<<EL CHAFARDERO INDOMABLE
NÚMERO 157 ANNO VIII>>
PRIMERA PLANA
Como todos sabemos las leyes son universales, es decir, su efecto recae sobre toda la población. Pretenden regular la vida en sociedad, evitando los abusos y los privilegios. Por tanto, la conclusión lógica es que nadie está por encima de ellas. Sin embargo, la práctica enseña lo contrario, pues muy a menudo el poderoso se la salta por la fuerza, coloca a sirvientes como jueces o dirigentes de paja para que le beneficien o a quien le interese, o promulga normas ad hoc con el mismo fin; tal y como hizo el gran Chemari Aznar en 1998 al reformar la Ley Hipotecaria franquista de 1946, lo que permitió a la Santa Madre matricular a su nombre en el Registro de la Propiedad miles de inmuebles -hasta cien mil según algunos, treinta y tantos mil según otros- por unas tasas ridículas y sin tener que presentar prueba alguna sobre su dominio. Dichas propiedades incluyen desde las grandes catedrales y templos de culto católico -tras declarar inconstitucional el tribunal correspondiente el artículo de la Ley Hipotecaria citada que lo prohibía por considerarlos un "servicio público"- hasta la más humilde ermita de pueblo, pasando por cementerios o locales sociales cercanos a alguna parroquia. La caridad eclesiástica ha demostrado ser insaciable.
Desde entonces y hasta 2015, fecha en que se prohíbe semejante rapiña (aunque en 2016 registró a su nombre -y se aceptó- la ermita de la Natividad de la localidad turolense de Bello), la Iglesia ha inmatriculado cerca de treinta y cinco mil inmuebles; aunque recientemente ha reconocido que unos mil se registraron por error y que los devolverá en... cuanto pueda. Por supuesto se trata de edificios que le reportan escasos beneficios económicos, pues la siempre necesitada Iglesia -recordemos su perpetuo voto de pobreza- no tardó en poner precio a la entrada de los inmuebles -templos de culto en su mayoría- con el beneplácito de los sucesivos gobiernos, incluido el actual, que además pagaron y pagan el mantenimiento de los mismos; de donde se deduce que los ciudadanos pagan dos veces por los edificios inmatriculados: al entrar a visitarlos y al costear su conservación. ¡Un negocio redondo, hermanos y hermanas en la fe!
En muchos casos, los obispos se aprovecharon de la ingenuidad municipal al creer que aquellos edificios construidos o sufragados por los vecinos pertenecían al pueblo donde se ubicaban, pero la avaricia eclesiástica les demostró lo contrario. Como afirma la Conferencia Episcopal, la Iglesia tiene la obligación de “custodiar y mantener los locales de culto que le han sido confiados” y qué mejor manera de hacerlo que quedándose con ellos; aunque su reino no sea de este mundo.
Por si fuera poco, hace unos días la prensa publicó que la Santa Madre ya estaba inmatriculando inmuebles antes de la citada ley de Aznar del año 1998, como el santuario de Estibaliz, registrado en 1997; cuando estaba vigente la ley hipotecaria de Franco que prohibía registrar templos de culto católico por “ser un servicio público”.
Estas matriculaciones groseramente legales han generado una larga serie de abusos, arropados muchas veces por jueces seguramente católicos (que algo sea lícito no significa siempre que sea justo) y los propios registradores de la propiedad, de los que citamos algunos:
- Olivares en Jaén y Córdoba (quizá se apareció la Virgen en alguno), bosques en Cataluña y Baleares, fincas rústicas y urbanas, casas, pisos y locales en todo el país como en el pueblo almeriense de Topares, donde los vecinos se han rebelado contra el obispo y el párroco por inmatricular el local social del pueblo que los vecinos aseguran haber costeado y mantener de su bolsillo. El obispado afirma que lo registró en 2014 por su uso religioso, mientras que el presidente de la Hermandad de Ánimas de la localidad asevera que dicho local “jamás ha tenido uso religioso ni ha sido salón parroquial y que se dedica a bar, celebraciones y representaciones teatrales”.
- En 2013, el ayuntamiento de Artá (Mallorca) descubrió que sus murallas medievales, construidas por los vecinos para defenderse de las incursiones piratas, pertenecían al obispado. Tras tres años de litigios, la justicia ordenó su devolución al municipio.
- La iglesia mudéjar de san Juan de los Panetes de Zaragoza pertenece a la Santa Madre desde 1993, aunque es propiedad estatal desde 1933
- Muchos ciudadanos que construyeron con sus manos o pagaron la construcción de nichos, sepulturas y panteones para enterrar a sus difuntos han descubierto que deben pagar por acceder a los cementerios donde se ubican dichos sepulcros desde que la Iglesia los registró a su nombre. como el obispo de Cartagena que, incluso, ha quitado los derechos sobre sus tumbas a los vecinos.
- Gran parte de los edificios prerrománicos de Asturias, construidos entre los siglos VIII y X, están en manos eclesiásticas tras la autocertificación del obispo.
- En 2003, al obispo complutense inmatriculó la catedral y la plaza aledaña, sin notificárselo al ayuntamiento, existente desde el siglo XVI como atestiguan los planos en poder del consistorio.
- En Sevilla, se adueñó de la capilla de San Lorenzo, propiedad de la Hermandad del Gran Poder. Tras un juicio, comparten la titularidad.
Podríamos seguir hasta consignar los más de treinta y cinco mil edificios registrados por la cara de la Santa Madre, pero sería reiterar lo dicho y calentar más a los lectores.
Como apunte final, queremos insistir en que todos estos atropellos se han producido con la necesaria colaboración de los diferentes gobiernos existentes desde 1978, algunos llamados de izquierda. Quizá sea hora de admitir que las leyes no son universales, que sigue habiendo desequilibrios en un país tan aconfesional como aquéste y que la corrupción parece ser un derecho para todos aquellos que se consideran poderosos; aunque pertenezcan a una confesión que predica el amor y la caridad (que, bien entendida, comienza por uno mismo, según se afirma en “La lozana Andaluza”, novela de 1528 perseguida por la Santa Inquisición, siempre atenta a las buenas costumbres de los demás).
¿QUÉ SUCEDIÓ EN ESTOS DÍAS?
-- Una mujer ata a su marido con una cuerda y lo lleva a vacunarse.
- Un ladrón se deja el móvil en el lugar del atraco y es detenido tras quedar con la policía para recuperarlo.
- Un jubilado se cambia de sexo para cobrar la pensión un año antes de lo que le correspondía.
- El presidente de la patronal bancaria, señor José María Roldán, afirma, sobre las quejas de los jubilados por el servicio de los bancos, que: "Teruel no tiene otorrinos en el hospital público... Eso sí que es gordo".
- El presidente de la CEOE, señor Garamendi, considera humilde su sueldo anual de 300.000 € tras rechazar una subida de treinta y cinco euros mensuales en el salario mínimo interprofesional por "inasumible" para las empresas.
- Una congresista republicana usamericana confunde a la Gestapo con el gazpacho.
- Se orina dentro de un taxi y lo sube a las redes.
El Capitán Remolacha
OLDIES
Traffic, "Evening Blue". Los señores Wiuwood y Capaldi tocando el cielo.
LITERALIA
LA ORLA IV
Me presenté en los talleres "AEROMUNDI SA" bien trajeado y con una peluca castaña clara.
pregunté en recepción por el señor Pedro Escamilla, jefe del Departamento de Electrónica. Con
sonrisa profesional, la empleada me señaló un ascensor tras pronunciar dos palabras: "Tercer
piso". Allí pregunté a una secretaria, que me indicó un pasillo lateral y la cuarta puerta a la
izquierda; aunque no era necesario tanto detalle, pues el nombre aparecía inscrito en el cristal.
Golpeé con los nudillos y esperé que me concedieran permiso para entrar. Recorrí el despacho
con una mirada rápida pero inquisitiva. Pedro Escamilla, vestido con una bata blanca, estaba
sentado frente a un pupitre de trabajo. Parecía investigar el interior de un aparato que no
reconocí. La mecánica nunca me interesó demasiado. Sobre su mesa, distinguí una foto grande
con el retrato de su bella esposa, la exmodelo Marita Pons, y otras dos más pequeñas que corres-
pondían a sus hijos, Borja y Vanesa. En la pared derecha, reconocí la fotografía de los alumnos
del año 1976. Sin levantar la vista del artilugio que intentaba reparar, me preguntó qué quería.
Pedro Escamilla era un adicto al trabajo desde su más tierna infancia y sus hábitos no habían
cambiado con la edad. Apenas veía a su familia. Tomaba estimulantes para mantenerse en forma.
Tampoco desdeñaba algunas esporádicas dosis de cocaína. Por el contrario, odiaba el café y no
fumaba, porque eran nocivos para la salud. Le recordé que estábamos citados. Entonces, levantó
la cabeza y me observó con extrañeza. Después, abandonó su posición, caminó hacia la mesa y
pulsó el interfono para preguntar a su secretaria si tenía alguna visita pasa esa mañana. Tras la
confirmación de la cita, me dijo que no podía dedicarme mucho tiempo. Al parecer, estaba
entregado en cuerpo y alma al desarrollo de un prototipo de motor del que formaba parte el
aparato que manipulaba cuando entré. Me presenté como Ricardo Ayuso, agente comercial de
ELECTRUM, una empresa especializada en componentes electrónicos y encargada de suminis-
trarles fibra óptica y cable de alta resolución tras ganar el correspondiente concurso. El motivo
de mi visita era mostrarle nuestros productos para que seleccionase los más adecuados a sus
necesidades.
Mientras examinaba detenidamente los muestrarios, recorrí la habitación con aparente desinte-
rés; mientras me ponía unos guantes negros. Me detuve ante la fotografía que contenía los rostros
de cuarenta jóvenes sonrientes y comenté con falso entusiasmo:
- ¡Caramba, yo salgo en esa foto!.
Pedro Escamilla me miró con sorpresa; después, con creciente simpatía, afirmó:
- Yo también. ¿Quién eres?... No me acuerdo de todos.
- Éste.
Y señalé una cara situada en la segunda fila.
Pedro Escanilla se acercó hasta mi y observó el rostro que marcaba mi dedo.
- ¿Tú?... Espero que nos hayas perdonado - exclamó, volviéndose hacia mi. Luego añadió: Pero...
no te apellidabas Ayuso.
Entonces, sintió el revólver que apretaba contra su cabeza. Le empujé hacia la mesa, y, tras
obligarle a descolgar el teléfono, le hice marcar el número de su casa. Pulsé la tecla que activaba
el altavoz para poder seguir la conversación. Instantes después, escuchamos la voz de Marita.
Pedro Escamilla permaneció en silencio. Le pasé una nota que había redactado en mi domicilio,
Aumentando la presión del arma, le conminé a que se la leyera a su esposa.
- Cariño, soy Pedro.
- ¿Ocurre algo= No sueles llamarme casi nunca.
- Debo confesarte algo que me tortura sin remedio y que ya no puedo ocultarte más tiempo.
- ¿De qué se trata, Pedro?... No me asustes.
- Hace seis meses que tengo una amante.
- ¡Aaaah!... ¿Quién es: la pelandusca de tu secretaria?
- No la conoces.
Marita comenzó a llorar al otro lado del aparato.
-... como no quiero haceros sufrir a ti y a los niños, he decidido suicidarme.
Tras estas palabras, apreté el gatillo.
Marita Pons gritó con todas sus fuerzas. Después, escuché un golpe seco. Debía haberse
desmayado.
Salí corriendo al pasillo, donde tropecé con la secretaria. Entre gritos, le expliqué que el señor
Escamilla se había disparado tras confesar a su esposa que tenía una querida. La mujer cayó
en mis brazos. La recosté en una silla y avisé a la policía. Después, la reanimé con un vaso de agua
y varios cachetes en las mejillas. Cuando se recuperó, telefoneó a Seguridad y a los jefes más
importantes de la empresa. Pronto, el pasillo se llenó de personas que se dirigían hacia el
despacho
de Pedro Escamilla. Aproveché el barullo para abandonar el edificio.
- Comisario, soy Berlanga. Otro hombre de cuarenta y dos años.
- Parece que tenía razón. ¿De quién se trata?
- Pedro Escamilla Pérez, Jefe del Departamento de Electrónica de la empresa de aviación
AEROMUNDI. Estaba casado y tenía dos hijos. Vivía en la Avenida de la Liberación nº 125.
Parece que no no era muy querido entre sus compañeros por su desmedido amor al trabajo y
al dinero.
- ¿Cómo ha muerto?
- Según su secretaria, se suicidó por un asunto de faldas.
- ¿Estaba presente?
- No, se lo comunicó un representante de ELECTRUM, una empresa de componentes electrónicos
que estaba citado con el fallecido para enseñarle un muestrario de sus productos. Sobre su mesa,
he descubierto un revólver del treinta y ocho en el que no he encontrado huellas.
- ¿Y el forense?
- Según sus primeras impresiones, el finado murió en el acto a consecuencia de una bala que se
alojó en su cabeza con trayectoria de entrada, pero no de salida. Hay restos de materia gris en
el suelo.
- ¿Por qué se mata un hombre al que no falta de nada aparentemente?
- Por un insoportable sentimiento de culpa, quizá; pero antes debemos comprobarlo.
- ¿Ha hablado con el representante?
- Se ha esfumado aprovechando la confusión. Sólo hemos encontrado una peluca castaña.
- Llame a la empres ay verifique su identidad y la cita.
- Mañana a primera hora.
- ¿Ha encontrado algún elemento común a los cuatro fallecidos aparte de la edad=
- En la casa del último había una fotografía presente en este despacho.
- ¿De qué tipo?
- Una de esas que reúne los rostros de un grupo de alumnos bajo una leyenda como "Curso del
año tal".
- ¿Una orla?
- Eso.
- ¿De qué año?
- 1976-
- Habrá que investigar a todos los que aparecen en ella, Berlanga.
CRÓNICA DE SOCIEDAD (urbi et orbi)
- "Operaban por la noche, cuando no había testigos. Dejaban un puñal ritual clavado en la puerta de la casa del reo con una nota lacrada con un sello que representaba a un caballero con armadura. Incluía un mensaje que detallaba las faltas del acusado en los siguientes términos: <<Nosotros, los secretos vengadores del Eterno, los jueces implacables de los crímenes y los guardias de la inocencia, lo citamos de aquí a tres días ante el Tribunal de Dios. Apareced, apareced>>. Si el acusado intentaba huir, era perseguido y ajusticiado: si seguía en su casa, era secuestrado por varios encapuchados, le tapaban los ojos y lo llevaban a un rincón oculto de un bosque, donde era juzgado. Si salía inocente, podía marcharse; si culpable, lo ajusticiaban en el árbol más cercano con el puñal clavado en el pecho. Carlomagno, con el beneplácito del Papa León III, la fundó el año 772 con la misión de "perseguir y condenar a aquellos que revelasen secretos del monarca, introdujesen la herejía, los perjuros, los paganos o negadores de la auténtica fe, los que revelasen secretos de la organización, los brujos y magos y quienes pactaban con el Astuto". Tenían poder sobre la vida y la muerte, pudiendo ejecutar a quienes considerasen culpables de delito, incluida la desobediencia a los diez mandamientos. Fueron conocidos como los Tribunales secretos de Westfalia, la Corte Vehémica o Vehmgencht, y, más popularmente, como la Santa Vehme.
- - Según el Deuteronomio, "la mujer no se pondrá ropa de hombre, ni el hombre vestido de mujer", Tal vez por esta razón, el travestismo estuvo muy perseguido en muchos países. En 1793, la Convención revolucionaria francesa decretó la libertad de vestimenta siempre y cuando se ciñese al propio sexo del usuario. Siete años después, la policía gala exigía un permiso especial, denominado "travestissement" a toda mujer que se quisiese emplear ropas masculinas. En nuestro país, la celebre intelectual Concepción Arenal empleó este método para asistir a las clases de Derecho en la universidad y para acompañar a su marido e las tertulias de la época.
- En el 424 a.C, los beocios, aliados de Esparta en su guerra con Atenas, inventaron un arma revolucionaria que probaron durante el asedio de la ciudad de Delio. Para fabricarla vaciaron troncos enteros de árboles y los revistieron de hierro. Después, insertaron un tubo curvo de hierro en un extremo y colgaron de una cadena un gran caldero frente a él lleno de brasas, resina y azufre. En el otro extremo , colocaron un gran fuelle de herrero para bombear aire, dirigiendo el fuego provocado hacia las murallas de la ciudad. Estaba situado en un armazón de madera unido a una plataforma con ruedas. La llamaron lanzallamas
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- La mano apotropeica era un amuleto para protegerse de maldiciones y hechizos usada por diferentes pueblos, como los supersticiosos romanos..
FRASE DEL DÍA (sea el que sea)
"Las prisiones están construidas con los ladrillos de la ley; los burdeles, con los ladrillos de la religión".- (Proverbios del Infierno", William Blake).
CONTRAPORTADA
SEÑALES DE TRÁFICO
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