martes, 9 de julio de 2019

CHAFARDERO 78

<<EL CHAFARDERO INDOMABLE
NÚM. 78  ANNO V

PRIMERA PLANA 78
En contra de lo afirmado por los antropólogos de Atapuerca, el Homo Antecessor no se extinguió. En la actualidad, están todos afiliados a uno de los tres partidos que forman el denominado “trifachito”.
Excusándose en el incumplimiento del acuerdo firmado entre el PP y Vox para poner un alcalde capitalino popular, el partido de extrema derecha, ultraconservador o derecha radical -según a quien se pregunte-, rompe dicho acuerdo -que entregaba concejalías de gobierno a Vox a cambio de su apoyo, aunque el PP haya intentado cambiar este término por Juntas de Distrito-, y se pasa a la oposición en todas aquellas ciudades donde hubieran alcanzado acuerdos semejantes; lo que debilita la posición de sus ¿exsocios? populares. Para demostrar que habían acordado la entrega de dichas concejalías, representantes de Vox hicieron público el documento de dicho acuerdo; cuyo punto 3 ha suscitado bastante guasa e indignación, pues señala que: “las partes mantendrán discreción sobre este acuerdo”. ¿Qué temían si se hacía público? ¿Por qué pactan contra los deseos y necesidades de los ciudadanos los autoproclamados “representantes populares”? ¿Los miembros/as de Vox no saben leer o se trata de un claro ejemplo de venganza contra el PP, su hermano mayor? 
En un nuevo colmo del cinismo, que se superará en cualquier momento, el líder de Cs en la Comunidad de Madrid, señor Aguado, pide al grupo socialista que se abstenga por responsabilidad y facilite un gobierno estable, presidido por él desde luego. De que su partido haga lo mismo a nivel nacional, en justa reciprocidad, nada de nada. ¡Sería irresponsable!
El señor Iglesias, como cabeza visible, y sus adláteres, están convencidos de ser  los únicos progresistas del país, convencimiento que les obceca y puede perjudicar más todavía sus futuros resultados electorales
El señor Rivera, y sus adláteres, están convencidos de ser los únicos demócratas constitucionalistas del país -lo que parece lógico al ser un término inventado por él- y de ser los únicos que pueden solucionar los múltiples problemas del país, entre los que se encuentran ellos. 
Ciego de soberbia y ambición, el señor Rivera parece convencidos de que acierta al pactar con la derecha para desbancar al pérfido socialista, que amenaza con unas elecciones si no sale investido presidente,  en las que Ciudadanos podría perder muchos apoyos por su ofuscamiento y escasa cintura política; lo que disminuiría su ego y su influencia política. Al fin y al cabo, parece que, antes de ganar el gordo, hay que conformarse con la pedrea. Por su parte, el señor Iglesias insiste en pertenecer al gobierno del señor Sánchez, en un acuerdo que denomina “de colaboración”, amparándose en sus cuarenta y dos diputados en el Congreso; cuando su actitud parece más un chantaje que simple cooperación.
Cierta noche tuve un sueño en el que los ciudadanos/as, hartos de la soberbia, estupidez y ninguneo de los políticos, asaltaban las sedes de los partidos, los centros de poder político, religioso,  militar y económico, para manifestar su ira y frustración. También soñé que lo televisaba 13TV por ser la emisora más pía de la nación. ¡Fue un espectáculo memorable, catártico, extático, ver a los principales líderes políticos correr por las calles de las ciudades, pidiendo clemencia y piedad, prometiendo  respetar los derechos de todos y todas, trabajar gratis para el bienestar general; mientras los perseguían hordas de parados de larga duración, jubilados indignados con su magra pensión agitando sus bastones con gesto amenazante, parejas que no pueden conciliar su vida laboral y familiar, marginados de todo tipo y condición, trabajadores que no llegan a fin de mes, estudiantes y científicos que deben emigrar por cerrárseles todas las puertas para investigar y modernizar el país…!  El sueño terminó con la mirífica visión de algunos políticos patrios cruzando la frontera y otros, saltando al mar para escapar de sus ofendidos conciudadanos; mientras los barcos de  Salvamento Marítimo permanecían amarrados en sus puertos al carecer de autoridades que los ordenasen zarpar. ¡Hacía tiempo que no dormía también!
Fue el primer día de un nuevo tiempo, tal vez aquél en que gobernasen sólo los mejores, los verdaderos aristócratas, de la nación. Aquella fecha se conoció, desde entonces, como el Glorioso Día de la Regeneración, la nueva fiesta nacional.

Homo Antecessor pactando


¿QUÉ SUCEDIÓ EN ESTOS DÍAS?

- El presidente de El Salvador nombra  “Ministro de Youtube” por decreto al español Auronplay.
- Realizan una procesión durante una romería en Pontevedra con personas vivas dentro de ataúdes.
- La candidata de Vox a la presidencia de la Comunidad de Madrid, señora Rocío Monasterio, madre de cuatro hijos, afirma que “el descenso de población con síndrome de Down se debe al exterminismo eugenésico”.
- La consejera Popular de Cultura de la Junta de Andalucía promociona las ruinas romanas de Itálica con fotos del Coliseo de Roma.
- Oferta laboral: “Busco empleada de hogar que me limpie el piso semidesnuda o sin ropa interior”.
- Uno de cada cinco ingleses utiliza aceite de cocina para conseguir un bronceado perfecto.
- Un controlador aéreo sancionado por hacer huelga el Día de la Mujer.
- Rociarán  con agua bendita desde un helicóptero  la ciudad colombiana de Buenaventura para “erradicar al diablo”.
- RTVE se disculpa por cocinar platos catalanes en un programa de “Master Chef” en Valencia.
- Un portero acude a rematar un córner y regresa a su portería en moto
- Un supuesto demógrafo afirma en televisión que "los gais y lesbianas son una bendición para el mundo, porque no procrean y ya somos muchos".
- Hacienda revela que el PP pagó su sede de Bilbao con donaciones para proteger a sus concejales de ETA.
- Donald Trump elogia al ejército por tomar el control de los aeropuertos en la Guerra de Independencia de 1775.


LITERALIA I


CAPÍTULO VI


Adalberto Rabazas era un sentimental (1).


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NOTAS:

1) Sobre todo en el cine. Lloraba cuando moría alguno de sus actores o actrices favoritas (cuando era pequeño, creía que sucedía en realidad), o una pareja se prometía amor eterno ante un horizonte despejado, o una madre encontraba a sus hijos tras una truculenta odisea, o…. Durante su etapa parisina, vio todas las películas de Miou Miou (2).
2) Sylvette Herry, actriz francesa nacida en 1950. Adalberto Rabazas adoraba su rostro redondeado enmarcado por una melena rubia a lo garçon.
La señorita Civantos de la Esparraguera, por su parte, amaba a George Clooney, como muchas otras mujeres de su generación. Enloquecía, cuando salía en la pantalla de un cine o de la televisión, o cuando veía fotografías suyas en las revistas rosas. Para burlarse de ella, Adalberto Rabazas comentaba que era más atractivo el cerdo vietnamita que tenía por mascota. Comenzaba una gran discusión entre ellos que derivaba en silencios tensos y miradas asesinas hasta que él se disculpaba y la besaba fugazmente en los labios. Seguían solteros, y, como ya se dijo, la respetaría hasta el matrimonio. Sin embargo ella no había prometido nada, por lo que le besó hasta  casi perder la respiración. No era George Clooney, pero un encanto como admirador (3).
3) Consecuencia de su admiración por Miou Miou, Adalberto Rabazas hablaba a todos sus conocidos del gran cómico francés Coluche (Michel Colucci), con el que la actriz había trabajado en alguna película, competidor de François Mitterrand a la presidencia francesa durante la campaña de 1981 y fallecido en accidente motociclista cinco años después (4).
4) Antes de convertirse en interventor del banco y, por tanto, en una persona respetable que debe cuidar su aspecto y costumbres, Adalberto Rabazas pilotó una Triumph negra de 1200 cc con la que conquistó a numerosas turistas durante sus vacaciones en Javea. No se consideraba un mujeriego, pero disfrutaba la compañía femenina. Siempre respetuoso, aunque decidido hasta que conoció a la señorita Civantos de la Esparraguera, vivió de flor en flor o, mejor dicho, de cama en cama. Tal vez fuese amor, o, tal vez, miedo al qué dirán (5).
5) Coletilla referente a la opinión ajena sobre la vida de los demás basada en simple envidia muchas veces; pero capaz de destruir una reputación. Como algunas personas están dispuestas a creérselo todo, no necesita basarse en hechos reales o comprobables. Su efecto puede multiplicarse a gran velocidad y, como toda mentira, terminar convertido en un asunto de difícil solución (6).
6) Adalberto Rabazas también solía emocionarse, cuando se resolvía una situación complicada; aunque no le afectase personalmente.  Como un sábado por la noche en que ayudó a una joven a zafarse de un admirador demasiado cariñoso. Resultó ser su vecina y, pocos días después, su amante; aunque nunca lo consideró una señal de agradecimiento. Se llamaba Rosalía, era azafata y hacía perder la cabeza a muchos hombres. También era rubia y sugestiva, pero distinguía perfectamente entre el Palacio Real y el Palacio de la Ópera (7).
7) Quizá este desvalimiento -o lo que él consideraba tal- le hizo enamorarse de Maripi Civantos de la Esparraguera. Comprendió que ella le ayudaría a ordenar su vida; aunque la citada señorita sólo pensara en divertirse en todo momento o meter billetes en el diminuto bañador de algún musculoso y bronceado bailarín. Tenía veintidós  años y se sabía hermosa y deseada. El creía que le ayudaría a sentar la cabeza (8).
8) Postura que nadie sabe en qué consiste (9).
9) La primera cita entre ambos transcurrió en el Parque del Retiro, donde repitieron los actos propios de los enamorados; remar en el Gran Estanque, buscar un lugar apartado y discreto, entre la arboleda, donde estuviesen tranquilos y pudiesen conocerse mejor… Para la ocasión, ella se presentó con una blusa rosa sin hombros, un short blanco y una enorme pamela que ocultaba su hermoso rostro. Él vestía traje beige de alpaca, camisa blanca sin cuello y un canotier. En un merendero, bebieron sendas limonadas, bebida que él aborrecía. Luego, caminaron hacia el Palacio de Cristal frente al que se sentaron. Ella comentó que habría llevado a muchas mujeres a aquel lugar. El reconoció que algunas, pero ninguna como ella. Se miraron con ternura. Él se atrevió a besarle en la mejilla. Ella se sentó sobre él:
- Lo he pasado muy bien, pero he quedado con mis amigas.
- ¿Ahora?
- Hay un concurso de camisetas mojadas que no quiero perderme.
Después, Maripi Civantos de la Esparraguera se levantó, y dirigió hacia la salida (10).
10) Mientras la veía alejarse, Adalberto Rabazas suspiró rendido.




LITERALIA II

LA FURIA

¡Cómo añoro aquellos tiempos!
Entonces sí se jugaba al balompié, con clavos de hierro y punteras reforzadas con planchas de metal macizo. Entonces, las lesiones resultaban irreversibles y el partido se convertía en un verdadero espectáculo, viril y apasionado. Pisar el campo contrario equivalía poco menos que a jugarse las piernas, o, lo que es lo mismo, la vida.
Ahora, fíjense qué casualidad, me viene el recuerdo del pobre “Chinito de Tora-Tora”. Poseía un regate diabólico –gastaba una colonia a base de azufre- y una velocidad imparable. Sus avances por la banda izquierda aún levantan ardientes comentarios entre los verdaderos aficionados. Una tarde, ¡dita sea!, el destino se cruzó en su camino en forma de alevosa agresión. En el equipo rival, debutaba un defensa central impresionante, llamado “GORILITA MARTÍNEZ”, de metro noventa y cinco de estatura, hombros interminables, mandíbula prominente y mirada torva. A la media hora de juego, “Chinito” les había endosado cuatro goles y este defensor decidió igualar la contienda. La siguiente escapada de “Chinito” se vio cortada bruscamente por un patadón en su bajo vientre, que se encogió hacia adentro. “Chinito” murió desinflado, cuando le desclavaron la bota del contrario. ¡Una verdadera lástima! Incluso, se llegó a culpar de negligencia a los facultativos que le atendieron. Si no le hubieran extirpado el borceguí, se comentaba, “Chinito” aún estaría entre nosotros, haciéndonos vibrar con sus caracoleos e internadas por la banda.
¡Qué tiempos aquellos!
¿Y qué decir de Panchito, “el delantero colibrí”? Verle saltar, mantenerse en el aire y rematar imparablemente a gol constituía una de las mayores delicias para el espectador que, gustoso, pasaba religiosamente por la taquilla. El solo –con la inestimable colaboración de su primo hermano, el lateral derecho- goleó al líder en una tarde memorable. Durante las cuatro Ligas en que actuó como profesional en nuestro equipo, fue el máximo goleador del Campeonato. Posteriormente, apareció Pichichi y utilizaron su nombre como denominación genérica del máximo realizador de una temporada. Los gerifaltes lo consideraron más publicitario, aunque nosotros, el selecto Club de los Insobornables, siempre defenderemos a Panchito frente a Pichichi.
Pues bien, como iba diciendo, Panchito era alto y desgarbado, casi espiritual. Con las piernas era un auténtico zoquete; pero, con la cabeza, era... ¡un espectáculo incomparable! Tuve la suerte de coincidir con él durante su última temporada en activo. Como era habitual, encabezaba la lista de goleadores con una sustancial  ventaja; cuando nos enfrentamos a nuestro máximo contrincante. Entre ambos equipos había algo más que una rivalidad deportiva. Por ejemplo, y lo cito a título de simple anécdota, nuestro portero, un muchachote rubio y fornido, era el “querido” de la mujer del entrenador contrario, que, a su vez, se la pegaba a nuestro extremo izquierdo. El partido comenzó muy bien para nuestros colores; pues, a pesar del embarrado césped del campo ningún jugador de nuestro equipo cayó al suelo. En el minuto cinco, gol del medio derecho; en el doce, gol del líbero. En el quince, en el veintidós, en el treinta y en el cuarenta y tres, gol de Panchito. Final del primer tiempo: 6–2 a nuestro favor. En la reanudación, continuó el festival Panchito, que logró tres goles más de bellísima factura. Nuestra afición vibraba con el juego desplegado por sus jugadores. Entonces, un malnacido –perdón, un marrullero- esgrimió un matamoscas, o, en su defecto un potente directo a la mandíbula de Panchito, que cayó fulminado –también, inconsciente- al césped. No volvió a jugar. Cogió tanto miedo a los defensas rivales –aunque nunca lo confesó, sólo temía sus puños- que regresó a su antiguo trabajo. ¡Una auténtica pena, señores!
Al año siguiente, descendimos de categoría entre las carcajadas de todos nuestros contrarios. ¡No ganamos ni un solo partido! Pero, con la nueva temporada, resurgimos de nuestras cenizas gracias a la inestimable colaboración de un yugoslavo que fichó la directiva. Se llamaba... Frontich. Fue, ahora puedo decirlo con la serenidad de los años, el primer extranjero que jugó en nuestro país. De mediana estatura, tez cetrina, complexión rocosa, mirada reconcentrada –no veía tres en un burro-, su principal habilidad consistía en avanzar en línea recta, “de frente... Frontich”. No se detenía ante nada ni nadie. 
¡Era un valiente! Mas, por desgracia, sólo nos duró un año. En su camino, se cruzó un defensa que, tras carga ilegal que no sancionó el árbitro, lo incrustó contra el poste derecho de la portería. En el quirófano, le apreciaron rotura múltiple de varias costillas, ausencia de dentadura –lo que aún constituye un misterio sin resolver- y multitud de astillitas clavadas en piernas, tórax y brazos. Tras una dolorosa y lenta recuperación, volvió a su país; donde abrió un taller de carpintería con los restos del citado poste.
Mas, queridos lectores, ¡qué tiempos aquellos!
Otra fiera del balón era “Parrita”, el jugador más inteligente que he conocido, y... ¡he conocido unos cuantos, créanme! Marcaba pocos goles, pero, desde una posición retrasada –dentro de la portería-, elaboraba jugadas que, indefectiblemente, finalizaban en gol en uno u otro campo. ¡Un verdadero portento, sí señor! Muchos equipos de campanillas reclamaron sus servicios; pero, fiel a sus colores, idiota perdido, declinó todas las ofertas que recibió, y que le hubieran hecho millonario. Aún se recuerda aquella jugada: “Parrita” controló el balón en nuestra línea defensiva, levantó la mirada y le deslumbró el potente sol de las cinco de la tarde. Cayó al suelo. Atendido rápidamente por las asistencias, se reanudó el juego. De nuevo la pelota en su poder, “Parrita” avanzó hasta nuestra línea medular –zona de sombra- y levantó la mirada en busca de un compañero desmarcado. Dribló a  un par de contrarios y cedió al extremo, que,  a su vez, superó al lateral y centró al área; donde nuestro ariete remató, entre el delirio de los graderíos, al larguero. ¡Nunca estuvimos tan cerca del gol en ese partido! El subsiguiente ataque del contrario finalizó con un disparo impresionante que se coló por la mismísima escuadra sin que nuestro arquero pudiera hacer nada por detenerlo. Perdimos el encuentro, pero aún se comenta aquella jugada de “Parrita”.
¿Y cómo olvidarme de Ungu-en-to Fernández Calm’a, “La leona africana”? Lo trajeron del antiguo Congo Belga y causó verdadero estupor  el día de su presentación. Hijo de  nativa y  español –un electricista que se desplazó hasta su aldea para hacer una chapucilla dominical-, nunca se adaptó plenamente a nuestra idiosincrasia. Jamás entendió el motivo de nuestras risas, cuando le nombraba el entrenador. Al unísono, la plantilla entera se revolcaba por los suelos, víctima de un ataque agudo de hilaridad. Jugó con nosotros durante tres temporadas y una confrontación amistosa. Intervenimos en un total de ochenta y tres partidos, de los que ganamos ochenta, empatamos dos y perdimos uno. Les hablo de los primeros cincuenta, y ya por entonces las malas artes habían invadido nuestro noble deporte. Horas antes de iniciarse el choque, y a cambio de cierta cantidad de dinero, nuestro masajista entró en el vestuario visitante y desveló el secreto de “La leona africana”. En fin, el resto lo pueden imaginar: todo nuestro equipo revolcándose por el césped y el pobre Ungu-en-to solo frente a la adversidad. Resultado final: 8 a 1. ¡Fueron muy considerados! Regresó a su poblado avergonzado de su nombre, compró un rebaño de cabras y dos mujeres y se lanzó a la transhumancia; perdiéndose otra gran figura del deporte rey.
Y, por hoy, nada más. Agradecerles su amabilidad por leer estos recuerdos aún vivos en mi corazón. Para lo que  gusten mandar, remitan sus cartas a: “Querubines F.C”, equipo de la Tercera División. Añadiendo: Para Fermín Estrellado,  “El tifón de la Solana”, cincuenta veces internacional absoluto.
Por aquello de que “el gusto está en la variación”, rogué a mi representante que me buscase una ocupación poco corriente y, siempre atento a mis deseos, logró incluirme en...


CRÓNICA DE SOCIEDAD (urbi et orbi)
- Armand, señor de Sillégue, d’Athos y d’Auteville (1615-1643). Mosquetero gascón del Rey Luis XIV, primo del señor de Troisville. Muerto en Combate
Inmortalizado por Alejandro Dumas como Athos en “Los tres mosqueteros”.
El señor de Troisville aparece en la novela citada como “Señor de Tréville”.
Isaac de Porthau, Portau o Portauht (1617-1712). Primo de Athos y gascón como él. Mosquetero y capitán de mosqueteros. Dos hijos: Arnaud y Jean. Ictus. Inmortalizado como Portos.
Henri d’Aramitz (1620-1655 o 74). Mosquetero y sacerdote católico. Casado con  tres hijos. Sobrino de Troisville. Inmortalizado como Aramis.
- Dada la facilidad de movimiento y puntería, la ametralladora era un arma ideal contra blancos móviles como los barcos piratas; por esta razón se empleó contra los corsarios turcos, a los que se reservó una munición especial cuadrada más letal que la ordinaria y prohibida entre los cristianos.
- En 1799, el gobierno británico de William Pitt el Viejo implantó el primer tributo progresivo sobre los ingresos para financiar la guerra contra Francia. En principio gravaba los bienes suntuarios: caballos, carruajes, los relojes y  los sirvientes masculinos. Se conoció como “el triple gravamen” . Como no se recaudó menos de lo esperado, el gobierno  decidió gravar directamente todos los ingresos sin considerar su procedencia. En España, se introdujo en 1932 durante la IIª República.
- John Cleese, miembro fundador del combo Monty Python, se ha declarado admirador del cómico inglés Spike Milligan, integrante de un cuartero junto a Harry Secombe, Michael Bentine y un tal Peter Sellers. Obtuvieron un gran éxito radiofónico con el programa “The goon show“  hasta que el citado Milligan concluyó que debía a asesinar a Peter Sellers, lo que intentó con un cuchillo. 
Comprendemos la admiración de míster Cleese.
- En la antigua Grecia, el idiota era el  ciudadano que no desarrollaba actividad pública y se dedicaba a sus intereses particulares.
- En la Roma clásica, el fabricante de drogas y venenos se llamaba veneficus o, en otros casos, maleficus. 
- Las espinacas podrían entrar en la lista de sustancias dopantes.




FRASEOLOGÍA

- Festina Lente (Apresúrate despacio).- Clásico griego.
- Lo que antes se inició como pillaje, asumió luego el elegante nombre de recaudación.- (Thomas Paine, escritor y políticos británico).
- En España el mérito no se premia. Se premian el robo y el ser sinvergüenza. En España, se premia todo lo malo.- (Valle-Inclán).
- Lo mejor de la santidad son las tentaciones.- (“ “ “).
- Virtud es obediencia. La pregunta es tan sólo a quién se obedece.- (Hermann Hesse).
- Sólo es héroe aquél que halla el valor de ir pos de su propio destino.- (“ “ “).
- ¿Quién me habla? ¿Sois voces del otro mundo? ¿Sois almas en pena o sois hijos de puta?.- (Valle-Inclán).








CONTRAPORTADA



O Madrid Central mata.







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