jueves, 26 de agosto de 2021

chafardero 146

 <<EL NUEVO CHAFARDERO INDOMABLE

NÚMERO 146    ANNO VII>>




PRIMERA PLANA

Perteneció a ese tipo de personas que no quieren pertenecer a ningún grupo como el sagaz Groucho; aunque era más de Monty Phyton, Jacques Tati, Jardiel o el Barón de Münchhausen.

Lúcido y despierto, despotricaba de la realidad y sus congéneres; tal vez por eso (o por su amor confeso por la ciencia ficción y los juegos de estrategia) se inventó otra en la que se sentía más a gusto, hecha a su imagen y semejanza en la que todos seríamos más felices. También pudo ayudar el hecho de vivir solo desde muy temprana edad. En principio, inventarse mundos paralelos más satisfactorios demuestra imaginación, pero tiene un problema básico, a nuestro humilde entender: siempre chocarán con el azar y... la terca realidad.

Muchos han sido los buenos momentos compartidos en casi cuarenta años de amistad; el concierto de los Floyd en el extinto Manzanares,  el de Peter Gabriel en el incinerado Palacio de los Deportes,  la actuación de Música Inculta del gran Quique Merchán en el mítico Rock Ola, las divertidísimas funciones de Les Luthiers en el Alcalá Palace, frente a cuya taquilla se instalaba en una silla de playa, armado de tabaco, cervezas y música, para conseguir alguna de las escasísimas entradas que ponían a la venta, por ejemplo; aunque hubo muchos más... como las ancas de rana que compartimos una madrugada en un mesón de Triana, nuestra sorpresa por la gran portada del convento de Monjas Mínimas del mismo barrio, el besucón recibimiento que nos dispensó la Anselma en su local (luego descubrimos que era el habitual con todos los nuevos clientes), las copas de Agua de Sevilla en la calle Betis o  de Sangre de Cristo en el pintoresco Garlochí cerca de la plaza de la Alfalfa, el descenso en barco por el Guadalquivir hasta Sanlúcar, la noche filosófica en el apartamento de Antonio Pinillo aderezada con exquisitos quesos franceses y varias botellas de Châteauneuf-du-Pape (¡qué bien se han cuidado siempre estos santos varones!), la excursión de varios días por Ávila y Salamanca junto a su encantadora y paciente novia Magdalena, las visitas místico-etílicas a Segovia, las innumerables cañas en todos los bares existentes entre Cascorro y Malasaña (para aumentar nuestra cultura), pasando por algunos locales entrañables como Corripio, el Ñeru y el del vermú de la plaza de Chueca o las noches de champán en la terraza de su edificio cantando temas de los Doors a grito pelado para satisfacción de sus vecinos.

Por contra, también hubo diferencias, acrecentadas al desaparecer la sorpresa por conocernos demasiado bien: como aquella mítica jornada de mudanza, que duró todo un día y aún no he logrado olvidar treinta y tantos años después,  que terminó con una nevera metida en el ascensor de su bloque y todos sus queridos vecinos -ancianos en su mayoría- protestando, porque no podían utilizar el susodicho; aunque se hubieran reunido todos en el portal (¡Cómo lo consiguieron sin el elevador es una hazaña que sigo sin explicarme!), donde había regresado el ascensor desde su piso al no poder sacar la nevera, porque las puertas se abrían hacia dentro,  o aquel otro día en que se empeñó en explicarle a un bombero, que había perdido a varios compañeros en el reciente  incendio de los almacenes Arias, el color del pendón de Castilla a pesar de la creciente animadversión del susodicho. Sólo llevándomelo del bar evité que terminase mal, pues otra de las características, o consecuencias, de vivir en su mundo era que no escuchaba a los demás, por lo que no se enteraba -en el fondo, no le interesaba- de lo que sucedía a su alrededor, pues el plan que había organizado siempre era mejor que cualquier otra posibilidad. 

Casi cuarenta años de amistad abarcan muchas vicisitudes, pero quiero terminar este somero panegírico con el día en que el señor Enrique García Segovia, recientemente fallecido por una traidora enfermedad pulmonar que tal vez subestimó a pesar de las advertencias, ganó un concurso de relatos con  un cuento magnífico sobre la conquista de América por las pulgas que viajaban en las carabelas colombinas. Lo celebramos comiendo en casa del amigo Andrés unos sabrosos chuletones de buey -materia en la que era muy exigente, pues, según su parecer, en pocos sitios había buena carne-, regados con una botella de Burdeos o Borgoña (no recuerdo bien), otra de Marqués de Murrieta, otra de.... hasta que llegó un momento en que perdimos la cuenta. Enriquito era muy generoso, pero sólo con aquellas personas que consideraba dignas de ella (como casi todos). Otro ejemplo de su buen gusto era la sincera adoración que sentía por los tafanarios femeninos (como toda persona de bien).

La vida será más dura sin él. Sus amigos nunca superaremos el vacío que ha dejado en nuestros corazones el muy mamón.



¿QUÉ SUCEDIÓ EN ESTOS DÍAS?

- Polonia prepara una ley que impedirá a los judíos reclamar sus tierras robadas durante el nazismo.

- Euskadi paga 63 pensiones vitalicias a dos exlehendakaris y otros altos cargos autonómicos.

- Vox de CLM consigue que se censure el cartel de una actuación musical por "ofensa extrema a la Virgen" (aunque no aclaró  a cuál se refería).

- Una manifestación intenta tomar las instalaciones de la BBC en Londres, pero se equivoca de edificio.

- Alquila una habitación de su vivienda con la condición de no usar mascarilla.

- Un bar de Marbella vende gel antirrojos.

- El gobierno de Aragón plantea que los pájaros aprendan a esquivar los aerogeneradores.

- El ayuntamiento de Gijón no prorrogará la concesión de la plaza de toros a la empresa que la regenta actualmente, por lo que no habrá más espectáculos taurinos de momento. La razón ha sido el nombre de de dos astados -"Feminista" y "Nigeriano", de la ganadería albaceteña de Daniel Ruiza-. Para más inri, el responsable de lidiarlos fue el diestro Morante de la Pueble, conocido como "el torero de Vox". Luego dirán que este país no es divertido.

- Se dispara el precio del burka en Afganistán tras la llegada de los talibanes.

- Un nuevo dinosaurio hallado en Burgos se llamará Andrés Iniesta.

- El alcalde de Chipiona (del partido Unidos por Chipiona) encarga un estudio para comprobar si el Guadalquivir desemboca en esta localidad en vez de en Sanlúcar de Barrameda (le encantaría a Enriquito).





OLDIES  

Según la wikipedia, "el dixieland es un estilo de hot jazz en el que predominan la imaginación y el metal que se desarrolló durante la década de 1910. El origen del nombre proviene del número francés "dix", diez; ya que los billetes existentes entre las Rocosas y el Mississippi, región donde se originó este ritmo, pertenecía a Francia.

El primer intérprete reconocido fue "Papá" Jack Laine, al que siguieron el cornetista Nick La Rocca y su banda, Anton Lada y sus "Luisiana Five" (que serían cuatro), el trompetista Edward "Kid" Ory, etc. En años posteriores disfrutó un renacer  con intérpretes como  Bix Beiderbecke, Eddie Condon o Bobby Hackettt y, más actualmente, con los compatriotas de la Canal Street Band, existente desde 1967.

Hot cooking: https://www.youtube.com/watch?v=X2h02fvWid4

Tiger rag (Canal street Band) : https://www.youtube.com/watch?v=9hQl4DgCI0Y




LITERALIA



LA NOCHE SE HIZO DÍA





Yo entré en Bagdad junto a Al-Ma’mun, el califa poeta, seis años después de su destrucción por las 

tropas que mandaba su comandante en jefe, el turco Tahir.

Humilde herrero, me alisté en su ejército para garantizarme una paga con la que mantener a mi esposa rumí y a mis tres hijos. Seguí al príncipe por todo el imperio abasí desde que su padre, el famoso Harum Al-Rasid, harto de cuentos, le entregó el Este de sus vastos dominios y antes de que batallara con su hermanastro ‘Amin por el control de todo el territorio.

Ciegos de ambición y faltos de carácter, los dos hijos del sangriento Harum se dejaron influir por sus respectivos favoritos, el convertido Fade ben Rahí y el jurasamí Fadl ben Sahl, y se lanzaron a una guerra fratricida que terminó devastando los dominios de su padre.

Tras recibir el Oeste del reino, y por ser hijo de una esposa legítima del califa, ‘Amin pretendió imponer sus derechos sucesorios a su hermanastro Al-Ma’mun; primogénito, pero vástago de una esclava persa llamada Irán. Cuando la conflagración resultó inevitable, mi señor llamó en su apoyo a los jurasamíes, pueblo originario del mar Caspio famoso en todo el Asia Menor como arqueros y artilleros. Corría el año 809, según las cuentas de mi mujer.

De forma paulatina, tras los primeros escarceos para comparar las fuerzas de ambos contendientes, el conflicto se fue decantando hacia nuestro bando. No existían murallas lo bastante sólidas como para resistir el continuo bombardeo de nuestras máquinas de guerra llamadas al-manyaniq o almajaneques en cristiano. Consumada la rendición sin condiciones de las ciudades sitiadas, el turco Tahir mandaba pasar a cuchillo a todos los habitantes varones mayores de cinco años. Los prisioneros necesitan alimentos y vigilancia continua y no podíamos desperdiciar ni hombres ni vituallas. Solas y sin recursos, las mujeres preferían unirse a nosotros y, poco tiempo después, a los soldados que mejor las trataban; por lo que arrastrábamos una gran multitud civil que marchaba en la retaguardia de nuestro ejército.

Obligado a una huida constante por nuestras abrumadoras victorias, casi sin apoyos externos ni medios propios, el príncipe ‘Amin terminó refugiándose con sus seguidores en mi muy querida Madinat al-Salam, fundada a orillas del río Tigris cien años después de la Héjira por Al-Mansur con el nombre de Bagdad. Lentos pero inexorables, proseguíamos nuestro avance triunfal hacia ella, dejando tras nosotros una estela de cadáveres y aldeas devastadas; lo que trajo como consecuencia un aumento del número de mujeres y niños en nuestro grupo. Este fenómeno y cierta relajación por parte de nuestros jefes, permitieron al príncipe ‘Amin disponer de tiempo suficiente para arengar a los habitantes de la ciudad, leales a la memoria de su padre, y convocarles a la yihad o Guerra Santa contra “el traidor Al-Ma’mum, que pretende usurpar mis legítimos derechos al trono”, concluyó entre el griterío de sus seguidores. Los más receptivos fueron los vecinos de barrio Harbbiyyah, que juraron luchar hasta la muerte contra mi señor y sus turcos renegados.

Mientras avanzábamos hacia la capital del país, entablé relación con Zuleima, joven viuda de un artillero muerto en combate, famosa en el campamento por sus hermosos ojos azul zafiro. Como siempre he sido honesto en mi trato con las mujeres, le confesé que tenía mujer y tres hijos residentes en mi aldea natal; por lo que no representaban un obstáculo para amarla como si fuese la única. Madre de un niño de corta edad, sola y desamparada, no tardó en aceptar mi propuesta y en recibirme en la escueta intimidad de su carromato.

Una mañana se presentó en mi fragua el mismísimo Tahir trayendo de la brida a dos hermosos animales que reconocí al instante: el alazán respondía al nombre de “Tenebroso” y era su caballo favorito; el blanco se llamaba “Viento de Alá” y pertenecía a mi príncipe. El turco me ordenó que revisara sus herraduras y que, cuando terminase con ellos, siguiese con los de su Estado Mayor, pues les esperaban duros combates “cuando la Luna vuelva a tener cuernos”, según propias palabras. Abrumado por el trabajo que representaba su mandato, intenté hacerle comprender que era tarea excesiva para un hombre solo; pero se limitó a contestarme que no admitiría retrasos so pena de muerte. Al mediodía, regresó junto a dos hermanos: Alí y Zoraida, hijos de un desertor que habían ejecutado al amanecer y me los entregó para que me ayudaran en la faena. El muchacho, vigoroso y dispuesto, resultó idóneo para el duro trabajo de la fragua; mientras su hermana, más delicada, ayudó a mi esposa en las tareas domésticas. Les hicimos un sitio en la tienda y, durante el tiempo que tardé en revisar todos los caballos, conformamos una familia ideal. El encanto se rompió, cuando Zuleima quedó embarazada y centró todos sus celos en la grácil Zoraida. Resolví tan desagradable situación, convirtiéndola en mi tercera esposa.

Dos años después, mayor de edad y con el cuerpo moldeado por el trabajo diario, Alí se presentó ante Tahir y le pidió que le aceptara en su cuerpo de élite. El turco le examinó detenidamente y comprobó la solidez de sus músculos. Sin pronunciar palabra, le entregó a su lugarteniente Okal para que le convirtiera en un soldado invencible. “Si perseveras, Alá te premiará con sus favores”, señaló el comandante. “Yo te digo que serás uno de los elegidos que iluminará la noche de Bagdad”, añadió finalmente.

Desde entonces, le vimos muy poco; pues siempre estaba practicando con el arco, o peleando a espada, o aprendiendo a preparar las mish’al, unas bombas incendiarias elaboradas a base de la nafta, petróleo según los bizantinos, que extraían de pozos tan antiguos y ricos como los de Dir al-Qayyara, cerca de Mosul; aunque pude seguir sus progresos gracias a los comentarios que hacían sus compañeros de armas, cuando traían sus monturas a la herrería.

Meses después, se presentó el turco Tahir acompañado de un hombre vestido de negro riguroso, salvo la brillante coraza de cuero rojo que protegía su torso. A una orden suya, se quitó el velo que cubría su rostro y, entonces, reconocí a Alí, que se había convertido en el mejor soldado de nuestro ejército; por lo que nuestro príncipe decidió nombrarle jefe de su guardia personal. Venía a despedirse de su hermana; pues, a causa de su nuevo cargo, debía permanecer en los aposentos privados de Al-Ma’mum. Tras abrazarnos estrechamente, ambos hombres subieron a sus monturas, picaron espuelas y se unieron al grueso de nuestro ejército. Alí pertenecía por méritos propios a la temida caballería abasida y su nombre pasaría a la historia como organizados de las tropas de la nafta.

Entretanto, mi familia había aumentado con el nacimiento de Fátima, segundo vástago de Zuleima, que había heredado sus impresionantes ojos azul zafiro, y el niño de Zoraida, al que llamamos Alí ben Yusuf, en homenaje a su tío.

En primavera, llegamos ante las puertas de Bagdad, la muy santa y amada Madinat al-Salam. El turco Tahir desplegó un gran pendón blanco y cabalgó hasta el pie de las murallas; donde parlamentó con el jefe de la guardia. Exigió la inmediata entrega del traidor ‘Amin a cambio de no destruir la ciudad y respetar la vida de sus habitantes; pero el oficial rechazó su propuesta y se preparó para defender la ciudad de nuestros ataques. Tahir picó espuelas, llegó hasta nuestras filas y mandó desplegar cientos de almajaneques alrededor de todo el recinto amurallado. Después, ordenó que las cargaran con bombas de arcilla repletas de nafta encendida y que las arrojasen sin descanso hasta el atardecer.

Al llegar la noche, las catapultas cesaron sus lanzamientos y nuestro ejército se retiró a su campamento para descansar; mientras los habitantes de Bagdad sofocaban los numerosos incendios que se habían originado en sus casas de adobe, reparaban sus defensas, atendían a sus heridos y enterraban a sus muertos. Esta tónica, que se mantuvo durante toda una semana, era completada con mortíferas incursiones de nuestra caballería en las líneas defensivas de los sitiados. Al-Ma’mum confiaba en que su hermano entrase en razón y derogase la ley que le arrinconaba en la línea sucesoria para volver a cazar juntos por las vastas praderas de su imperio; aunque ordenó a su comandante que siguiesen los bombardeos.

El atardecer del décimo día, como los anteriores, sonó un gran cuerno y los almajaneques suspendieron sus letales disparos. De nuevo, los habitantes de Bagdad volvieron a aprovechar la ocasión para apagar los incendios y sepultar a sus numerosas víctimas. Entonces, un arquero se destacó del resto de nuestro ejército, se irguió desafiante sobre un alcor, tensó su arco y disparó un dardo flamígero que cruzó el firmamento entre la algarabía de nuestros soldados y el recelo de nuestros enemigos. Cayó en la tienda de ‘Amin, que comenzó a arder al instante. El saetero resultó ser mi buen Alí; quien llegaría a ser, años más tarde, el principal impulsor de los legendarios naffatum, los arqueros de la nafta, que aterrorizarían a los moradores de las ciudades sitiadas por las tropas abasíes con sus espectaculares ataques nocturnos. A su flecha, siguieron miles y miles que iluminaron el cielo estrellado. La noche se hizo día. Con el amanecer, las catapultas sucedieron a los arqueros y completaron los devastadores efectos de sus disparos.

A media mañana, se abrió la puerta principal de la ciudad y, chamuscado y vencido, el príncipe ‘Amin salió de Bagdad y se presentó ante su hermano, al que rindió la espada. Influido por el turco Tahir, le condenó a muerte; sentencia que ejecutó el verdugo cortándole la cabeza con un inmenso alfanje. Los defensores de la ciudad corrieron su misma suerte y las mujeres fueron entregadas a nuestros soldados, que se habían lanzado a la más furibunda rapiña. A mí me correspondieron Habiliyya, que resultó ser una excelente cocinera, motivo por el que le convertí en mi cuarta esposa, y un quinto piso en el citado barrio de Habiyyah, una vez finalizada la reconstrucción de la ciudad. Corría el año 813, según Teodora, mi esposa rumí.

Entretanto, licenciado y dueño de una pequeña fortuna proveniente del suculento botín de guerra, me instalé con mis esposas e hijos en un oasis cercano a la antigua Ctesifón; donde regenté una posada hasta que, seis años después, pude entrar en Bagdad, la muy santa Madinat al-Salam, junto a mi señor Al-Ma’mum.




¿QUÉ SUCEDIÓ EN ESTOS DÍAS?

- La raza canina turnspit, conocida como perro cocinero o pequeño labrador, fue creada en Inglaterra para desarrollar trabajos domésticos desde la Edad Media hasta su extinción en 1860. Integrados en la categoría de pinche o ayudante de cocina por su eficaz labor en el manejo de los espetones. caminaban encerrados dentro de un tambor, como los cobayas, para mover los hierros que soportaban los grandes asados de carne.. También realizaron funciones de perro de compañía o... faldero.



- La Pepsi Cola es un invento del farmacéutico usamericano Caleb Bradham, quien, en 1983, desarrolló su fórmula a base de "extracto de nuez de cola, vainilla y aceites raros". Su nombre deriva de la nuez de cola y la pepsina, una enzima digestiva residente en el estómago. 

- Ejemplo práctico del buen gusto de algunos responsables políticos patrios es la llamada "Rotonda del Jamón", sita en la localidad turolense de Calamocha, dentro de la "Autovía Mudéjar" (entendiendo, en este caso, que sólo pueden circular por ella los musulmanes que residen en nuestro variopinto país).



- En otras partes del planeta existen personas dotadas de ingenio, pero carentes del sentido del ridículo, como, suponemos, aquellos que consideran adecuado el siguiente monumento, erigido en Filipinas como sentido homenaje a los pediatras.



LCasa de Windsor (House of Windsor), anteriormente denominada Casa de Sajonia-Coburgo y Gotha (en inglésHouse of Saxe-Coburg and Gotha, en alemánHaus Sachsen-Coburg und Gotha), es la Casa Real del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Fue renombrada el 17 de julio de 1917 por el rey Jorge V del Reino Unido en el transcurso de la Primera Guerra Mundial. Dado el origen germánico del anterior nombre y debido a que entonces el Reino Unido estaba en guerra contra Alemania, decidió adoptar el nombre británico de "Windsor" por una proclamación real.1



FRASE DEL DÍA (sea el que sea)

"Y, al seguirse, huye de sí mismo".- ("Metamorfosis", Ovidio).


CONTRAPORTADA

Fomento de la lectura







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