viernes, 31 de julio de 2020

chafardero 113

<<EL CHAFARDERO INDOMABLE>>
NÚM. 113   ANNO VI





PRIMERA PLANA

Según nos comunica nuestro sagaz corresponsal andalusí, señor Enrique García, la atentada revista satírica francesa "Charlie Hebdo" incluyó recientemente en sus páginas el siguiente párrafo o reflexión: "... la cuarentena demuestra tres cosas: una, nuestra economía se derrumba tan pronto como deja de vender cosas inútiles a las personas sobreendeudadas; dos, es perfectamente posible reducir la contaminación, y tres, las personas peor pagadas del país son las más esenciales para su funcionamiento...". 
Humildemente, nos atrevemos a añadir una cuarta: realza la estupidez humana.
Los dos primeros puntos señalados por la revista francesa podrían resumirse con la palabra "perogrullada", sino fuera porque encierran una terrible paradoja, apuntada muchas veces por voces más expertas que la nuestra: se puede vivir de otra manera más sana y racional, pero no interesa a los ricos y poderosos y, por extensión, a los individuos que elegimos alegremente para dirigir nuestros países y que trabajan para los intereses propios -suelen ser ricos como Trump o convertirse en ricos durante su mandato como los demás- y de los citados "ricos y poderosos". Sobre el tercer punto, podríamos argüir que el sistema capitalista, insolidario y jerárquico, se basa en el trabajo de millones de personas mal pagadas -para que deban seguir trabajando- y peor consideradas; como ha demostrado el coronavirus con los sanitarios. Ciñéndonos a los españoles, basta con señalar la falta crónica de medios entre los rifirrafes de quienes debían suministrárselos, los aplausos recibidos durante los períodos más virulentos de la pandemia y la alegría con que los hemos olvidado, como cabía esperar,  y los que han  despedido los dirigentes autonómicos en cuanto ha disminuido el peligro, dado que consideran que una sanidad pública eficiente hace la competencia desleal a las aseguradoras privadas que controlan sus jefes "ricos y poderosos". La excusa es vieja y vulgar: tenemos que firmar acuerdos de colaboración con la sanidad privada, porque la pública no puede asumir toda la demanda existente. Y la trampa, también archiconocida, radica en que esos mismos irresponsables políticos reducen los recursos públicos humanos y económicos para poder justificar dichos conciertos privados.  ¿Cómo se entiende, si no, la obsesión de la descerebrada presidenta capitalina por construir un hospital de mil camas y cincuenta millones de presupuesto, mientras desatiende la asistencia primaria y continúa cerrando camas y plantas enteras en los hospitales públicos, aunque no cesen los rebrotes en toda la Comunidad, cuyos datos reales guarda celosamente para no alarmar a la población y mantener abiertos todos los negocios para que no se resienta la economía? ¿Quién asumirá la atención a los infectados, mientras se edifica tan maravilloso hospital? ¿De dónde sacará el personal necesario para atenderlo sin contratar a nadie o reducirá las plantillas de los demás como ya hizo con Ifema? ¿Qué le han prometido las empresas constructoras -se desconocen los pliegos de condiciones del proyecto, lo que hace sospechar a la oposición un posible fraude en su adjudicación-  y cuánto ganarán realmente para que dedique tantos recursos a una instalación futura, mientras abandona las existentes?
Por otra parte, "Charlie Hebdo" no descubre nada nuevo al afirmar que el sistema capitalista se fundamenta en un consumismo compulsivo -una especie de huida hacia adelante- que nos inculcan desde pequeños. "Tanto tienes, tanto vales" sería un buen resumen de nuestra sociedad, como ya lo fue en alguna antigüedad. Si fuese un sistema social preocupado por sus integrantes, no toleraría  desahucios de ningún tipo ni las filas de ciudadanos esperando una comida de caridad; mientras los ricos y poderosos continúan su vida regalada. El sistema capitalista sólo tolera  a los que pueden retroalimentarle; por tanto sino consumes, no existes: por tanto, siempre verá con recelo a parados y pensionistas; porque representan un gasto superior a lo que producen, aunque hayan contribuido al sistema en tiempos pasados. Los ricos y poderosos sólo quieren ganar más, siempre más, haya pandemias,  guerras mundiales o catástrofes naturales. Crean empresas por su rentabilidad, no por su posible servicio social. Es la misma razón de que las empresas no quieran pagar los gastos domésticos que pueda generar el teletrabajo, lo que no impide que pretendan controlar el tiempo trabajado por su empleado en su domicilio, pues se trata de "tiempo laboral". Pero, ¿acaso pagan algo los empleados por las herramientas que utilizan en sus lugares de trabajo o el consumo eléctrico que exige su labor? No. Entonces, ¿por qué no quieren pagarlo los empresarios en los domicilios particulares de sus empleados, si se trata también de "tiempo laboral"?
En cuanto al descenso de la contaminación durante el confinamiento es una pura evidencia que los gobernantes se han apresurado a eliminar y algunos jueces en rechazar en base a "defectos formales", como ha sucedido recientemente con Madrid Central, la bestia negra del alcalde capitalino, porque lo crearon los comunistas rompepatrias; aunque en el fondo resulte necesario. Las posibles multas europeas o el empeoramiento de la salud ciudadana le resbalan por la epidermis.
El mundo, el sistema, no puede parar o... vendría el caos, es decir, otro sistema. Y ningún beneficiado en éste quiere perder tal condición.


¿QUÉ SUCEDIÓ EN ESTOS DÍAS?

- Detienen al exresponsable y una doctora de una residencia de Las Rozas por drogar a los internos para robarles el dinero.
- "La monarquía es hija del pueblo", afirma la diputada Álvarez de Toledo. (¿Franco es el Espíritu Santo?).
- Encuentran a un hombre vivo en un cementerio tras darle por muerto cuatro meses antes.
- Un hombre se pasea desnudo por Londres con una mascarilla cubriéndole los genitales.
- Detenido un usamericano por comprarse un Lambhorgini con ayudas federales para el coronavirus.
- Un hombre en una silla de ruedas motorizada provoca un atasco en Las Palmas de Gran Canaria.
- El Supremo considera accidente laboral un infarto durante "el tiempo del bocadillo".











LITERALIA


LA INMORTALIDAD






Mi familia materna proviene de un pueblo manchego, cuyo nombre omitiré para no terminar en el pilón, famoso por sus, digamos, peculiaridades mentales.

Ahora me viene a la memoria el caso de la gallina “Juanita”, propiedad de Juan Bobo y de Juana “la porquera”, hija del tío Abilio, primer porquerizo del pueblo.

Juanita” era un animal muy independiente y, también, muy terco. En otras palabras, cuando se le metía algo en la cabeza, no había forma de evitarlo. Como aquella mañana especialmente calurosa de primavera.

Tras un apetitoso desayuno a base de granos de maíz y salvado, y en vista de que la lata que servía de abrevadero estaba vacía, recordó que había agua muy fresca en la cercana tierra del tío Liborio. “Juanita” abandonó el corral por un agujero de la alambrada que había hecho un zorro el invierno anterior.

Juan Bobo la voceó insistentemente, le lanzó cantos con la intención de atinarle en toda la cresta, amenazó con guisarla en pepitoria; pero “Juanita” continuó su paso, indiferente a todo. Cuando llegó a su destino, encontró un pequeño charco de aguas mansas y cristalinas que parecía decirle: “¡Bébeme!”. Ni corta ni perezosa, decidió refrescarse y saciar la sed. El tío Liborio la reconoció nada más verla, aunque, preocupado por unos tomates que tardaban en madurar, pronto se olvidó de ella. La gallina se introdujo en el agua y empezó a chapotear entre cacareos de felicidad.

Mas, de repente, la superficie comenzó a girar hasta producir un remolino que descendió rápidamente el nivel del líquido y de “Juanita”, que, asustada, trocó su armonioso canto por aleteos desesperados y quiquiriquís histéricos.

El tío Liborio, tras abrir la esclusa que liberaba el agua del riego, se sorprendió de la repentina desaparición del animal. Conocedor del cariño que le profesaba Juan Bobo, salió corriendo hacia el pozo; con tan mala suerte que tropezó con un canto y cayó de cabeza al interior, ahogándose casi en el acto. “Juanita” le agradeció la compañía con un piar amistoso.

Alertado por sus gritos, Juan Bobo salió en busca de la gallina y no paró hasta encontrarla en la situación descrita. Tras rogarle calma, se quitó el cinturón, lo ató a una gran piedra y descendió por el agujero; pero el cuero estaba muy gastado, se rompió, y el pobre hombre cayó al fondo, corriendo la misma suerte que el tío Liborio. “Juanita” le picoteó la nariz en señal de reconocimiento, tal y como hacía cuando le llevaba el pienso por las mañanas.

Poco después, apareció Juana “la porquera”, preocupada por la tardanza de su marido. Como sospechaba que se la pegaba con la sobrina del tío Liborio, se dirigió hacia su huerto con la esperanza de pillarle en plena faena. Sorprendida al verle en el agua, se lanzó de cabeza para intentar sacarle; pero no pudo vencer la fuerza del remolino, mientras “Juanita” no cesaba de mover las patas.

Tras ella, llegaron su hijo Juanito, el tío Romualdo y el alguacil del pueblo, que mantenía un lite con el tío Liborio desde hacía treinta años por un asunto de tierras y había pensado que era un buen momento para acercar posiciones. Todos tuvieron el mismo fin, pues ningún habitante del pueblo sabía nadar. Como ellos decían: “¿Pa qué, si somos de secano?”.

Cuando todo el agua del pozo cubrió los sembrados del tío Liborio y quedó completamente vacío, “Juanita”, saciada la sed, decidió que ya era hora de volver al corral. Trepó por los cadáveres hasta alcanzar la superficie y se dirigió hacia el nidal; donde, entre cacareos teatrales, contó a sus amigas todo lo sucedido.





OLDIES

Cánovas, Adolfo, Rodrigo y Guzmán, (CRAG para los amigos) publicaron su primer disco ·Señora Azul" en 1974. Luego, publicaron otros dos en treinta años. Les sobraba calidad y buenas canciones, pero nunca alcanzaron el éxito comercial y popular. Son uno de los grandes malditos de la música patria. Algunos críticos los compararon con Crosby. Still, Nash & Young, porque...también eran cuatro. Del citado elepé, se han destacado siempre el tema que lo titula, "Sòlo pienso  en ti" y "El río"; por  ese motivo les ofrecemos otros dos: la historia de un usurero y  la de un superviviente.



CRÓNICA DE SOCIEDAD  (urbi et orbi)

- Se conoce como Septuaginta o Biblia de los Setenta a la traducción al griego del Pentateuco que realizaron setenta y dos traductores judíos por petición expresa del rey egipcio Ptolomeo II Filadelfo para tener una copia del Tanaj o Biblia hebrea en la desaparecida Biblioteca de Alejandría.  Se convirtió en el texto empleado por las comunidades cristianas primitivas de habla y cultura griegas alejadas de Judea.
- Diecisiete siglos años de que James Watt inventase la máquina de vapor, Herón de Alejandría describió una máquina de vapor que utilizaba para mover muñecos mecánicos y otros autómatas.
- Homero puede traducirse como "el que no ve", de ahí la afirmación de su ceguera. Se desconoce todo su vida, incluso se duda de su existencia real, que se tratase del seudónimo de un solo escritor o de un colectivo de poetas.
- Un general ateniense llamado Hístico pretendía ganar para su causa -rebelarse contra el Imperio persa -a su yerno Aristágoras, tirano de Mileto, patria del gran Tales, en la actual Turquía; pero todas las fronteras estaban vigiladas y los soldados retendrían a cualquiera que llevase un mensaje contra el rey persa. Astuto, llamó  a su esclavo más leal y le ordenó raparse el cabello. Luego tatuó en su cuero cabelludo la frase: "Hístico a Aristágoras: subleva Jonia". Después, esperó a que le creciese el cabello y lo envió al reino de su yerno. Ignorante del mensaje que portaba, el esclavo cruzó sin problemas la frontera y llegó a su destino sano y salvo. Una vez en Mileto, se rapó de nuevo el cabello, como le había ordenado su amo, y el tirano pudo leer el mensaje de su suegro. (Esta anécdota está incluida en el citado libro de Irene Vallejo).
- "Los que se sirvan de la antigüedad para denigrar los tiempos presentes serán ejecutados junto a sus parientes. Quienes oculten libros serán marcados con un hierro candente y condenados a trabajos forzados", sentenció Qin Shi  Huang, primer emperador chino, antes de ordenar quemar todos los libros del imperio anteriores a él.
- - Indulgencias 6 a 11 que el Papa León X incluyó en su Taxa Camarae.
        - Para todo pecado de lujuria cometido por un laico, la absolución costará 27 libras, y 1 sueldo.
    
          para proseguir sus relaciones ilícitas, pagará al Papa 87 libras y 3 sueldos. En caso igual el                      marido pagará igual suma; si hubiesen cometido incestos con sus hijos, añadirán 6 libras.
        - La absolución y la seguridad de no ser perseguidos por los crímenes de rapiña, robo o incendio, 
           costará 131 libras y 7 sueldos.
        - La absolución del simple asesinato cometido en la persona de un laico se fija en 16 libras, 4                     sueldos y 3 dineros.
        - Si el asesino  hubiese dado   muerte a dos o más hombres en  un mismo día, pagará como si                 hubiese asesinado a uno solo.
- Imagen del Pórtico de la Gloria compostelano restaurado.

    
 




FRASE DEL DÍA (sea el que sea)

"Para aquel que roba, o pide prestado un libro y a su dueño no lo devuelve, que se le mude en sierpe la mano y lo desgarre. Que quede paralizado y condenados todos sus miembros. Que desfallezca de dolor, suplicando a gritos misericordia, y que nada alivie su sufrimiento hasta que perezca. Que los gusanos de los libros le roan las entrañas como lo hace el remordimiento que nunca cesa, y que, cuando finalmente descienda al castigo eterno, las llamas del infierno lo consuman para siempre".- Texto inscrito en la biblioteca del monasterio de san Pedro de las Puellas (Barcelona) y citado por Irene Vallejo en su espléndido libro "Del junco al infinito".



CONTRAPORTADA

Dos por el precio de una:






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