<<EL CHAFARDERO INDOMABLE>>
NÚMERO 121 ANNO VI
PRIMERA PLANA
Voltaire era un tipo inteligente, es decir, peligroso para algunos y molesto para otros. Vivió exiliado media vida por sus ideas demasiado liberales; un liberalismo que, por cierto, disgustaría a nuestro Partido Innombrable.
En su recomendable "Tratado sobre la tolerancia", también conocido como "Tratado contra el fanatismo" (incluido por la Iglesia en su Índice de Libros Prohibidos en 1766), cuenta, entre otros asuntos, la historia del comerciante protestante Jean Calas, vecino de Toulouse, una ciudad ultracatólica por entonces. Tenia cuatro hijos varones y dos hembras. El primogénito, Marc Antoine, abjuró de su fe y se convirtió al catolicismo. Tal vez por remordimientos o dudas, una noche, tras cenar con su familia y un amigo, decidió ahorcarse en el granero de la vivienda. Pronto corrió el rumor de que le había matado su padre por cambiar de credo, aunque el protestantismo sea una variante del catolicismo. Se llegó a afirmar, como refiere el autor, que "los protestantes del Languedoc se habían reunido el día anterior y habían elegido tras votación a un verdugo -el amigo de Marc Antonie- para que ayudase a la familia a cometer el crimen". En consecuencia, Jean Calas fue detenido, acusado de asesinato, encarcelado y descoyuntado públicamente mediante el tormento de la rueda (consistente en atar al reo a una tabla o cruz, de modo que el verdugo pueda romperle las extremidades con una barra de hierro, evitando golpearle la cabeza. Después, le ataban a una rueda de modo que sus tobillos tocasen la cabeza y los brazos alrededor del perímetro circunferencial, y se clavaba la rueda en un eje, permaneciendo el reo elevado y con problemas respiratorios tras romperle las costillas). Después, fue estrangulado y quemado en la hoguera. Unos simpáticos sacerdotes vigilaron todo el procedimiento para comprobar que se respetaban los mandamientos del Señor. Jean Calas tenía sesenta y ocho años y estamos en 1762. Al año siguiente apareció el opúsculo de Voltaire.
Entretanto, los vecinos de Toulouse, los vecinos de monsieur Calas, consideraron santo al suicida Marc Antonie. Un monje arrancó varios dientes al cadáver para disponer de reliquias frescas y ganar un buen dinero con ellas. Una sorda escuchó campanas tras pedírselo en oración. Otro tolosano se volvió loco tras rezar varias noches sobre su tumba sin obtener nada a cambio. El entierro de Marc Antoine alcanzó cotas de fiesta popular. Forzaron a sus hermanas a entrar a un convento y a su hermano Pierre, a un monasterio. A la madre, la echaron a la calle y arrebataron todas sus propiedades. Tiempo después, su caso llegó hasta París, donde obtuvo el apoyo de la justicia y del Rey y recuperó su familia y hacienda.
En otro párrafo del citado opúsculo, Voltaire afirma que: "El derecho a la intolerancia es, por tanto, bárbaro y absurdo; es el derecho de los tigres, aunque más horrible; pues los tigres matan para comer, y nosotros nos hemos exterminado por unos palabras".
El fanatismo -unido a menudo a religiones monoteístas- ha existido y existirá siempre; también en un país tan extremista y cainita como el nuestro; donde seguimos condenando de palabra y pensamiento al diferente, rojo, facha, bolivariano, podemita, homosexual, ateo, etc. La razón sigue siendo la misma: el miedo al otro y el odio cerval, frutos de la ignorancia y la estupidez.
Ejemplo 1: El pasado 12 de octubre Vox convocó una manifestación contra el gobierno "socialista y filoetarra" por declarar un nuevo estado de alarma por el alto número de contagios por coronavirus en la Comunidad de Madrid. Entre banderas nacionales y franquistas y cantos militares, como el manido "Novio de la Muerte", los manifestantes "exigieron libertad y justicia"; mientras otros reclamaban "el yugo y las flechas como única solución para el país". Los convocantes sonreían satisfechos.
Ejemplo 2: La decapitación de un profesor en Francia por enseñar a sus alumnos caricaturas de Mahoma.
Robert Musil escribió en su "Panfleto sobre la estupidez": "No todos se comportan tan prudentemente como sería necesario, y, por tanto, cada uno de nosotros es estúpido, si no siempre, al menos de vez en cuando".
¿QUÉ SUCEDIÓ EN ESTOS DÍAS?
- Un profesor de universidad prohíbe dar el pecho a una madre durante una clase online.
- Un sacerdote oficia misa con sombrero y gafas de sol.
- La preclara presidente madrileña afirma que: "Madrid está siendo asediada por las mismas fuerzas que están destruyendo Latinoamérica".
- La empresa pública Navantia descarta contratar a una ingeniera por "estar demasiado preparada".
- Con motivo del Día de la Hispanidad, la Patrulla Águila, integrada en el Ejército del Aire, sobrevoló los cielos madrileños, formando la bandera austriaca, en vez de la española, con el humo coloreado de sus reactores.
- La NASA inventa un vater para mujeres en el espacio. ¿No puede estar más cerca?
- "Mi hermano es un enviado de Dios", afirma la hermana de Cristiano Ronaldo.
- Los Bárcenas: media España temiendo que cante el hijo y otra media temiendo que cante el padre.
- La policía brasileña encuentra cinco mil dólares en los calzoncillos de un senador.
- Se le cae el tampón a una invitada, mientras bailaba en "El Hormiguero".
- Denunciados 19 jóvenes por hacer una torre humana en Valladolid.
- Ante el juez por "ocultar deliberadamente su homosexualidad a su mujer".
- "Nosotros sí hacemos caso a los científicos", afirma Pablo Casado.
LITERALIA
EL PASEO
III
Don José se alejó del Lago con paso decidido. Cruzó la carretera que lo circunvala, esquivando más ciclistas y corredores. Luego, ascendió por un pequeño pinar que terminaba ante las pistas de tenis que construyeron, cuando él era un chaval. Durante este trayecto, varios conejos salieron huyendo al verle u oírle. Atravesó un camino de grava en el que se cruzó con una pareja de policías a caballo. Comentaban la última jornada futbolística, un indicador de que la jornada transcurría sin sobresaltos. Después, prosiguió por el sendero ascendente que conducía hasta la Fuente del Pajarito, erigida el año 1936 por la Iiª República. Allí encontró más ciclistas que saciaban su sed o rellenaban sus cantimploras con el agua fresca de la fontana.
Don José respiró hondo, mientras cerraba los ojos. Su mente se trasladó a sus juegos con los colegas del barrio, recordó los caramelos que cogió -y saboreó- durante el Entierro de la Sardina, festejo popular que finalizaba en aquel lugar cada miércoles de Ceniza y anunciaba el fin del Carnaval, el fuerte que imaginaron sus colegas del barrio y él en la base de una columna del teleférico para luchar contra los indios que eran ellos mismos. Lentamente, ascendió hasta ella, evocó sus gritos, los galones de cuero que les cosieron sus madres en las mangas de sus camisetas, sus rifles y pistolas que eran ramas, sus trotes y galopes como si fuesen auténticos caballos del ejército yanqui... Un traqueteo le sobresaltó brevemente. Una cabina roja en la que viajaban un matrimonio y sus dos hijos pasó por la columna en ese instante. La niña gritó emocionada por el panorama que contemplaba desde las alturas. Don José escuchó su voz con nitidez. Levantó la mirada, y vio a una doncella asomada a una ventana situada en la parte superior de una torre exenta. Pedía auxilio, clamaba para que su amado la rescatase. Era rubia, sonrosada, grácil como su difunta Amelia. Sin dudar un instante, envainó su espada y comenzó a escalar por el torreón, agarrándose con pies y manos a los salientes del muro hasta llegar a la hermosa joven, quien, al verle, dijo:
Pronto, mi señor, mi padre quiere casarme con un hombre al que no amo... Ayudadme, os lo ruego.
Don José recordó que su suegro tuvo las mismas intenciones con su querida Amelia. Por fortuna, el amor que se profesaban derrotó la terquedad del hombre.
Hildebrando de Rajistán a vuestro servicio, mi señora
Mi padre quiere casarme con el conde de Fasibrás -insistió la doncella-, un hombre viejo y feo al que detesto. Mi corazón pertenece a Mateo, un mozo de cuadras apuesto y valiente.
¿Tenéis alguna cuerda por la que podamos descender? - inquirió el caballero.
No, sólo tengo mi ropa de cama.
Anudad las sábanas, y atadlas a algún mueble. Luego, agarraos a mi cuello y no miréis hacia abajo.
La doncella, que dijo llamarse Maricela, se relajó entre los fuertes brazos de su salvador, quien la depositó en el suelo sana y salva minutos después a pesar de las saetas lanzadas por los ballesteros de su padre en un intento por frustrar su huida. Fuera de todo peligro, Maricela le entregó una flor -una humilde margarita- en señal de agradecimiento, y, luego, salió corriendo en busca de su amado Mateo. El héroe siempre está solo.
Las voces lejanas de los niños que viajaban en la citada cabina le sacaron de su ensoñamiento. En su mano tenía una piña que había caído de uno de los numerosos pinos que poblaban el cerro. Descendió hasta la fuente. Maricela y Mateo le recordaron a Amelia y a él, que fueron tan felices por aquellos parajes entre besos al atardecer.
Sus colegas le apremiaban desde el fuerte para que corriese en busca de refuerzos, mientras defendían el puesto del alevoso ataque del jefe Búho Blanco que ve mejor de noche y sus apaches mezcaleros.
Don José prosiguió su camino con paso enérgico. El paseo estaba resultando muy emocionante.
OLDIES
Georges Shearing (1919-2011) fue un pianista y compositor de jazz inglés. Su repertorio abarcó desde el hard bop hasta el cool, pasando por el swing y el jazz latino. A continuación, alguno de sus éxitos:
Misty: https://www.youtube.com/watch?v=6sc7nlTucDA
Lullaby of Birdland: https://www.youtube.com/watch?v=7zJnoQiIqDU
Bucaneer's Bounce: https://www.dailymotion.com/video/xtmcst
CRÓNICA DE SOCIEDAD ( urbi et orbi)
- Alfonso XIII, gran aficionado al juego, era muy amigo de un tal monsieur Marquet, responsable del Casino de San Sebastián.. El monarca pensó recompensarle con un título nobiliario . tal vez por dejarle ganar en la ruleta-, pero tropezó con tal oposición popular que desechó la idea. Algunos de los nombres que se barajaron para el citado título fueron: Barón del Pleno, Barón del No Va Más y Barón del Negro y el Encarnado ( o rojo).
. La palabra chandal deriva del francés "Marchand d'ail", vendedor de ajos, tras perder la sílaba "mar" y convertirse en chandail.
- La palabra fornicio deriva del latín fornicari, "arco o bóveda de un puente, pórtico y arcada", por ser el lugar donde se situaban las prostitutas en la antigua Roma.
- Durante las lupercales, fiestas romanas celebradas el 15 de febrero en honor del dios Fauno o Luperco (lupushircus, lobo-macho cabrío), flagelaban a las mujeres estériles para curarles dicho mal.
- Hubo un clérigo que raspaba la plata de la cruz de su iglesia, por lo que la Virgen lo castigó dejándole ciego y haciéndole crecer una nariz tan grande que necesitaba ayuda para comer y beber.
- Esclavonia fue la región europea donde el Imperio Romano almacenaba a sus esclavos. Corresponde a la actual región croata de Eslavonia.
- Los romanos ofrecían pedos y eructos a su dios Crepitus, derivación del egipcio Krep-Ra, que recibía como ofrenda los excrementos de sus fieles.
- Los manuales de la época victoriana dejaban muy claro que lo último que debía hacer una dama en la calle era escandalizar a los viandantes. Andar deprisa era un signo de mala educación, lo mismo que hablar alto o mover los brazos lejos del cuerpo. Por este motivo, una mujer que montaba en bicicleta se convertía en alguien de “dudosa moral”.
- En 1925, se produjo un atraco en el Banco de Chile de Santiago. Los cinco asaltantes enmascarados actuaron con rapidez y precisión, obteniendo un botín entre 30 y 47.000 pesos. La prensa sensacionalista los denominó "Los Apaches", pero sus verdaderos nombres eran: Francisco y Alejandro Ascaso, Gregorio Joven, Antonio Rodríguez y ... Buenaventura Durruti. Anarquistas confesos, pretendían recaudar fondos para los compañeros presos por la dictadura de Primo de Rivera. Durante año y medio recorrieron América del Sur de cabo a rabo, perpetrando varios atracos más. que denominaban "expropiaciones". Defensores de una sociedad sin clases ni Estado, anticapitalistas convencidos, atracaban bancos por representar dicho sistema económico. Regresaron a España durante la IIª República. Algunos no sobrevivieron a la guerra civil.
El llamado "Diablo de Segovia" representa al demonio derrotado y sujetando el último sillar que le quedó por colocar, pues según una leyenda fue el diablo el constructor del famoso canal de agua romano.
FRASE DEL DÍA (sea el que sea)
"A toda sabiduría le corresponde una estupidez".- Robert Musil.
CONTRAPORTADA
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