miércoles, 17 de julio de 2019

CHAFARDERO 79


<<EL NUEVO CHAFARDERO INDOMABLE>>
NÚM. 79  ANNO V






PRIMERA PLANA
Nuestros políticos consideran que es el cargo el que otorga la honorabilidad y no su desempeño. Baste como ejemplo el honorable alcalde capitalino actual, señor Almeida, niño bien y exalumno del Opus, con el desmantelamiento de Madrid Central, quien, durante el acto de investidura a ningún candidato -por falta de acuerdo entre los distintos partidos- en la Asamblea de Madrid, afirmó, honorable él, que: “Carmena me pidió que reconociera que he sido un poco gilipollas con ella”. Razón no le falta. Días después, su colega Díaz Ayuso afirmó que “Madrid Central había matado El Rastro y traído un aumento de la delincuencia en esa zona”. Que sepamos los coches de la policía pueden seguir entrando en Madrid Central.
Nuestros políticos son incapaces de  negociar para formar gobiernos, incumpliendo su función esencial por la que les pagamos los ciudadanos.
Nuestros políticos mienten y nos traicionan, pactan con el diablo y niegan haber pactado con él. Presumen de dignidad y se muestran indignos, desprecian al contrario -o al elegido como tal- y babean ante el poderoso, desprecian al gobernado y exigen obediencia ciega.
Nuestros políticos son incompetentes y soberbios, pero sobre todo insensibles a cuanto no sea su brillo y su protagonismo
Una parte importante de los votantes de Vox son militares y policías, lo que implica una enorme intranquilidad ciudadana. El ejército y las fuerzas de seguridad deben supeditar su ideología personal al cumplimiento de la misión encomendada. Memos símbolos y cantos a la muerte y más servicio público al margen del gobierno imperante. Más respeto a la democracia existente y sometimiento a la legislación actual, o, de lo contrario, que dimitan, o sean expulsados, de sus cargos por incongruencia manifiesta.
En un nuevo ejemplo de talento natural, el señor Rivera exige al señor Sánchez que forme gobierno de una vez para que él pueda ejercer la leal oposición. Recuerda el caso del niño enfadado al que han quitado un juguete y no le dejan jugar con él.
Es de agradecer la sinceridad de la señora Monasterio, cubana de nacimiento, candidata de Vox a presidir la Comunidad Autónoma de Madrid, española por matrimonio, al afirmar que “su partido ha venido a combatir el consenso socialdemócrata que tanto daño ha hecho”. Es decir, estos últimos cuarenta y un años de democracia han sido dañinos para ella, el partido que representa y sus votantes suponemos. También suponemos que han pasado todo ese periodo de tiempo en la cárcel, en el paro o en las más absoluta miseria. Entonces, ¿por qué pacta con un partido socialdemócrata como el PP? ¿Será por eso -criticar la socialdemocracia- por lo que el señor Jiménez Losantos ataca tanto a Vox o se habrá vuelto comunista sin darse cuenta?
El citado partido Vox cuestiona la existencia de brecha salarial entre hombres y mujeres o de que  la violencia de género sólo sea contra las mujeres, dos asuntos que parecen bastante claros para los demás. Según esto, ¿podríamos cuestionar la existencia de Vox?
En general, los políticos  tienen el esfínter muy relajado.







¿QUÉ SUCEDIÓ EN ESTOS DÍAS?

- Multado por circular en silla de ruedas motorizada por el arcén de una autopista.
- Vox presenta una moción para retirar un busto del Ché Guevara en Leganés.
- Sentencia pionera: cobrar cinco euros de más a un cliente es una estafa.
- CARTEL EN UN ESTABLECIMIENTO PÚBLICO:  “Las tardes de agosto las abrimos por las mañanas”.
- Un candidato republicano a la presidencia usamericana se niega a viajar con una periodista si no hay otro hombre presente.
- Tres millones y medio de ciudadanos-as siguen una entrevista televisada a Isabel Pantoja.
- La Guardia Civil presenta su Plan de Igualdad en un acto sin mujeres.
- Un acusado de falsificar firmas e ingresar dinero en B, nuevo presidente de Castilla-León.
- El vicepresidente del PP en Huelva anima a los freseros que abren pozos ilegales dentro del Parque Natural de Doñana a que continúen sus protestas tras el cierre de dichos pozos.
- El Poder Judicial prepara el uso masivo de robots capaces de predecir sentencias.
- La ilustre consejera andaluza de Igualdad, perteneciente a Ciudadanos, “reclama evidencias científicas sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres después de que Vox cuestionara su existencia”.
- Fallece por segundo día consecutivo una mujer de 103 años.
- Una enfermera brasileña en prácticas inyecta café con leche en vena a una paciente.
- Tras discutir en un bar, un cliente vuelve disfrazado de buzo y dispara con un arpón




LITERALIA I




EL ROBINSON IMPREVISTO


<<Ayer se fue Viernes y hoy es sábado. He intentado seguir las huellas que ha dejado en la arena, pero terminan en un galimatías inextricable. No logro comprender el motivo de su desaparición, pues siempre me porté como un auténtico compañero con él.
Según mis cálculos, lo encontré al tercer mes de naufragar en esta isla perdida en la inmensidad del mar; pues, aunque logré salvar todas mis cartas marinas, no he conseguido situarla entre las conocidas.  Mi catamarán “Flying Horse” se hunde lentamente en la costa sur entre los furiosos embates de las olas. Sin embargo, he podido recuperar casi todo el material que llevaba a bordo y levantar un precario, aunque eficaz, refugio. Con el catalejo, he logrado vislumbrar tierras que parecen hallarse a pocos días de navegación. Incluso, me ha parecido ver un barco que se dirigía hacia mi isla, pero nunca ha llegado hasta aquí.
Mi alegría fue inmensa, cuando vi acercarse a un joven semidesnudo, cantando alegremente por la playa. Me escondí entre los médanos que la dominan, y, cuando llegó a mi altura, salté sobre él. Ante su estupor, lo despojé de sus escasos ropajes y lo poseí con pasión salvaje; mientras le ofrecía mi busto sediento. Tras este primer asalto, recompuestas las formas, me presenté:
- Me llamo Eleanor Russell y eres el primer hombre que veo desde que embarranqué en esta isla hace unos tres meses. Espero que comprendas mi situación...
- ¿Qué?... ¿Cómo?
Me pareció un patán, pero representaba mi única compañía después de tanta soledad, y, aunque pueda parecer atrevida, mis veintisiete años y mi espléndida anatomía necesitaban ejercicio diario.
- He podido construir una pequeña cabaña con lo que rescaté del yate – proseguí.
Me miró perplejo y lleno de curiosidad, mientras preguntaba:
- ¿No serás una sirena que pretende arrastrarme hasta las profundidades del mar?
- ¡Qué va! Soy la primogénita de un magnate tejano y había salido a navegar en mi nuevo barco, cuando una tormenta me sacó de mi rumbo y me arrastró hasta aquí.
- ¿Y dices que llevas tres meses aquí sola?
- Eso creo.
- ¿De qué vives?
- De lo que pesco y de las conservas que traía en el barco.
- ¿Has explorado la isla?
- Sólo la costa sur.
- Entonces, ¿no sabes qué hay en el lado norte?
- De momento, no lo necesito. Tengo todo lo necesario en este lado.
- Eeeeh, me llamo Fermín y soy... ¡Hum!... pescador de bajura. Había salido a por unos pulpos para la cena, pero el temporal estrelló mi barca contra los farallones.
- Entonces, ¿hay tierra muy cerca de aquí, verdad?
- Relativamente. Yo aprovecho la Corriente del Golfo para acortar la travesía. En todo caso, apenas hay tráfico marítimo por esta zona.
- Eso explica que no haya visto ningún barco en todo este tiempo.
- Sí, eso lo explica.
La noche se  fue cerniendo poco a poso sobre nosotros. Una brisa gélida nos puso la piel de gallina; por lo que, tomándolo de la mano, nos encaminamos hacia mi campamento. Tras una cena a base de galletas rancias y carne salada, nos acostamos en un rústico camastro de arbustos; donde Fermín, que había aceptado gustosamente el apelativo “Viernes”, me hizo alcanzar algunas cimas del placer; pues, según dijo, guardaba las otras para futuras ocasiones. Luego, nos dormimos profundamente.
Cuando desperté, el sol aún no estaba alto; pero mi compañero había desaparecido. Mientras me desperezaba, escuché unos martillazos y algún que otro juramento. Al salir al exterior, descubrí a “Viernes” reformando la covacha con algunos listones de origen desconocido; pues no había árboles por las cercanías. Me saludó con un familiar movimiento de manos y me señaló una fogata en la que había preparado café y huevos fritos; de gaviota, supuse. Mientras yo desayunaba, completó su obra y se reunió conmigo. Me besó tras la oreja.
Ocupamos la mañana en bañarnos, recolectar lapas, coquinas y pequeños cangrejos y revolcarnos entre el vaivén de las olas. Después de una opípara comida con los mariscos que habíamos reunido y un pez desconocido y sabrosísimo que “Viernes” había atrapado con una nasa -como llamó a una especie de jaula  rudimentaria que había construido con algunos alambres que encontró entre mis pertenencias-, hicimos la siesta hasta el atardecer; en que paseamos por la solitaria playa cogidos de la mano. Comencé a hacer proyectos de futuro, una vez que nos rescataran, pero él se limitó a preguntar:
- ¿De verdad no sabes qué hay en el lado norte?
- No lo necesito, Fermín.
- Tienes razón. Estamos perfectamente.
Los días se fueron sucediendo entre excursiones por el lado sur de la isla y plácidos abrazos por cualquier excusa hasta completar otro mes, según mis cálculos. Hoy día treinta y uno, “Viernes” ha desaparecido. ¿Quién acariciará mi cuerpo entre el oleaje marino?>>
Dejé a Eleanor durmiendo como una niña. Caminé hasta el lado norte, donde cogí el transbordador. Me dirigía hacia la casa que había alquilado mi representante, cuando me saludó Rogelio, calafate en paro.
- ¡Buenos días, don Fermín!
- ¡Buenas!
- ¿Ha tenido buena pesca?
- ¡Mejor de lo previsto! Salí hacia una semana a visitar la Isla de las Dunas, y me encontré –más bien me asaltó- con una náufraga hermosísima, cuando caminaba tranquilamente hacia la parte norte para tomar el transbordador. La mujer parecía desesperada, pues saltó sobre mí y me poseyó en un periquete; aunque yo no opuse mucha resistencia, como puedes suponer.
- Don Fermín, no necesita inventarse historias para ocultar sus canas al aire.
- Si no me crees, pásate por allí. Tiene una pequeña cabaña junto a la Fuente de las Gaviotas, y ha perdido la noción del tiempo.
- ¡Voy a ir, hombre!... ¿Y dice que es guapa?
- No le falta de nada. Si no fuera por los compromisos que he adquirido en la ciudad, no me ves más el pelo. Por si fuera poco, ignora la existencia del transbordador que une la isla con la costa cada media hora. Se considera una especie de Robinson Crusoe femenino.
- ¡Está tronada!
- ¡Está para mojar pan!
Nos despedimos sin más. Rogelio siguió mis instrucciones y Eleanor le acogió en su seno como mi sustituto. Yo tuve que ausentarme por motivos profesionales y me olvidé de tan bella mujer hasta que descubrí en el aeropuerto un libro titulado “Entre viernes y sábado”. Al leer el nombre de la autora, lo compré enseguida y comencé a leerlo con gran curiosidad. Relataba su peripecia en la Isla de las Dunas y su encuentro con dos generosos nativos –Rogelio y yo-. En la segunda parte de la narración, contaba su rescate y el descubrimiento de nuestro auténtico comportamiento. En el apéndice final, jura y perjura que, con la ayuda de la fortuna paterna, no parará hasta encontrarnos y denunciarnos por abusos de todo tipo. Telefoneé a mi representante y le rogué encarecidamente que me buscase algún trabajillo en...



LITERALIA II




CAPÍTULO VII

Adalberto Rabazas era un hombre costumbrista (1).


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NOTAS:

1) Enrique Civantos de la Esparraguera era un cincuentón de sienes plateadas y sonrisa Profidén,, bronceado antinatural y modales campechanos. Su sorpresa fue mayúscula, cuando se presentó ante él Adalberto Rabazas y le solicitó la mano (en realidad, quería todo el cuerpo) de su hija Maripi.  Ignoraba que su “niña” tuviese novio formal, o mantuviese una relación tan avanzada. Siempre la consideró una frívola casquivana, y sabía que ella definía a todos los hombres como “un atajo de moscones”. El arquitecto le dio largas hasta hablar con su primogénita. Su estudio -”Civantos & Plummer, Arquitectos Internacionales, S.L.”- estaba situado en el número 2 de la calle de la Princesa (2).
2) La citada princesa es la infanta Isabel de Borbón y Borbón, alias “La Chata”, muy querida por los madrileños y con estatua en el Paseo de Rosales, que murió desterrada en Francia. Hija de Isabel II y su marido-primo Francisco de Asís de Paula de Borbón, llamado “Paquita” por el populacho. Hasta 1931, residió en el palacio de la Quintana (3).
3) Sito en la calle homónima, posee una galería que recuerda el estilo romano clásico (4).
4) Similar a la que Enrique Civantos de la Esparraguera construyó en su chalet de  la barriada del Viso, y donde pinta sus afamados cuadros su esposa, Lulú Schaff; mientras contempla los espléndidos atardeceres madrileños. Dada la similitud de sus obras -en realidad, todas sus pinturas son  iguales-, muchos críticos opinan que sus verdaderos autores son los alumnos de algún centro especial para sordomudos al que realiza alguna generosa donación a cambio (5).
5) Uno de los mejores lugares para disfrutar el atardecer madrileño es el Templo de Debod, edificio egipcio reconstruido piedra a piedra en dirección este-oeste, es decir, siguiendo el recorrido del Sol por el cielo. Regalo del gobierno egipcio en 1968 para salvarlo de las aguas -formaba parte de los templos de Nubia-, cuando se construyó la presa de Assuán. Está situado en el emplazamiento del desaparecido Cuartel de la Montaña (6).
6)  Lugar donde los franceses fusilaron a los sublevados madrileños del dos de mayo de 1808  y que Goya inmortalizó en sus famosos cuadros.
Desaparecida edificación militar construida en el siglo XIX en la Montaña del Príncipe Pío, en la que se produjo un alzamiento armado contra la República en julio de 1936. Tras su entrada en el recinto, vestido de civil, el general Joaquín Fanjul, sin mando en la capital, proclamó el estado de guerra y se atrincheró en el interior junto a 1500 hombres (180 falangistas entre ellos). En el acuartelamiento, se guardaban decenas de miles de cerrojos de fusiles, mientras las armas las custodiaba el gobierno en otros cuarteles para evitar los levantamientos militares. Dos días después, tras intensos bombardeos y cañonazos, finalizó la asonada. El edificio, muy deteriorado, fue derruido posteriormente. El solar conoció varios destinos hasta el actual. El 15 de agosto, tras juicio sumarísimo, se los condenó por rebelión. El general Fanjul, junto a su hijo médico, murió fusilado (7).
7) Cerca de cuya calle vive un probo funcionario con ínfulas de escritor que estudió el bachillerato en el ya citado colegio “San Miguel Arcángel” muchos años después que don Sisenando, el cornetín de órdenes, y trabajó en mismo el banco que Adalberto, como administrativo contratado, durante seis meses. Allí probó por primera vez el salchichón a la pimienta negra típico de la localidad oscense de Ainsa (8).
8) Dotada de un magnífico casco antiguo medieval , empedrado y florido, fue capital del condado de Sobrarbe junto a Boltaña. Durante su etapa bancaria, el funcionario citado y sus compañeros de despacho compraban tan exquisito embutido en el cercano mercado de Barceló (9).
9) Donde Adalberto Rabazas sigue comprando desde que acompañaba a su madre de pequeño.


CRÓNICA DE SOCIEDAD (URBI ET ORBI)
- Una leyenda suiza afirma que Poncio Pilato está enterrado en el monte Pilatus o Frakmünt (Montaña Partida) de 2132 metros.
- Todos los hogares griegos tenían un gran falo en su fachada en honor a Mercurio, protector de las puertas.
- Los marineros griegos dejaban caer pesos en forma de delfines para hundir los barcos enemigos.
- El Báratro era el hoyo  o precipicio, según las traducciones, donde los atenienses arrojaban los cadáveres de los criminales ejecutados.. Significa infierno.
- El fármaco era la víctima (animal se supone) que sacrificaban anualmente algunas ciudades griegas para expiar sus pecados.
- El arconte tesmótetas pagaba tres óbolos a los asistentes a la Asamblea de ciudadanos libres, celebrada al amanecer en la Pnyx, tras entregar un vale que habían recogido al entrar a la misma. Alrededor de la Asamblea se trazaba un círculo bermellón para dejar fuera a los retrasados y no pudieran cobrar por su asistencia.
- Algunas mujeres griegas -viudas y solteras- tenían permiso para emplear consoladores de cuero forrados con piel de perro.
- Diómedes fue un bandido mítico que daba como comida a sus caballos a los que pretendientes  de sus hijas que se negaban a yacer con ellas.
- Si un ciudadano griego acusaba a otro de poseer en su casa bienes que le pertenecían, tenía derecho a entrar en ella para buscarlo, aunque debía dejar fuera la capa para que no escondiera nada bajo ella, alegando que era suyo.
- En caso de denuncia, el demandante, en presencia del demandado, debía depositar una fianza determinada según el asunto denunciado para que el magistrado de turno iniciase la instrucción. En caso de perder, también perdía dicha fianza.
- El actor que representaba el papel masculino lucía un hermoso falo artificial para destacar su condición.
- El giratorio o ekkyklema era una plataforma circular que hacía salir a escena los decorados o a los personajes muertos. Las periaktoi eran pantallas giratorias para cambiar los decorados del escenario.
- Antonio de Castro y Rossi, gaditano de pro, alcalde de Cádiz, gobernador de Huelva, publicó en 1848 un libro titulado “El Buscapié” escrito por Cervantes, muerto doscientos treinta y dos años antes. Según explicó, lo encontró en un mercadillo callejero. En su edición, incluyó numerosas notas que pretendían explicar la gran fortuna que había tenido al encontrar una obra perdida de don Miguel hasta que se descubrió que era un plagiario. Al fallecer, su viuda reclamó los derechos de autor.



FRASEOLOGÍA

- Cada uno de nosotros ha de encontrar por sí mismo lo "permitido" y lo "prohibido" para sí mismo, es decir, lo que le está permitido y prohibido.- (Hermann Hesse).
- Vosotros mismos tenéis que ser vuestros dioses.- (" " ").
- Ser amado no es nada. Amar lo es todo.- (" " ").
- Dinero y poder son inventos de la desconfianza.- (" " ").
- La sabiduría definida por exclusión consistiría en saber que no sabes nada.- (Un servidor).
- La Iglesia, efectivamente, reconoce el derecho de las mujeres casadas al placer; pero no es conveniente que ellas lo sepan.- ("La saga/fuga de J.B.", Gonzalo Torrente Ballester).




CONTRAPORTADA




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