miércoles, 24 de septiembre de 2025

candil61

 




EL CANDIL

Nº 61  ANNO III



PRIMERA CLARIDAD

El profesor de filosofía griega Francesc Casadesús ha escrito un artículo sobre la figura de Sócrates del que queremos destacar párrafos como: “En la democracia ateniense muchos cargos eran elegidos por sorteo, por lo que, al ser mayoría, accedían a ellos los más incompetentes”. El filósofo griego creía que “sólo los que saben pueden conocer y practicar el bien”. Añade que “los políticos deben estar dotados del saber necesario para mantener la salud del pueblo o pilotar la nave del Estado, procurando el mayor bienestar posible a los ciudadanos; pues, de lo contrario, la democracia se debilita y puede terminar en tiranía y dictadura”. Este proceso debilitador “se incuba en la propia sociedad, cuando, por ejemplo, los padres o los maestros toleran que los hijos o alumnos los traten como iguales, por lo que desaparece el principio de autoridad. Dicha relajación acaba transformando la democracia en esclavitud al propiciar el ascenso de un tirano o un dictador”. Señala que dicho tirano “al principio satisfará algunos deseos del pueblo, pero pronto pasará a promover conflictos internos y externos con el objetivo de presentarse como un líder necesario y hegemónico. Después, mostrará su verdadera cara y eliminará a todos aquellos posibles censores o rivales”. Por ese motivo Sócrates ” defendía un gobierno de filósofos o gobernantes inspirados en la filosofía”. Consideraba una obligación indiscutible que “los que no saben obedezcan a los que saben”. Sin embargo “en la democracia griega cuestiones de gran trascendencia para la ciudad-estado eran discutidas y decididas en votaciones donde participaba una variopinta masa de ciudadanos sin ningún conocimiento que participaba en la asamblea popular o ekklesía”. También le resultaba insoportable que “dicha masa opinase sin atender a los juicios de los más sabios y capacitados, cuya excelencia era ninguneada por la vociferante y tumultuosa multitud de ciudadanos indocumentados”, por lo que la democracia se convierte en “doxocracia o gobierno de la opinión impuesto por la muchedumbre”. Sócrates propugnaba por tanto un gobierno de aristócratas, entendiendo por aristos a “los excelentes”, que “educase a los más ignorantes para liberarlos de la incultura y asegurar una democracia plena”; pero resulta que “la multitud es enemiga de la epísteme o... saber”.

Otro problema de la democracia ateniense -y que podemos constatar en nuestros días- “era la astuta habilidad que poseían sofistas y demagogos (ahora podríamos llamarles populistas) para complacer los deseos de la muchedumbre enfervorecida que, en las reuniones asamblearias realizadas en el eclesiasterio (edificio con gradas similar a un teatro antiguo), vitoreaban o abucheaban a los oradores según defendiesen o condenasen sus deseos”. Incluso existía “la técnica del abucheo o thorybos para amedrentar o acallar aquellas intervenciones contrarias a una parte, a veces comprada, de los asistentes”.

Como todos sabemo,s una de estas votaciones condenó a muerte a Sócrates, que terminó bebiendo cicuta para acatar este mandato. La principal razón que se alegó para sentenciarlo fue que “corrompía a los jóvenes con ideas antidemocráticas”. ¿Les suena la palabra “adoctrinamiento”?

Convencido de que “una democracia nunca será plena mientras decida una amplia mayoría inculta y manipulable por demagogos astutos que no dudan en invitarles a comida y bebida -¿recuerdan los actuales viajes gratuitos con bocadillo incluido que organizan algunos partidos políticos para conseguir el apoyo de los votantes?- para que secundasen sus tesis”, rechazó el cobro de una compensación económica a los cargos públicos para evitar su corrupción, palabra muy actual que nunca ha dejado de serlo.

Quizá esa fue la verdadera razón de la condena a muerte de Sócrates, y también quizá sigan habiendo sofistas, demagogos y muchedumbres ignorantes que, entre todos, perpetúan la corrupción para imponer y alcanzar sus objetivos, aunque perjudiquen a los demás ciudadanos.

Quizá haya dos condiciones básicas para el desarrollo de una dictadura: la existencia de un líder carismático y demagogo y una población, o parte de ella, crédula o desesperada, que le apoye más allá de lo razonable. En la actualidad, se cumplen ambas en más de un país.








SEGUNDA CLARIDAD


El PP, por medio de su senadora Ruiz-Sillero Bernal, ha pedido al Congreso todas las facturas de alimentos, bebidas y productos de limpieza de 2024 y 2025 generadas por el presidente Sánchez y su familia en la residencia oficial de la Mareta (Lanzarote), propiedad de Patrimonio Nacional, haciendo hincapié en gastos como el papel higiénico. (Los gastos generados por Aznar y Zapatero, ilustres huéspedes del inmueble en su época presidencial, no interesaron en su momento).

- Albania nombra ministra a una IA para evitar la corrupción en los contratos. (¡Cómo está el patio!).

- El señor García-Pache, portavoz popular en la Asamblea de Madrid, considera que "la actuación de Netanyahu en Palestina no es para tanto, porque avisa antes de atacar".

- Detenido en Torremolinos un canónigo de la catedral de Toledo por posesión de cocaína rosa y diversos juguetes sexuales en una fiesta solo para hombres.

- En el estadio Nueva Romareda se prohibe saltar a los espectadores por miedo a posibles derrumbes.

- Durante una corrida celebrada en la plaza de Valladolid, un espectador  gritó: "¡Piensa que es Pedro Sánchez!", mientras el diestro se preparaba para estoquear al astado. Luego estalló la carcajada general.

- PP, Vox y Junts votan contra la creación de una Agencia Anticorrupción. (Por algo será).

- Corea del Norte castiga con pena de muerte el consumo de películas e información extranjeras.

 El Tribunal Supremo no considera una manifestación de odio afirmar que "el pueblo pueda querer colgar de los pies al presidente del gobierno" como hizo Abascal. (Nos preguntamos a qué pueblo se refiere tan bondadoso  hermano).

- La presidenta Ayuso concede la Medalla de Oro de la Comunidad a la Vuelta Ciclista a España. (Supongo que se la impondrá durante alguna etapa neutralizada).

 - La Comunidad de Madrid prohíbe en los colegios la lectura de los nombres de los niños gazaties asesinados, con la excusa de "proteger sus datos personales", y la presencia de banderas palestinas para "no politizar las aulas".

Un tribunal usamericano multa a Youtube por insertar un anuncio en un vídeo durante un solo de guitarra del grupo Lynyrd Skynyrd.

- Madrid  celebra el Día sin Coche con un 19% más de atascos en la M-30.

- Los " Hombres G", nombrados Caballeros Legionarios de Honor.







TERCERA CLARIDAD





EL TURISTA



Ayer entré a comprar embutido a mi charcutería habitual. Como acostumbraba, pedí jamón ibérico, salmón ahumado, cecina leonesa y queso manchego. Pensaba disfrutarlos a media mañana con un par de vasos del Montrachet Grand Cru blanco muy frío que me había regalado un buen amigo que había visitado Borgoña y su famosa región vinícola conocida como la Côte d'Or o Costa de Oro.

Mientras preparaban mi pedido, escuché la conversación que mantenían un cliente y uno de los charcuteros que, según decían, habían pasado las vacaciones en la costa dálmata. Me agradó comprobar que había recorrido los lugares y monumentos que yo había visitado en mi juventud.

  • Me ha encantado el palacio Topkapi. Sobre todo el harén. ¡Cómo debían ponerse esos eunucos! - dijo el charcutero.

  • Mi mujer y yo viajamos a Croacia para celebrar nuestras bodas de oro -comentó el cliente-. Fue un regalo de mis hijos.

  • ¿Y qué decir del Cuerno de Oro? - insistió el chacinero.

  • ¡Y de Dubrovnik!.. Tiene un casco antiguo magnífico – añadió el cliente.

  • Lo más curioso es que no he visto ningún perro dálmata – admitió el charcutero-.

  • Yo prefiero el pastor alemán – comentó el cliente.

  • Santa Sofía me defraudó. Tanta fama y... ¡resulta que está vacía!

  • Splitz me recordó a Benidorm - señaló el cliente.

  • No fuimos a Capadocia, porque a mi mujer no le gustan las ruinas. En cambio, me puse ciego de kebab y de bocadillos de caballa a la parrilla que vendían en los puestos callejeros del puerto. Balik no sé qué se llaman. Son más económicos y te dejan más tiempo para recorrer la ciudad y visitar sus monumentos – comentó el chacinero.

  • La comida dálmata es muy sabrosa y variada. Recuerdo una deliciosa tarta salada de acelgas y unas hojas de col hervidas rellenas de carne picada que probamos en Sibenik...

  • Lo que menos me gustó fue el café. Demasiado cargado para mi gusto.

  • Tienen un licor de cerezas exquisito, aunque se sube un poco.

  • ¡Donde esté una cerveza bien fría que se quite esa mierda de infusiones calientes!... ¡Viva España, coño! - exclamó el chacinero.

Tras abonar mi pedido, salí del establecimiento pensando que debía volver a Croacia y su costa dálmata para poder conocer Estambul.



CUARTA CLARIDAD

Conocido como “El Cristo de las Bombas”, es un monumento al Sagrado Corazón levantado en 1937 y homenajea a diecinueve artilleros sublevados -de ahí las 155 bombas que lo rodeaban- muertos tras la explosión de una bomba republicana en el lugar. En 1958 fue el escenario de la fundación de la Hermandad de Alféreces Provisionales con la presencia del mismísimo Franco y la cúpula militar del momento. Durante los años cincuenta desaparecieron muchos proyectiles, pero la imagen continúa en el mismo lugar. Un agradable paseo de once kilómetros que comienza en el Lago de la Casa de Campo y dura unas dos horas y media nos conduce a este poco conocido vestigio de la contienda (foto propia). 



Supongo que alguno de mis lectores ha visitado la Cámara Santa o Capilla de San Miguel de la catedral de Oviedo, donde, previo pago, habrá podido admirar el Arca Santa o Arca de la Alianza, heredera de otra anterior que llegó al país en el siglo VII d.C para no caer en manos del rey persa Cosroes II,  datada alrededor del siglo XI. Según el erudito Gómez Moreno, contenía: un leño de la Cruz, un trozo de las vestiduras de Jesucristo, otro trozo del pan -duro suponemos- empleado durante la Última Cena, el sudario que cubrió el cuerpo yacente de Jesús (entonces ¿La Sábana Santa de Turín?), tierra santa, ropas de la Vírgen, gotas de su leche, reliquias de San Pedro, Santo Tomás y San Bartolomé, huesos de los profetas (sin especificar nombres) y de todos los apóstoles. Cuando la abrieron por última vez en 1934... ¡estaba vacía!




El Papa Formoso fue pontífice entre 891 y 896, año de su fallecimiento. Enfrentado a la familia Spoleto, convenció al rey Arnulfo de Carintia para que invadiese Roma y expulsase a la susodicha. Su sucesor Bonifacio VI, apoyado por Lamberto de Spoleto y su señora madre Ageltruda -(¡Qué nombres tan musicales!)-, impulsó un juicio contra el citado Formoso; pero fue el siguiente Papa, Esteban VI, quien lo realizó. Para ello ordenó exhumar el cadáver del pontífice Formoso y enjuiciarlo en un acto conocido por el “Concilio Cadavérico”. Sentado en un trono y ataviado con los ropajes papales, Formoso escuchó las acusaciones contra él, siendo la más importante haber abandonado su diócesis de Porto para convertirse en Papa. ¡Terrible delito! Encontrado culpable, como cabía esperar, se declaró inválida su proclamación papal y se anularon todos sus actos y ordenaciones de su papado. Desnudaron el cadáver, le arrancaron los tres dedos derechos con que impartía las bendiciones y sus restos enterrados en secreto. El Papa Juan IX anuló este juicio al proclamar nulos los realizados sobre fallecidos. Sin embargo, otro pontífice posterior, Sergio III, en el 904 revertió la situación, realizó un segundo juicio, y, tras considerar culpable de nuevo a Formoso, ordenó arrojar su cadáver al río Tíber, “para que desapareciese de la faz de la tierra”, tras ser arrastrado por caballos. Parece ser que los huesos se enredaron en las redes de un pescador, que los rescató y escondió. Hoy Formoso descansa en el Vaticano, antiguo escenario de martirios cristianos. Ora pro nobis.




- Espectacular  cripta de San Magno en la catedral de Anagni, provincia italiana del Lazio,  construida entre los siglos XI y XII. Sus frescos románicos incluyen escenas de ambos Testamentos,  la creación del universo y simbología zodiacal.



 Aunque la cripta de san Isidoro de León no tiene nada que envidiarla.




- J
onathant Swift, afortunaado escritor de "Los viajes de Gulliver", escribió la siguiente respuesta a un corresponsal pesado: “Tengo delante su carta impertinente; pronto la tendré detrás”.


QUINTA CLARIDAD



                                                                    L'AUTOMME





<<Ahora me hallo en la decadencia. El alcohol me está matando.
¿Bebe usted mucho?
No, pero me doy friegas>>

(E.  Jardiel Poncela)




viernes, 12 de septiembre de 2025

candil60

 


EL CANDIL

NÚMERO 60   ANNO III



PRIMERA CLARIDAD


Las autoridades franquistas consideraron “literatura disolvente”  todo aquello que “citaba o defendía la masonería, el marxismo, el separatismo, la pornografía y la sexualidad". Pero, sobre todo, "aquellos textos contrarios a los sanos principios de la Religión, la Patria y la Moral”.


El diario “Arriba España”, dirigido por el sacerdote falangista Fermín Yzurdiaga, futuro Jefe Nacional de Prensa y Propaganda, del 1 de agosto de 1936 publicó en su edición de Pamplona el siguiente alegato;


<<¡Camarada! Tienes obligación de perseguir al judaísmo, a la masonería, al marxismo y al separatismo. Destruye y quema sus periódicos, sus libros, sus revistas, sus propagandas, ¡Camaradas! ¡Por Dios y la Patria!>>.


En Palma de Mallorca, el 19 de julio de 1936, los sublevados:


<<iniciaron el asalto de las organizaciones obreras y los locales donde residían las agrupaciones izquierdistas. Nada escapó a su furia vandálica. Tras destrozar el mobiliario, herramientas y cuadros, hicieron hogueras con los libros de las bibliotecas>>.


La censura se estableció mediante orden de 29 de mayo de 1937. El 23 de abril sehabía regulado con la Ley de Prensa que impulsó el cuñadísimo Serrano Suñer para que los españoles leyesen solo noticias basadas en la verdad y la responsabilidad”.


La primera gran quema de libros se realizó en La Coruña el 19 de agosto de 1936, seleccionados por la sabiduría divina del padre Maseda, tal y como informó “El Ideal Gallego” del mismo día:


<<A orillas del mar, para que el mar se lleve los restos de tanta podredumbre y tanta miseria, la Falange está quemando montones de libros y folletos de criminal propaganda comunista y antiespañola y de repugnante literatura pornogáfica>>.






Días antes se había clausurado la Biblioteca Popular Circulante en Asturias, forzando al exilio o la cárcel a sus dirigentes. Libros de Blasco Ibáñez o Felipe Trigo ardieron entre vivas a Franco y brazos en alto.


La primera disposición sobre depuración de bibliotecas y control de las lecturas de la Junta de Defensa Nacional fue una orden de 4 de septiembre de 1936 que acusaba al ministerio de Instrucción republicano “de haber difundido obras marxistas entre la infancia. Por ello era necesario hacer desaparecer esas publicaciones de escuelas y bibliotecas y la destrucción de aquellas contrarias a los sanos principios de la Religión y la Moral”.


El escritor y periodista Rafael Abella incluye el siguiente párrafo en su “La vida cotidiana durante la guerra civil. La España Nacional”, de 1973.


<<En cuanto a la censura de libros, su implantación tuvo características inicialmente draconianas en expurgo de bibliotecas y privadas y retirada de la venta de toda literatura conceptuada de pornográfica, de marxista, de ácrata o de dilsovente, término en el que incluía lo que era de matiz contrario a la línea del Movimiento Desde Nakens (periodista) a Martín de Lucenay (cineasta), desde Belda a Kropotkin (teórico anarquista ruso), se quemaron en grandes piras que, a modo de autos de fe, convirtieron en humo un montón de letra impresa considerada nefasta -y, en ciertos casos, con razón- para los españoles. Y digo en ciertos casos, porque, al socaire de esta depuración, se destruyeron muchos libros de editoriales tachadas de peligrosas y otros publicados por Biblioteca Nueva, Pueyo y Espasa-Calpe. Entidades significadas en lo literario más que en lo social>>.


EL 23 de diciembre de 1936, la Junta Técnica del Estado, sustituta de la Junta de Defensa Nacional de España, declaraba ilícitas todo tipo de publicaciones socialistas, comunistas, libertarias, pornográficas y disolventes. Algunos libreros fueron ejecutados por su defensa férrea de la cultura. Algunos responsables de bibliotecas que habían permanecido en zona republicana durante la guerra fueron sancionados a posteriori como es el caso de la conocida María Moliner.


Las bibliotecas universitarias no escaparon a la furia ardiente del nuevo régimen como atestiguan la quema de libros en Valladolid, Santiago de Compostela o Zaragoza, pues “en todos los distritos universitarios debían crearse comisiones depuradoras presididas por el rector o un delegado suyo, y formada por un catedrático de Filosofía y Letras, un eclesiástico, un funcionario del Cuerpo de Archiveros y Bibliotecarios, un militar, otro de la Delegación de Cultura de la FET de las JONS y otro de la Asociación Católica de Padres de Familia a fin de retirar aquellos libros, revistas, publicaciones, grabados e impresos que contengan textos o láminas que expongan ideas disolventes, conceptos inmorales, propaganda marxista o signifique falta de respeto a la dignidad de nuestro glorioso ejército, atentados a la unidad de la Patria, menosprecio a la Religión Católica, y cuanto se oponga al significado y fines de nuestra Cruzada Nacional”.


En una pastoral, el obispo de Palencia, monseñor González y García, titulada “Lecciones de la tragedia presente. Preparando soluciones para la posguerra”, responsabilizada al gobierno republicano de “haber promovido la difusión de una literatura extranjerizante, anticatólica y pornografica”. Monseñor González y García fue canonizado en 2016.


El 2 de mayo de 1939 el diario “Ya” informaba del acto de inauguración de la Fiesta del Libro celebrado en Madrid con el título: “Auto de Fe en la Universidad Central”. El discurso inaugural lo pronunció el catedrático de Derecho y quintacolunmista Antonio de Luna. Destacamos el siguiente párrafo de su arenga: <<Para edificar una España Una, Grande y Libre, condenamos al fuego los libros separatistas, los liberales, los marxistas, los de la leyenda negra, los anticatólicos, los del romanticismo enfermizo, los pesimistas, los pornográficos, los de un modernismo extravagante, los cursis, los cobardes, los seudocientíficos, los textos malos y los periódicos chabacanos. E incluimos en nuestro índice a Sabino Arana, Rousseau, Marx, Voltaire, Lamartine, Gorki, Remarque o Freud...>>

El régimen franquista nunca fue neutral.





SEGUNDA CLARIDAD


- (Bandera del Condado de Johnson (Wyoming), cuyo fondo es una ikurriña en recuerdo de que los primeros colonos  llegados al territorio procedían de Iparralde,  Behe Nafarroa o Baja Navarra.
La Junta de Andalucía gastará 242.000 euros para   que durante cuatro años detectives rastreen a los empleados de las ITV de baja, observen su vida cotidiana, recopilen fotos y vídeos y elaboren informes para los juzgados.
- "No parece año de eventos catastróficos" vaticinó el Consejero de Medio Ambiente castellanoleonés días antes de comenzar los terribles incendios que han asolado la Comunidad.
- Trump anuncia un decreto para identificar a los votantes y restringir el voto por correo, aunque  la Constitución usamericana  lo prohibe.
- El gobierno andaluz presume de su apoyo a la tauromaquia en base a que "tiene mucho futuro".
- "Make América Great Again" dijo Trump. "Make Gaza Jewish Again" ha dicho Nethanyahu. Los demás no han dicho nada.
- Durante un partido de fútbol frente a la sede de la ONU en Nueva York los equipos palestino e israelí contendiente usaron como pelota una cabeza plástica de Netanyahu.




- "Los presidentes autonómicos del Partido Popular van a defender el interés general de nuestra nación, por  ese motivo van a rechazar la quita de su deuda que ofrece el gobierno sanchista. No arregla absolutamente nada", afirma el señor Tellado, Secretario General de dicho partido.
- El estado de Oklahoma hará exámenes a los nuevos profesores para evitar contratar a "adoctrinadores marxistas".
- El estado de Florida quiere eliminar la obligatoriedad de la vacunación infantil porque sus autoridades la consideran "una esclavitud y una intrusión en la capacidad paterna para decidir sobre la salud de sus hijos".
- La preclara presidenta autonómica de Madrid, alias "la frutera", "compara las protestas en la Vuelta a España contra el genocidio de Palestina con los atentados de Munich 72 en los que murieron 11 atletas israelies, cinco  terroristas palestinos y un policía alemán". (Según su óptica es posible que alguno de los palestinos muertos fuera antepasado de Sánchez). Días más tarde propuso que alumnos de Matemáticas e Ingenierias pudieran dar clases en institutos ante la falta de profesores (consecuencia de las malas condiciones económicolaborales que impone la citada).
- El Secretario General del Partido Popular, señor Tellado, afirma que "su partido cavará la fosa del gobierno". 
- La Comunidad de Madrid contabilizará a los hijos concebidos no nacidos  -¡se van a disparar las familias numerosas!- como miembros de la unidad familiar a la hora de solicitar becas u otros tipos de ayuda.
- Una senadora popular afirma en la Cámara Alta que " el cambio climático se ha acelerado desde que gobierna Pedro Sánchez".










TERCERA CLARIDAD



SOBRE LA MESA



Cuando me levanté, el diario de Adriana estaba sobre la mesa.

Ella decía que guardaba toda su vida, sus secretos más imperdonables. ¿Le confesaré algún día que lo había leído desde el principio? ¿Me lo perdonará?

Adriana M., doctora en medicina, divulgadora científica, treinta y seis años, melena castaña rizada, ojos verdes, atractiva, silueta sugerente. Nunca se casó a pesar de sus numerosos pretendientes. Tampoco había tenido hijos. Solo existía su carrera.

Tras una conferencia sobre el licopeno y su importancia en la dieta humana, me acerqué a felicitarle y pedirle un autógrafo. Cuando leí su diario, descubrí una entrada en la que recogía sus impresiones sobre nuestro encuentro, sobre aquella primera noche de amor que nos sorprendió a los dos. A mi, por la facilidad; a ella, por su falta de costumbre, pues los compromisos representaban un posible obstáculo en su imparable carrera hacia el éxito. Separación de bienes, sin intromisión en las respectivas actividades profesionales, la convivencia seguía siendo placentera para ambos tras cuatro años. Para ella soy un complemento afortunado; y ella, para mi, un humilde camarero aficionado a la ciencia, una compañera que nunca imaginé. Admito sin rubor que la considero superior a mi en todos los aspectos.

Otra de las entradas de su diario hablaba de Darío S., su editor, con el que mantuvo una relación paralela a la nuestra durante tres años y medio hasta que él... pereció en un accidente de tráfico. Lo notable de la reseña es que Adriana dudaba que fuese un percance casual. Días antes había sabido que Natalia P., esposa de Darío, había descubierto unas fotos comprometedoras de ambos y, más tarde, les había escuchado discutir -y amenazarle- poco antes de entrar Adriana a su despacho por una cita profesional con él. La semana siguiente Darío S. estrellaba su deportivo contra un árbol al fallarle los freno. Adriana sospechaba de Natalia, pero no podía demostrarlo. Durante el funeral, ambas mujeres, antes íntimas, se mantuvieron frías y distantes. Como cabía esperar, Adriana cambió de editorial, lo que redundó en más ventas, entrevistas, conferencias y proyección social. Por mi parte, el bar donde trabajaba había aparecido en el suplemento dominical de un periódico nacional por el éxito de sus croquetas de trufa y bacalao.

Adriana contrató a un detective para que indagase sobre el accidente fatal de Darío S. Tras varios días de sagaces pesquisas, supongo, el investigador le entregó un informe en el que señalaba que, después de sobornar a un madero, pudo inspeccionar el deportivo y comprobar que un manguito estaba cortado, lo que había provocado la salida del líquido y el consiguiente fallo de los frenos. El informe añadía que la policía investigaba al taller donde Darío S. había llevado a revisar su vehículo. Más en concreto, investigaba a un mecánico que había trabajado en el coche y se había despedido tras completar la revisión. Esa coincidencia les resultaba sospechosa.

Otra entrada hablaba del desgraciado accidente casero que provocó el deceso de Natalia P., al caer por las escaleras, aunque el hecho de que la policía encontrase un trozo de sedal atravesado sobre un peldaño y anudado a la barandilla con el que pudo tropezar la finada y precipitarse escalones abajo, mantenía abierta una investigación por posible asesinato.

La última entrada del diario de Adriana habla de mi, de los temores que he despertado en ella al descubrir accidentalmente que había dejado mi trabajo de camarero. En el correo llegó mi finiquito del taller mecánico donde revisé el deportivo de Darío S., un tipejo baboso y despreciable al que odiaba desde que conocí su aventura con mi querida Adriana. Los celos me enloquecieron, me hicieron presentarme en el domicilio de Natalia P., identificarme ante ella, descubrir que también le odiaba por el mismo motivo. Tras revolcarnos en su cama de matrimonio, acordamos que me ocuparía de él. En cuanto a la muerte de la hermosa Natalia, fue una simple cuestión de... eliminar cabos sueltos.

La agenda de Adriana está sobre la mesa. Ella me observa con mirada vacía. El abrecartas que le regalé por nuestro primer aniversario permanece clavado en su corazón. No quiso o pudo comprender que solo actué por el inmenso amor que la profesé en la vida y... la muerte.



CUARTA CLARIDAD

- Conocido como Puente Colorado o Rojo (por estar fabricado en ladrillo), forma parte del Viaducto de Valdeza. Consta de cinco arcos y mide 30 metros de longitud. El citado Valdeza se refiere al arroyo que, ahora seco, transcurría bajo él y sirvió para regar varias huertas propiedad de un convento jerónimo. Transportaba agua desde el repartidor de aguas del cerro Garabitas hasta el Pinar de las Siete Hermanas, frente al Parque de Atracciones. (Era uno de los fuertes que teníamos los colegas de la Teja para jugar a los indios. La primera vez que estuve allí me sentí en el extranjero).


Un equipo de la Universidad de Oxford ha descubierto que los celtas, los pueblos indígenas británicos, son descendientes de una tribu de pescadores ibéricos que cruzaron el Golfo de Vizcaya hace 6.000 años. El análisis de ADN revela que tienen una "huella dactilar" genética casi idéntica a la de los habitantes de las regiones costeras de España, cuyos propios antepasados emigraron hacia el norte entre el 4.000 y 5.000 a. C.

Kublai Khan, nieto de Gengis Khan, vivió entre 1215 y 1294. En ese tiempo instauró la dinastía china Yuan, conoció a Marco Polo y creó un imperio que abarcó la actual Corea, la zona norte de la actual Birmania  y China por supuesto. Intentó dominar Vietnam y Java, pero la guerra marítima no era lo suyo. Tuvo dos capitales: la de verano, Shangdu, conocida en Occidente como Xanadú (arrasada en 1368), y la de invierno, Kanbalic (“Ciudad del Kan”) o Dadu (“Gran Capital”), que hoy conocemos como Pekín. Su recuerdo permanece inalterable gracias al conjunto escultórico erigido a finales del siglo XX cerca de la citada Xanadú


- Relicario de pie exhibido en el Museo Histórico de Basilea (Suiza). Fabricado en el siglo XII, sirvió para guardar reliquias de santos martirizados y generar ingresos para el templo donde se exhibía.
 



- Comercializado como Rapex en el Sur de África por un técnico sanitario, contiene púas en su interior y se inserta dentro de las mujeres Ha resultado ser un magnífico remedio contra las frecuentes violaciones que se producen en la zona.






QUINTA CLARIDAD



(claraboya de la Sociedad General de Autores y Editores)



"La abundancia de comerciantes ha quitado interés a los piratas".- (Enrique Jardiel Poncela).




martes, 2 de septiembre de 2025

candiliterario 50

 




EL CANDIL LITERARIO

NÚMERO 50


EL ESPEJISMO

El puerto de Sevilla era un hervidero de galeones, galeazas, naos, carracas, bergantines, urcas y carabelas y otras embarcaciones más pequeñas como polacras, jabeques, tartanas y pataches, de las que subían y bajaban marineros cargados con provisiones para los barcos próximos a partir y mercancías recién llegadas del Nuevo Mundo. Sin embargo, aquel día del año del Señor de 1562 era especial para mi. Partía de Hispalis la flota hacia Veracruz para cargar las riquezas de aquellas tierras y, por tanto, la Corona necesitaba completar las tripulaciones de su flota. Por ese motivo me levanté temprano, y me presenté ante mi padrino, el piloto Andrés de Triana, quien, ,al conocer mis intenciones, me dijo:

  • Joselillo, ¿has hablado con tus padres?

  • Mis seis hermanos y yo parecemos transparentes de la gusa que pasamos. ¡Claro que no!... Sabéis perfectamente que me prohibirían embarcar.

  • ¡Y con razón!... ¿Cuántos años tienes?

  • Catorce y veinte días.

  • Eres demasiado joven para una singladura tan larga y peligrosa.

  • He visto en vuestras naos a grumetes más pequeños que yo.

  • Son huérfanos que embarcan en busca de un futuro mejor. En cambio, tú...

  • ¿Yo qué?... ¿Qué futuro me espera: ser zapatero remendón como mi padre?

  • Un oficio humilde, pero honrado.

  • Con el que te mueres de hambre.

  • Bueno, necesito un grumetillo para el “Nuestra Señora de Atocha”. Es un trabajo muy duro y mal pagado.

  • Pero comeré todos los días.

  • Quizá debas pelearte con otros por el rancho.

  • ¡Como hago aquí!... ¿Cuándo empiezo?

  • ¿No te despedirás de tus padres?

  • ¿Qué decís?... Me retendrían contra mi voluntad.

  • Habla con el contramaestre Curro, aquél moreno sentado sobre el noray. Preséntate ante él y dile que vas de mi parte para el Nuestra Señora.

  • ¡Gracias, padrino!

  • No te hago ningún favor. Te esperan largos días de mucha faena y poca recompensa.

  • Pero veré a las mulatas.

  • Donde vamos no haylas. Son indias.

  • ¿Cómo?... ¿Acaso no vamos a tierra de negros?

  • No, navegaremos hacia el Nuevo Mundo.

  • ¿Acaso no es lo mismo?

  • ¡Claro que no!... Están en dirección contraria

  • Estoy un poco defraudado.

  • Entonces, ¿quieres desistir en el empeño!

  • ¡Ca!... Mulatas, indias... mujeres al fin y al cabo.

  • Bien. Ahora habla con Curro. Te señalará tus funciones y el día y hora de partida.

Me despedí de mi padrino y acerqué al contramaestre, quien anotó mi nombre y relación con el piloto en la nómina de tripulantes del Nuestra Señora. Después, me citó para dos días después al alba.

Transcurrido dicho plazo me presenté en El Arenal con una muda limpia, una pastilla de jabón y un peine en un hato que cargaba al hombro, cuando el sol despuntaba en el horizonte. En cuanto a mi vestimenta, se reducía a un pantalón oscuro hasta media caña, camisola blanca de media manga y unas alpargatas de esparto. Me presenté ante Curro, quien dijo al verme.

  • Bien, Joselillo, ha habido algunos cambios desde que te alistaste.

  • ¿Cambios?... ¿Me han rechazado?

  • ¡No, no!... Zarpamos en una hora, pero ha variado nuestro destino.

  • ¿No veré a las indias?

  • En este viaje no.

  • Me lo prometió mi padrino Andrés de Triana.

  • Ya, pero las órdenes vienen de más arriba.

  • ¿Tampoco navegaremos en el Nuestra Señora?

  • Sí, sí. Ahora te acompañaré hasta la galera y presentaré al capitán don Diego de Alfarache.

El principal cambio se refería a nuestra misión: construiríamos un centro de avituallamiento y un fuerte en una isla próxima a otra que se llamaba El Hierro.

  • ¿Hierro?... ¿Qué hierro?

  • Una de las Afortunadas.

  • ¿Afortunadas?... ¿Hay oro u otras riquezas?

  • No, no, Joselillo. Son afortunadas por su buen clima – aclaró Curro.

  • ¡Bah!... Con el buen tiempo no me haré rico y quiero comprar una casa grande para casarme con mi Esperanza.

  • ¡Eres muy joven!... Disfruta un poco la vida.

  • Nunca habrá otras mujeres para mi.

  • Cambiarás de opinión, cuando conozcas más. Las nativas de las islas Afortunadas son muy hermosas.

  • Ninguna rivaliza con mi Esperanza.

  • ¿Qué edad tiene?

  • Doce años.

  • ¡Ja, ja!... Aún es una niña...

  • ¡De mi amada no se ríe nadie! - grité, mientras cerraba los puños y miraba retador al contramaestre.

  • ¡Tranquilo, Joselillo! Reserva tus fuerzas para la singladura. Las necesitarás – comentó Curro, mientras me revolvía el pelo.

Después caminamos hasta el muelle donde permanecía fondeada la galera. Subimos por una rampa de madera y me presentó al capitán, el citado don Diego de Alfarache, quien lucía elegante con su jubón negro con hilos de oro, sus calzas y carpines del mismo color y su camisa blanca con chorreras en mangas y cuello. Calzaba pantuflos también negros con hebilla de plata. A la cintura, una espada de lazo con virola doble le confiaba un conjunto autoritario y respetable a pesar de que tendría poco más de veinticinco años.

  • Don Diego -dijo Curro-, le presento al nuevo grumete, Joselillo. Es ahijado del piloto Andrés de Triana.

  • A sus órdenes, señor – exclamé, mientras el capitán me recorría con mirada fría y distante.

  • Preséntale al Vasco. Le enseñará el oficio y los castigos por desobedecer.

Tras estas palabras, escuchamos un sonido metálico aproximarse a nuestra posición. Poco después, vimos llegar a diez soldados con mosquete al hombro que avanzaban a ambos lados, cuatro, y detrás, dos, una gran multitud de hombres semidesnudos engrillados en pies y manos. Al frente de todos ellos, caminaba un alférez según me informó Curro.

  • ¿Quiénes son? - pregunté impetuoso.

  • Grumete -respondió el capitán-. Acostúmbrate a partir de ahora a hablar solo cuando se dirijan a ti.

  • ¿Eeeh...?

  • Ya le explicaré las normas de a bordo, Don Diego.- intervino Curro

  • Así lo espero. Ya sabéis que la disciplina es la base de una buena tripulación. En cuanto a tu pregunta, descarado, te diré que son los galeotes encargados de mover nuestro barco. Después preguntó al alférez: “¿Cuántos traéis?”.

  • Trescientos, señor.

  • Bien. Que suban a bordo y se instalen en sus aposentos – bromeó don Diego, aunque yo tardé varios días en comprender el significado de su chanza.

  • ¿Ellos solos pueden moverlo?....¿Por qué llevan grilletes?

  • Son delincuentes condenados por crímenes horribles – señaló el contramaestre.

  • El Vasco, Curro - ordenó el capitán.

El citado Vasco resultó ser un chicarrón poco mayor que yo, pero el doble de alto y fuerte. Nadie conocía, o parecía conocer, su nombre de pila, por lo que se referían a él con este apodo.

  • Vasco, este es Joselillo, el nuevo grumete. Enséñale sus obligaciones y dónde comer y dormir.

  • No necesito aprendices – respondió.

  • Díselo al piloto.

  • ¡Encima enchufao!

Una vez solos, el Vasco me estudió detenidamente. Luego, dijo:

  • ¡Eres un enclenque!... Dormirás en el pañol de proa y comerás el rancho como todos, pero, como siempre estamos hambrientos por las magras raciones que nos dan, no dejes que te lo quiten. Traga rápido y en silencio.

  • ¿Qué es un pañol y la proa?

  • Un pequeño almacén y la parte delantera de la nave – contestó el Vasco.

  • ¿Tú dónde duermes?

  • En la popa.

  • ¿La qué?

  • La parte trasera... ¿No conoces los términos náuticos?

  • Soy de tierra firme – señalé.

  • ¡Ahora no!... Ignorar el significado de palabras como verga, trinquete, mesana, bauprés o tabladillo puede traerte problemas.

  • La verga sé lo que es, pero me avergüenza decirlo.

  • No es lo que imaginas. En cuanto zarpemos, comenzarás a fregar la cubierta.

  • ¿Es muy grande?

  • Estás sobree ella.

  • Pero... ¡está descubierta! - exclamé.

  • Ya, pero es su nombre.

  • ¡Menuda pijada!

  • Tiene que estar reluciente, o probarás el látigo – me advirtió el Vasco.

  • ¡A mi no me pega ni mi padre!

  • Pues... espabila o atente a las consecuencias.

De repente, escuchamos la orden de quitar amarras. Después, el sonido de un tambor.

  • ¿Llevamos músicos a bordo? - inquirí al Vasco.

  • ¡No, ignorante!.. Sirve para marcar el ritmo a los remeros.

  • Los he visto llegar. Algunos llevaban turbantes.

  • Moros renegados que se niegan a abjurar de su fe pagana – respondió el vasco con una precisión que me sorprendió. Yo no me expresaba con tanta...¿pulcritud?

Mi padrino se acercó a saludarme y hablarme aparte.

  • ¿Qué tal, Joselillo?

  • De momento bien. Todavía no he hecho nada.

  • Atiende las órdenes del capitán, los oficiales, el piloto y el contramaestre y todo te irá bien.

  • ¿Vos también me mandáis?

  • Hay más jefes que marineros, pero es la organización que tenemos.

  • Me ha dicho Curro que vamos a una isla de hierro a construir un fuerte.

  • No, no. Vamos a una isla próxima a El Hierro, una las islas Afortunadas, donde las mujeres son tan hermosas..

  • Eso también lo ha dicho, pero yo solo quiero a mi Esperanza.

  • ¿Esperanza?... ¿De quién hablas?

  • De mi futura esposa.

  • ¡Un momento!... ¿Mi Esperancita?

  • La misma.

  • Pero si tiene doce años

  • Y yo catorce.

  • Tienes muchos pájaros en la cabeza.

La travesía prosiguió río abajo sin contratiempos a una velocidad constante, protegidos por los bergantines “San Rafael” y “San Gabriel” para repeler posibles ataques desde las orillas del río. Una semana después vislumbré, ante mi asombro, una zona en que el río se ensanchaba y juntaba con mucha más agua. Lal mar!... ¡Por fin veía la mar océana! El timonel maniobró hasta acercar la galera al muelle, donde la amarramos a varios norays. Después, cargamos agua y vituallas, recogimos a varios alarifes y dejamos algunos fardos para los mercaderes locales. Nuestra misión era construir un fuerte y un centro de avituallamiento, pero también servíamos de correo entre la capital y los pueblos aledaños.

Como nuestro destino era un conjunto de islas -archipiélago las llamó, le pregunté al Vasco:

  • Mi padrino, el piloto, me dijo que eran las islas Afortunadas y tú me dices que se llaman islas Archipiélago. ¿Son las mismas con nombres distintos o han cambiado otra vez nuestro destino?

  • ¡Qué necio eres!... Archipiélago es un conjunto de islas, no su nombre.

  • ¡Ah!

  • Las islas Afortunadas o Canarias son fabulosas: buen clima, mujeres hermosas, calma y abandono... ¡Ah!

  • ¿Ya has estado antes? - inquirí.

  • Dos veces. Ahora empieza a fregar, grumete – me ordenó el Vasco.

  • ¿Y tú qué harás entretanto?

  • Corregirte.

La travesía hasta las islas duró muchos días -dejé de contar al llegar a diez, el último número que aprendí-, pues el viento se mantuvo entre flojo y ventolina según su fuerza, que podía oscilar entre “calma chicha” y “huracán” según me contaron los marineros; aunque nuestra galera contaba con la fuerza de los remeros, por lo que surcamos las olas a buena velocidad.

Una mañana en que dormitaba sobre unas maromas tras un desayuno a base de galletas y café aguado escuché, por fin, el esperado grito de:

  • ¡Tierra!... ¡Tierra a estribor!

Que emitió el vigía situado en la cofa. Piloto, capitán y oficiales apuntaron sus catalejos en la dirección que indicaba el centinela. Después mi padrino, como piloto mayor, ordenó al timonel:

  • Rumbo 28º 32' Norte, 23º 14' Oeste.

Forzando la vista, vislumbré una masa rocosa con dos grandes montañas. Grité y salté entusiasmado. Cuando volví a mirar, había desaparecido. Pregunté al Vasco, que permanecía tan sorprendido como yo.

Continuamos navegando hacia la posición señalada hasta alcanzar el punto en que la ubicaban las cartas náuticas, pero se levantó una espesa niebla que impedía la visión más allá de un par de metros. El capitán ordenó que se lanzase la sondaleza. Tras comprobar que había profundidad suficiente, ordenó soltar el ancla a la espera de que levantara la calígine. A media mañana, se disipó la bruma, pero había desaparecido la isla. Mi padrino comprobó la brújula y las cartas. Desesperado, perplejo, comunicó al capitán que estábamos en el punto exacto que marcaban los mapas como ubicación de la isla de san Borondon -fue entonces cuando escuché ese nombre por primera vez-, pero no se veía por ningún lado. Mantuvimos la posición, mientras el capitán ordenaba al vigía que otease el horizonte y le comunicase la aparición de nueva tierra. Entretanto se encerró a deliberar en su camarote con sus oficiales y el piloto. Mientras la tripulación, ociosa, nos dedicamos a fumar, cantar, jugar y dormitar.

A mediodía todo seguía igual. La isla se mantenía esquiva. El capitán, tras el capítulo, reunió a la marinería para informarnos de que mantendríamos la nave al pairo dos o tres días por si reaparecía la isla, y de que, en caso de mantenerse la actual situación, nos dirigiríamos a El Hierro para recabar más información y embarcar guías locales que nos ayudasen a encontrar nuestro objetivo y completar la misión encomendada.

Atracamos sin más peripecias una mañana radiante de sol radiante y humedad relativa. Mientras el capitán comunicaba al gobernador su misión y su sorpresa ante la desaparición de una isla que había visto con sus propios ojos, el contramaestre buscó algún lugareño que pudiese ayudarnos en nuestro viaje de regreso a las coordenadas de la isla esquiva. A su vuelta con un par de nativos, escuché las palabras “La Encubierta”; aunque no me aclararon nada. Entonces la vi desde la borda. Morena, cimbreña, preciosa... Me enamoré al instante. La saludé con mi natural atrevimiento.

  • ¡Hola!... Soy Joselillo.

La muchacha me miró y sonrió con timidez.

  • ¿Dónde vives? ¿Qué edad tienes? ¿Cómo te llamas?... Te amo, te amaré siempre.

  • Maday... ¿Qué haces aquí?

  • Vengo de Sevilla.

  • ¿Sevilla?

  • La península.

  • ¡Ah!... ¿Eres el capitán del barco?

  • ¡Qué más quisiera?... Solo soy el grumete. ¿Quieres subir a bordo?

Sin contestarme, ascendió por la rampa y se situó a mi lado. Nos miramos en silencio. Entonces escuché la voz de mi padrino:

  • Joselillo, ¿qué hace esta niña a bordo?

  • Es mi novia, padrino.

  • Pero ¿no era mi hija?

  • Sí, en Sevilla.

  • Lo siento, pequeña, pero las mujeres no pueden estar en el barco. Revolucionarían a la tripulación.

  • ¡Vaya lata! -protesté-. ¿Cuándo puedo volver a verte?

  • No puedes abandonar la nave, Joselillo, hasta que no la autorice el capitán – me recordó mi padrino.

  • Empieza a cansarme tanta norma.

  • Ya te advertí antes de alistarte.

  • Yo buscaba aventuras, no estar fregando todo el día.

  • Has leído demasiados libros, bromeó mi padrino, consciente de que nunca había pisado la escuela.

  • Te espero esta tarde -dijo Maday- en la escollera.

  • ¿Dónde está?

  • Pregunta por ahí.

Después mi amada abandonó el barco ante mi desilusión. El capitán regresó tras la comida. Volvió a reunirse en su camarote con sus oficiales, el piloto y el contramaestre para informarles sobre la naturaleza fantasmal de la isla que habíamos visto y no visto, conocida en la zona como “La Encubierta” y “La Encantada”, pues se consideraba un espejismo producido por el reflejo de la cercana isla de la Palma. Perplejos, incapaces de comprender tal fenómeno, permanecimos amarrados a la espera de nuevas órdenes; cuya petición salió en el primer mercante que zarpó rumbó a la península y cuya respuesta llegó quince días después con el mandato de regresar a nuestro puerto de partida a la espera de una nueva misión. Cuando los galeotes del “Nuestra Señora de Atocha” sacaron el barco del puerto de El Hierro, yo no estaba a bordo. Yacía en brazos de la cálida y dulce Maday, amor profundo en su idioma. Entre sus caricias y abrazos, Maday me hizo hombre, maduré todas las veces que ella me reclamó. Había encontrado mi paraíso particular y... no era un espejismo.