descerebrada; pero no le concederemos semejante privilegio. Sin embargo, no podemos resistirnos a comentar una de sus últimas genialidades: "Las mujeres de Podemos consiguen sus cargos acostándose con los machos de su partido", una forma poco sutil de llamarles fulanas. Entendemos que destila más odio que certeza, pero a los dirigentes impopulares les parece adecuada cualquier afirmación que ataque a sus enemigos políticos, pues representan un modelo de país irreconciliable con el suyo. La innecesaria presidenta parece olvidar -o lo silencia adrede- cuáles han sido sus méritos para alcanzar el cargo que nunca soñó ocupar. Su realidad es tan simple como triste: el principal argumento a su favor para desempeñar la presidencia capitalina es... haber sido la portavoz del perro de Esperanza Aguirre. Entretanto, los demás soportamos sus ladridos.
La nueva ley de educación -bautizada con otro anagrama estúpido como sus antecesoras: LOMLOE- ha enfurecido a las borreguiles hordas católicas que pretenden seguir disfrutando sus privilegios y la considerable aportación de dinero y parcelas públicas que diferentes autonomías populares llevan regalándoles tantos años. Incluso llevaron menores de edad a sus protestas, conscientes de que no pueden detenerles. Hablamos de un colectivo egoísta que considera un derecho su concepción educativa y religiosa y la obligación de financiarla por parte de toda la sociedad; aunque menoscabe los recursos de los alumnos de escuelas públicas. La Constitución reconoce en su artículo 27 la libertad de enseñanza y el derecho de todos a la educación; pero nada dice de que la sociedad deba financiar los centros privados, pues la ya citada norma superior también reconoce en el artículo 27 punto 6 "a las personas físicas la libertad de creación de centros docentes dentro del respeto a los principios constitucionales" entre los que no se recoge ninguna educación religiosa determinada, ya que "ninguna confesión tendrá carácter estatal" (artículo 16 punto 3). Por tanto parece lógico pensar que el Estado sólo tiene la obligación de garantizar -y financiar- a todos la educación pública por común; mientras que la concertada parece ser la excepción. Desconocemos el contenido de la ley, desconocemos si las entidades contrarias a ella la conocen -aunque, al ser sociocomunista según ellos, les dará igual, como ya ha señalado la mentada Ayuso-; pero su denuncia se basa en una supuesta merma de sus privilegios, donde otros ven un intento de equiparación escuela pública-concertada, y en una presunta ideologización de la educación, o una ideologización diferente a las que ellos quieren. Es decir, parece que los partidos y profesionales contrarios a dicha ley defienden la desigualdad de posibilidades entre los alumnos -que estudien sus descendientes con la financiación general y, si sobra algo, lo dediquen a las escuelas públicas; donde acuden los torpes y los pobres y donde no regalan títulos por el nombre o posición de los progenitores-, la abolición de una cierta idea de democracia. Como decíamos antes, desconocemos el contenido completo de esta nueva ley, aunque lamentamos profundamente que el castellano, lengua común a todos, pierda influencia ante otras de ámbito más local.
Tras la manifestación del 22N por las calles capitalinas contra la nueva ley de educación que los participantes consideran liberticida -según ellos, que defienden la segregación por sexos en las aulas-, el señor Casado, presidente del partido innombrable, afirmó que "legislará contra ella en aquellas Comunidades donde gobierne". El señor Casado afirmó que no cumplirá una ley aprobada en el Congreso. El señor Casado afirmó que no respetará la democracia, cuando no le convenga, como su admirado Zanahorio Trump.
Como cabía esperar, la Santa Madre también está indignada ante al atrevimiento de la sociedad civil por pretender disminuir sus privilegios en un país constitucionalmente aconfesional. Mucho más indignada que por las colas del hambre, los desahucios o los abusos a menores de sus integrantes.
Herman Melville -afortunado autor de "Moby Dick"- escribió un opúsculo genial titulado "Bartleby el escribiente", cuyo protagonista, el citado Bartleby, es un oficinista que, cada vez que le encargan una tarea, responde: "Preferiría no hacerlo". Esta frase debería estar presente para todos los políticos y gobernantes actuales -en algunos más que otros-, cada vez que piensen hacer o decir sus habituales estupideces.
UNA APROXIMACIÓN
En su país hubo una guerra civil que seguía atrapando a sus compatriotas muchos años después de haber terminado oficialmente, sin ningún tratado de paz; tal vez porque el bando vencedor instauró la venganza y el exterminio y el vencido soportó el castigo con silencio y rabia, o se exilió a otro país. En sus días, algunos herederos ideológicos de los ganadores siguen negando esta realidad -consideran que les reporta votos- y la posibilidad de buscar los cadáveres esparcidos por todo el territorio nacional. Dicho país se considera católico.
El padre de Mariano de los Santos luchó en el bando derrotado y, en consecuencia, pagó su error, su osadía; aunque simplemente hubiese sido movilizado para cumplir el servicio militar obligatorio por el legítimo gobierno republicano. Terminado el conflicto, “cautivo y desarmado el ejército rojo”, fue detenido y juzgado en un Consejo de Guerra por “auxilio a la rebelión”, y condenado a doce años y un día de prisión, ingresando en 1941 en el Reformatorio para Adultos, que no penal, de Ocaña; famoso por la crueldad del trato que recibían los presos, las ejecuciones arbitrarias, o la vileza de su capellán, encargado de dar el tiro de gracia en el cementerio de la localidad.
<<“...los presos eran sacados del penal, lo que coloquialmente se conocía
como “sacas de presos” y, antes de esto, en la propia cárcel, se producían otra
clase de actos que acentuaban el sufrimiento extremo al que eran sometidas estas personas: eran conducidas a los aledaños del cementerio municipal,
a las afueras del pueblo, y allí, en un paraje denominado “Hoyo Gallina”, eran ejecutados,
siempre o casi siempre en grupo. El número variaba y las épocas de las ejecuciones también,
porque nosotros hemos averiguado que, en invierno, el frío les ahorraba la munición.
Ya se encargaba la climatología adversa, aliada con las durísimas condiciones de la
cárcel, de que los presos muriesen de pulmonías, etc...”>>. recuerda la Asociación de
Familiares de Ejecutados en el cementerio de Ocaña.
Excarcelado en noviembre de 1942, regresó a su pueblo manchego, donde trabajó
en el campo, se casó y formó una familia; aunque debía presentarse todos los días ante
la Guardia Civil y notificar todos sus movimientos por pequeños o necesarios que fuesen,
como acudir a un especialista a otra localidad, hasta su indulto en 1949. La orden
de libertad condicional explicaba que:
1º.- Irá directamente al lugar asignado -su pueblo, en este caso- donde
permanecerá hasta que se le conceda la libertad decisiva, si observa buena conducta.
2º.- No podrá salir del lugar que se le haya designado sin autorización del Director de este Establecimiento. Si se ausentare sin dicho permiso, le será revocado
el beneficio concedido con el efecto de reingreso en la prisión. Si tuviera necesidad de
cambiar de residencia, lo solicitará al Director de este Establecimiento y esperará a que
su solicitud se resuelva para evitar la revocación de la gracia que disfruta.
3º.- Tan pronto como llegue al lugar de su destino, se presentará al Director o Jefe de este Establecimiento, y, si no lo hubiere, a la Autoridad gubernativa,
le exhibirá el presente documento al objeto de identificar su persona y para que le sirva de
recomendación y garantía.
4º- Queda obligado a dirigir por correo el primer día de cada mes un conciso informe referente a su persona, escrito por él mismo. Este informe lo presentará al
Director Jefe de la prisión o a la Autoridad gubernativa de la localidad para que lo vise y lo
remita al citado Director. En este informe expresará el jornal o remuneración señalada a su
trabajo, así como la economía y ahorros que haya podido hacer. Habrá de ser veraz en sus
informes y, con todo el interés, se le recomienda que evite las malas compañías y todo lo
que pueda conducirle a una vida relajada o a la comisión de nuevos delitos.
La Junta de Disciplina de esta prisión, así como las Autoridades superiores, y las de la
provincia en que va a residir se interesan vivamente por su suerte; podrá contar con la ayuda
y consejo de dichas autoridades y de esta Junta y en esta prisión hallará siempre un lugar
de retiro y protección en caso de desgracia.
También pasó una temporada en un batallón de trabajo con durísimas condiciones
climatológicas y alimenticias y en un batallón de castigo en Marruecos antes de
su encarcelamiento. Como él, muchos compatriotas sufrieron las mismas penalidades;
otros, más desafortunados, fueron ejecutados directamente y arrojados a fosas
comunes y cunetas donde permanecen hasta el día de hoy gracias al desinterés y rechazo de algunas autoridades competentes, nostálgicas de aquellos años de plomo. Como algunos ya saben, en caso de que los heroicos grupos de falangistas, héroes de una nueva patria la que sólo admitía un color, no los encontrasen en su domicilio, eliminaban a la mujer, al hermano, al padre o cualquier otro familiar presente en él.
Aunque el progenitor de Mariano de los Santos desarrolló una existencia más o menos normal tras el indulto, siempre estuvo bajo sospecha, siempre recordó las penalidades y humillaciones sufridas por … haber estado en el lugar y el momento equivocados. “Una, Grande y Libre” cantaban los vencedores cara a un sol que sólo brillaba para ellos. “Una, Grande y Libre” gritaban enfervorecidos -como hacen sus nostálgicos herederos, cuando se reúnen en alguna céntrica plaza de la capital-, mientras desfilaban ante su líder falsamente inmortal; quien, brazo en alto, les saludada desde una tarima, un balcón, un automóvil blindado en movimiento o bajo palio, acompañado, en este caso, por las principales autoridades religiosas de la época; firmantes de una “Carta colectiva de los obispos españoles a los obispos de todo el mundo con motivo de la guerra en España” en 1937 que incluía el siguiente párrafo:
..
."..Que la Iglesia, a pesar de su espíritu de paz y de no haber querido esta guerra ni haber colaborado en ella, no podía ser indiferente a la lucha.
Hoy por hoy, no hay en España más esperanza para reconquistar la
justicia y los bienes que de ella derivan que el triunfo del Movimiento Nacional. Tal vez hoy
menos que en los comienzos de la guerra, porque el bando contrario, a pesar de todos
los esfuerzos de sus hombres de gobierno, no ofrece garantías de estabilidad política y
social...”.
Por estos y otros motivos, toleró y participó activamente en el exterminio de sus
compatriotas derrotados. Cierto es que hubo desmanes republicanos antes y durante
la citada guerra como la quema de iglesias y conventos, el asesinato de sacerdotes o
el ultraje de monjas; aunque, sin ánimo de justificarlos, cabe preguntarse si el
comportamiento soberbio de los eclesiásticos antes del conflicto puede tener alguna relación.
El padre de Mariano de los Santos nunca olvidó la maldita guerra -como
sucede a muchos de sus compatriotas actuales que no la vivieron-, el
odio que generó, la venganza ciega que conllevó. Nunca olvidó el
cainismo asesino que devora a los habitantes de su querida tierra.
Tampoco comprendió la salvaje cacería que se desató al finalizar
la contienda contra medio país, bendecida por esos obispos que no la
querían, que condicionó su vida y la de su familia; pues un poso
de dolor y rabia contenida sobrevivió siempre en su interior.
La necesidad de libertad, justicia y dignidad sólo desaparece con la muerte.
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