lunes, 10 de agosto de 2020

CHAFARDERO 114

<<EL NUEVO CHAFARDERO INDOMABLE>>
NÚMERO 114   ANNO VI



PRIMERA PLANA
Como ya se comentó en un chafardero anterior, la Comunidad de Madrid utilizó para medicalizar las residencias de ancianos a la empresa de la hija de un alto cargo de dicha Comunidad, defensor acérrimo de la privatización sanitaria. Ahora, después de miles de fallecidos en estos centros, la Comunidad asegura que nunca firmó contrato alguno con dicha empresa -el citado alto cargo reconoció que no estaba capacitada para desarrollar la misión encomendada-, lo que parece significar que dicha empresa actuó por su cuenta y riesgo durante algunos meses... ¡con el beneplácito de la Comunidad! También suponemos que le abonaría sus servicios aún careciendo de contrato. Es decir, ¿bastaba la relación paterno-filial de la directora de la empresa y el alto cargo comunitario para  justificar su actividad empresarial en las residencias? ¿Por qué no reconoció la Comunidad la ausencia de contrato, cuando veía que no cesaban los fallecimientos en las residencias que nunca se medicalizaron? ¿Por qué siguió actuando esa empresa sin contrato? ¿Acaso no lo sabía nadie en la Comunidad y la afirmación actual es un invento apresurado para intentar descargar responsabilidades, aunque sólo parezca confirmar su incompetencia? ¿Considera más importante el posible beneficio económico de una persona cercana al gobierno de la Comunidad antes que la salud de los ancianos? ¿Es ésta su línea de defensa ante las numerosas causas judiciales abiertas por este motivo contra la Comunidad en general y su presidenta en particular? Tal vez, el gobierno comunitario, que ya acumula demasiadas torpezas, considere que la magnífica cartilla Covid19 equilibra tantos despropósitos.
El rey emérito emite un comunicado, consensuado con su hijo el actual monarca y el gobierno (salvo su socio Podemos que afirma desconocer la maniobra), en el que informa de que abandona el país harto de la ingratitud del pueblo español y de la mendaz campaña mediática sobre su supuesto cobro de comisiones del AVE a La Meca -¡cómo nos ponemos por cien millones del ala!-, su rumoreada y extensa lista de amantes -como corresponde a un auténtico rey español tal y como nos recuerda la Historia patria- y por haber regalado unos milloncejos -65, el sueldo mensual de cualquier español que se precie- a su última querida, quien, al verse investigada por la justicia suiza, ha decidido morir matando, es decir, cantar todo lo que sabe para intentar mejorar su situación legal. Los monárquicos y tradicionalistas han protestado enérgicamente por el denigrante trato recibido por el exmonarca, obligado a exiliarse. Nada dicen de su papel nunca aclarado en el golpe de Tejero (23F), ni del hecho de que la citada querida viviese varios años en un palacete próximo a El Pardo a cargo de todos los españoles -la justificación oficial era que realizaba misiones diplomáticas para el país-, o que se fotografiase con un elefante que había cazado durante un safari en plena crisis económica nacional. Sólo les importa su gran labor representativa, la estabilidad que dicen ha dado a la nación durante cuarenta años,  la popularidad que ha logrado crear entre la población o los grandes sacrificios realizados por la patria (el último parece ser su salida del país para no perjudicar al actual monarca). Un fanático sólo ve el brillo de su ídolo, nunca las sombras; pero ¿son auténticos monárquicos o simples juancarlistas? Por su parte, los republicanos hablan de fuga tolerada por el gobierno de turno, y los independentistas lo comparan con la huida de su añorado Puigdemont; aunque éste dejó el país para que no le juzgaran, y el emérito, sin ninguna acusación firme todavía,  señalaba también en su comunicado que "siempre estaría a disposición del ministerio público" por si la Fiscalía decidiese investigarle por su actividades a partir de 2014, año de su abdicación; pues hasta entonces es inviolable tal y como indica la Constitución en su Título II, artículo 56, párrafo tercero: "La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad", para añadir en el artículo 64 que "de los actos del rey serán responsables las personas que los refrenden". En este caso, se refiere al presidente del gobierno y los ministros competentes, lo que puede ser un problema (encontrar alguno). Algunos políticos apuntan que dicha inviolabilidad sólo se refiere a sus actos políticos, por lo que quedarían excluidas sus actividades particulares. No obstante, cabe preguntarse quién será el guapo que le obligue a regresar en caso de presentarse acusaciones firmes contra él. ¿A qué lumbreras se le ocurrió declarar al Rey "por encima de la ley" con la herencia familiar borbónica que arrastra? ¿Cómo no iba a "abusar" supuestamente, si no era responsable de nada? ¡Al pobre hombre le estaban animando, le provocaban para saltarse cualquier límite conocido! En el fondo, ¡el Rey emérito sólo es una víctima de las circunstancias! ¡Cualquier español, en su lugar, hubiera hecho lo mismo o mucho más: siempre le saldría gratis! En todo caso el emérito seguirá ostentando el título de Rey y perteneciendo a la Casa Real, así como percibiendo puntualmente su pensión; aunque el país haya entrado en recesión y pueda darse la circunstancia de que sus colegas  pensionistas sufran mermas o congelaciones en la suya. ¡Siempre ha habido clases, aunque en una democracia no debería haberlas! Este es el motivo de que una monarquía parlamentaria pueda parecer una aberración democrática.
Este año 2020 será recordado por algunas noticias memorables, como la citada del emérito, el coronarivus, la retirada definitiva de Iker Casillas, o que el presidente de  la primera democracia del mundo, míster Trump, pretenda prohibir el voto por correo; porque sospecha que podría perjudicarle en las próximas elecciones del mes de noviembre, que nadie esperaba cuando brindaba en la Nochevieja pasada; aunque precisamente por eso las llamamos noticias, es decir, novedades.




¿ QUÉ SUCEDIÓ EN ESTOS DÍAS?

- En un mensaje en el que pedía prudencia a los conductores andaluces durante las vacaciones estivales, el portavoz de la Junta, señor Bendodo, ilustró su petición con imágenes de una carretera de... Long Beach, California.
- Despedida una profesora divorciada por "no cumplir con el perfil moral del centro"
 La dueña de un piso en la madrileña calle de Trafalgar no lo alquila a la exportavoz  para medios hispanos de Obama por "ser extranjera".
-  A Donald Trump no le gustan las luces Led , porque le hacen parecer naranja.
- Miles de afectados en Usa tras consumir una droga utilizada en enfermos terminales.





LITERALIA


UNA EXPLOSIÓN DE LIBERTAD




Casi cuatro años después del ataque nipón a Pearl Harbour (Puerto Perla), en el que resultaron hundidos trece buques estadounidenses, la guerra del Pacífico se acerca a su fin. Las tropas norteamericanas luchan ya en territorio enemigo y sólo mantiene en pie al ejército japonés su elevado sentido de la disciplina.

Sin embargo, los soldados imperiales ignoran que, en un laboratorio ultrasecreto del desierto de Nuevo México, algunos científicos trabajan, a sueldo de la Casa Blanca, en el desarrollo de un arma revolucionaria.

La opinión pública estadounidense, harta de ver morir a sus valerosos muchachos en tierras extranjeras, exige una inmediata resolución victoriosa del conflicto. El presidente Harry Swinomish Truman, que sueña con la reelección, ordena acelerar los experimentos desarrollados en Los Álamos; donde ya se han probado varios artefactos subterráneos entre la satisfacción de civiles y militares.

El pueblo y los gobernantes norteamericanos están decididos a vencer la arrogancia japonesa –“nacen traidores”, afirma su augusto presidente- con la mayor celeridad posible. No pueden tolerar que nadie les discuta la supremacía mundial, aunque su enemigo sea un imperio jamás conquistado que se asienta sobre un archipiélago distante en el espacio y en la historia.

Sin sospecharlo, los estadounidenses juegan con la gran ventaja de carecer de sentido del honor; al contrario que sus enardecidos rivales.

Mientras proseguían los combates en los distintos frentes, a las 02h45’ del seis de agosto, un bombardeo B-29 especialmente adaptado para esa misión se prepara para despegar de la isla de Tiniam, cerca de Guam; adonde la bomba llegó en piezas a bordo del “Indianápolis”. En el fuselaje del avión, puede leerse su apelativo cariñoso: “ENOLA GAY”. A la hora prevista, el piloto, coronel Paul Tibetts, abandona el aeródromo con su preciada carga en la bodega.

A las 06h05’, pasa por encima de la isla de Iwo Jima; ocupada recientemente por sus compatriotas tras un mes de durísimos enfrentamientos. Desde allí, pone rumbo a Honshu (Hondo), la isla principal del archipiélago nipón, a cuya altura llega tres horas después.

Cuando sobrevuela la ciudad de Hiroshima, el piloto pulsa un interruptor que enciende una luz verde en el compartimento que ocupa el mayor Thomas Ferebee; quien, nada más verla, manipula el mecanismo de apertura de la compuerta y lanza a “Little Boy”1, la primera bomba de uranio utilizada con fines militares sobre una población civil y que habían preparado con gran sigilo los más grandes científicos del momento al mando del insigne físico Robert Oppenheimer –posteriormente defenestrado por su presunto espionaje a favor de los rusos- en el ultrasecreto laboratorio de Los Álamos en el estado de Nuevo México. El artefacto mide tres metros de longitud y pesa cuatro mil kilos. Su poder destructor es equivalente a veinte mil toneladas de TNT. Instantes después del lanzamiento, el piloto describió una curva cerrada para alejarse de la vertical del blanco; aunque no pudo evitar que dos violentas ondas de choque recorrieran la estructura del avión. Una nube en forma de hongo se alzó hasta los diez mil metros, mientras los aviadores americanos regresaban a su base entre himnos patrióticos y cantos de alabanza al Señor.

Entretanto, en tierra, una gran ola de calor –la temperatura alcanza los 4000ºC en el punto donde estalló la bomba- sucedía a la explosión e incendiaba a su paso todo lo que encontraba: edificios, objetos, animales, personas... El pánico se adueñó de los doscientos mil habitantes de la población. Hombres, mujeres y niños corrían sin rumbo fijo entre gritos y lamentos con los miembros rotos, con las carnes quemadas. El centro de la urbe qudó devastado y más de sesenta mil edificaciones destruidas. Todas las personas situadas en un radio de kilómetro y medio desde el lugar de la explosión murieron instantáneamente, atrapados en un gesto perplejo, reducidos a una simple sombra en el suelo. La cifra oficial de muertos se estableció en setenta y ocho mil; aunque las autoridades locales la elevaron hasta cien mil.

El Imperio del Sol Naciente no se había recuperado del ataque, del dolor, de la profunda incredulidad, cuando, tres días después, Estados Unidos decidió culminar la tarea. A las 12h01’ de un martes nueve de agosto, el segundo artefacto, bautizado “Fat Man”2 –con una capacidad destructiva casi dos veces la de su antecesora-, sería arrojado sobre Kokura; aunque se libró por estar cubierta de nubes bajas y una densa niebla. Enterado el Alto Mando de dicho inconveniente, maniobró con celeridad y designó un nuevo objetivo: Nagasaki, en la isla de Kyushu. Aunque funcionaron las alarmas aéreas y los habitantes se escondieron en los refugios, setenta mil personas murieron fulminantemente por la onda expansiva de la bomba. Doce horas después de la explosión, media ciudad estaba destruida y las llamas eran visibles a más de trescientos kilómetros de distancia.

Vencido por el horror y la perplejidad, el dos de noviembre de ese año, Japón firmaba el acta de rendición incondicional a bordo del acorazado norteamericano “Missouri”, anclado en la bahía de Tokio.

El mundo civilizado volvía a respirar en paz y libertad y reconocía el inmisericorde poder del nuevo dueño y señor. Con la claudicación nipona, se instauraba un nuevo orden mundial que desembocaría en la denominada “guerra fría”.

Cincuenta años después de aquellas trágicas fechas, los escasos supervivientes siguen padeciendo las secuelas físicas y psíquicas del estallido. Los índices de radioactividad de ambas localidades son muy superiores a la media mundial y a los considerados benéficos para la vida humana.

Cincuenta años después, Japón continúa pagando a los Estados Unidos el precio de su derrota y de su atrevimiento.


NOTAS:

  1. Chico pequeño

  2. Hombre gordo



OLDIES
Hot Tuna fueron una escisión de Jefferson Airplane, mítico grupo del rock californiano de los setenta. Jorma Kakonen y Jack Casady montaron un exitoso trío junto al batería Bob Steeler. Su música tiende a ser densa y severa.. 




CRÓNICA DE SOCIEDAD (urbi et orbi)
(Notas extraídas del libro "Del junco al infinito", de la filóloga zaragozana Irene Vallejo).
- Aristocles fue uno de los filósofos griegos más importante del período clásico. La Historia le conoce por su apodo de gimnasio: Platón, o espaldas anchas.
- El orador Antifonte inauguró una terapia para curar a los melancólicos y/o deprimidos consistente en elaborar -y pronunciar- discursos alentadores. Siglos después, Freud y sus discípulos incidieron en este método.
- En 1821, el gran poeta alemán Heinrich Heine escribió una obra de teatro titulada "Almanaque" en la que incluyó el siguiente párrafo: "Allí donde queman libros, terminarán quemando personas". Un siglo después sus compatriotas nazis la hicieron realidad.
- Terminada la Guerra Civil española, las autoridades franquistas comenzaron la depuración de los derrotados. Especialmente pertinaces fueron con intelectuales, maestros y bibliotecarios, mujeres en su mayoría, por considerarlos "peligrosos revolucionarios". Comprobaron sus vidas profesional y particular para determinar su continuidad en el cargo. Aquéllas que superaron la criba, recibieron rebajas salariales y destinos en los que no podían ascender a  puestos directivos como en el caso de María Moliner
- En 1578, se produjo un milagro en el sevillano convento de la Magdalena. Una hermosa monja conocida como sor Teresa de la Concepción quedó embarazada.. La priora y los inquisidores indagaron el asunto sin encontrar responsable hasta que alguien comentó la recia voz de otra monja, sor Catalina de la Cruz, quien era, en realidad, un huérfano entregado al convento en su niñez y padre de la futura criatura.
- Indulgencias 11 a 16:
           - El marido que diese malos tratos a su mujer pagará libras, 9 sueldos. Los que hubieran axuujer,              pagará en las cajas de la cancillería 3 libras, 4 sueldos; si la matase, pagará 17 libras, 15 sueldos              y si la hubiese muerto para casarse con otra, pagará, además, 32 libras y 9 sueldos. Los que                     hubieren auxiliado al marido a cometer el crimen serán absueltos mediante el pago de 2 libras
             por cabeza.
            - El que ahogase a un hijo suyo pagará 17 libras y 15 sueldos (o sea dos libras más que por                     matar a un desconocido), y si lo mataren el padre y la madre con mutuo                                                     consentimiento,pagarán 27 libras y  sueldo por la absolución.
            - La mujer que destruyese a su propio hijo llevándole  en sus entrañas y el padre que hubiere
             contribuido a la perpetración del crimen, pagarán 17 libras y 15 sueldos cada uno. El que 
             facilitase el aborto de una criatura que no fuera su hijo, pagará 1 libra menos.           
            - Por el asesinato de un hermano,  hermana, madre o padre, se pagarán 17 libras y 5 sueldos..
            - El que matase a un obispo o prelado de jerarquía superior, pagará 131 libras, 14 sueldos y 
              6 dineros.
- La Copa Warren (foto) es un antiguo recipiente romano  para libaciones en los banquetes fabricado en plata que se custodia en el Museo Británico que se dató, en un primer momento, en el siglo I d.C; aunque más tarde algunos expertos la han tachado de falsificación y estar fabricada por orfebres modernos por encargo de un coleccionista contemporáneo.Es famosa por su decoración.






FRASE DE LA SEMANA (sea el que sea)

"Si tu cara sale en las monedas, lo normal es que piensas que son tuyas".- (Anónimo).


CONTRAPORTADA





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