martes, 1 de febrero de 2022

Chafardero 156

 <<EL NUEVO CHAFARDERO INDOMABLE

NÚMERO 156  ANNO VIII>>



PRIMERA PLANA


Michel Colucci, "Coluche" para los amigos, fue un cómico francés que se presentó a la presidencia de la República francesa en 1981; aunque terminó retirándose y pidiendo el voto para François Miterrand. Murió años después en un accidente de tráfico. Durante la campaña electoral, se hizo famoso por sus carteles publicitarios


y  propuestas políticas como: "Propongo que votemos a un imbécil que no se entera de nada, es decir, a mi" que basaba en que: "Siempre hemos votado personas competentes e inteligentes" o "Hasta ahora Francia estaba dividida en dos; conmigo se doblará en cuatro (morirá de risa)". Afirmaba "no ser un nuevo rico, sino un viejo pobre". Antes de convertirse en el cómico más famoso de Francia fue ceramista, telegrafista, camarero, verdulero, boticario y empleado en una gasolinera.  Las naciones sólo pueden gobernarlas personas tan respetables como Sarkozy, Le Pen,  Thatcher, Boris Johnson, Donald Trump,  Bush, Aznar, Rajoy, Casado, Abascal, Putin, Ceaucescu, Ortega, Pinochet, Castro o cuantos otros se les ocurran. La política y la gobernanza de los países son materias muy serias  que un payaso nunca podrá comprender, ni desarrollar por tanto. El humor siempre ha resultado sospechoso para los poderosos como bien explicó Umberto Eco en su "El nombre de la rosa".

En su programa apelaba "a los perezosos, inmundos, adictos, alcohólicos, maricones, mujeres, parásitos, jóvenes, viejos, artistas, carceleros, bolleras, peatones, aprendices, negros, árabes, los franceses, los peludos, los locos, los travestís, los excomunistas,  los  abstemios convencidos, todos aquellos que no cuentan".

Dado que, en el gobierno de un país no caben la improvisación, la deslealtad o la mentira, es comprensible que, con los planteamientos de Coluche, no hay manera de alcanzar la presidencia de nada, ni siquiera de una comunidad de vecinos. Los políticos deben parecer respetables y tener una apariencia atractiva para poder prometer solucionar los problemas del país y dejarlos igual o empeorarlos para poder prometer solucionarlos en la campaña siguiente. Los expertos llaman a este curioso fenómeno: "alta política", o, como gustaba decir monsieur Coluche: "Merde!".

Por tanto, proponemos como candidatos a la presidencia de este país tan divertido a individuos tan contrastados como Javier Gurruchaga, Leo Harlem, el Gran Wyoming o la troupe de "Muchachada Nui" en coalición transversal (nos reiríamos mucho más).




¿QUÉ SUCEDIÓ EN ESTOS DÍAS?

Cuarta de izquierda a derecha en la primera fila de la orla, la perra guía "Desi" acompaña a su dueño. un alumno que perdió la vista, mientras cursaba Historia en la Universidad de Castilla-La Mancha.

- La Comunidad de Madrid se confunde de tribunal al presentar un recurso contra la gestión de los fondos europeos por parte del gobierno central (en un ejemplo de buena gestión).

- Muere un joven sepultado por varias toneladas de zanahorias.

- Un jabalí se cuela en el Centro de Día de Toreno (León).

. Detenida una periodista turca porque la Fiscalía considera una crítica al presidente Erdogan su afirmación: "cuando el ganado entra en palacio no se vuelve rey, sino que el palacio se convierte en un establo".

- La Generalitat catalana destituye al jefe de investigación de los Mossos por "falta de liderazgo", cuando ha obtenido una nota de "excelente en liderazgo" en su última evaluación.

- Un colegio de Tennessee prohíbe Mortadelo y Filemón por un personaje  de nariz grande y levita de ultraortodoxo.- (El Jueves).

- Retiran la patria potestad a un padre por tardar 48 horas en montar un juguete.- (El Jueves).

- Un artículo publicado en el diario valenciano "Las Provincias" afirma que "la mitad de los jóvenes que van de botellón lo hace para emborracharse".





LITERALIA


LA ORLA III


Fernando Menéndez siempre había tenido buena memoria, por lo que decidí modificar mi aspecto exterior; añadiéndome una barba postiza. No receló nada, cuando, tras llegar en su deportivo rojo al bloque de apartamentos donde vivía con la hermosa Diana, me acerqué a él y me presenté como el portero suplente. Con gesto despreocupado, me lanzó las llaves del coche y entró al portal. Minutos después, sonó el teléfono interior situado en mi diminuto habitáculo. La voz alterada de Fernando Menéndez me pedía a gritos que avisase a la policía. Tras rogarle que se calmara, subí en el ascensor hasta su piso. Encontré la puerta abierta y un pequeño grupo de curiosos arremolinado alrededor. Me abrí paso con educación y contemplé el horrible espectáculo: las paredes estaban manchadas de sangre y Fernando Menéndez, como en otra ocasión, miraba atónito el hermoso cuerpo de su compañera degollado de un tajo limpio y preciso.

Cuando pudo dominarse, agradeció mi presencia y la llamada la policía que no había realizado. Luego, rompió a llorar y a preguntar al vacío la razón de semejante crueldad. Diana era bella, simpática, eficiente, cariñosa... ¡Un ser que no podía tener enemigos!

Despedí a los curiosos con buenas palabras y cerré la puerta del apartamento. Me ofrecí a socorrerle en lo que necesitase, pero él sólo quería beber whisky y escapar de una situación tan horrible. El dolor le había sacado de la realidad. Por ese motivo, no percibió mi desplazamiento hacia una fotografía en la que podía verse muchos rostros sonrientes y la leyenda: “CURSO 1976”. Comenté con fingido desinterés que yo también tenía una parecida en mi domicilio. Me miró con extrañeza y señaló que había sido un buen año. Confirmé su aserto, aunque añadí que había tenido algún día nefasto. Volvió a mirarme sin comprender mis palabras. Lentamente, me fui despegando la barba y el bigote. Fernando Menéndez abrió la boca al reconocerme, aunque permaneció en silencio. Poco tiempo después, murmuró aterrado: “Tú..., tú has matado a mi querida Diana para atraparme. ¿Tanto daño te hicimos?”. No escuchó mi respuesta. Su rostro siguió expresando pánico, cuando me acerqué a él y le golpeé la cabeza con un pesado cenicero de pie.

  • comisario, soy Berlanga. Tenemos otro fiambre.

  • Precisamente, lo que estoy cenando yo – respondió su superior.

  • Se trata de Fernando Menéndez Vacas, director comercial de una aseguradora. Tenía cuarenta y dos años y vivía con Diana Hunter, una azafata neocelandesa que también ha muerto. Le han abierto el gaznate, jefe.

  • ¡Qué mal gusto!

  • El forense ha confirmado que la mujer ha muerto primero y el hombre, una media hora después de un golpe propinado con un cenicero que se han llevado para analizar. Tendremos más datos en un par de días.

  • ¿Ha comentado algo sobre los cadáveres anteriores?

  • Sólo que sigue trabajando en ellos.

  • Me acercaré por allí enseguida. ¿Cuál es la dirección?

  • Plaza del Reloj, número tres. Por cierto, comisario, la pareja le daba a la coca con gran generosidad.

  • ¿Alguien ha visto algo sospechoso?

  • Ya he tomado declaración a los vecinos, pero todos me han remitido al portero, que está de vacaciones. Parece ser que había un suplente.

  • ¿Ha podido localizarlo?

  • Hemos encontrado en el apartamento una barba y un bigote postizos, lo que parece indicar que el asesino le había suplantado. Tal vez, las víctimas le conocían y temía ser identificado.

  • Puede ser. ¿Tiene los datos del sustituto?

  • Hasta mañana no podré hablar con la agencia que se ocupa habitualmente de contratar al personal que trabaja en el inmueble.

  • ¿Alguna conjetura, Berlanga?

  • Sólo que el finado tenía cuarenta y dos años, como los dos cadáveres anteriores.

  • ¡Y dale con la tabarra! ¿Por qué concede tanta importancia a un dato casual?

  • Porque tal vez no lo sea. Quizá, comisario, sea el nexo de unión entre las víctimas y el criminal.

  • ¿No pretenderá que investiguemos a todas las personas que tienen esa edad?

  • No, pero podríamos averiguar los puntos comunes que pueda haber entre los tres fallecidos.

  • No perdemos nada por intentarlo. Además, carecemos de pistas sólidas en este caso tan extraño – concedió el comisario.

  • Empezaré mañana mismo.


OLDIES

"Florida Room", Donald Fagen. Elegante decadencia.

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CRÓNICAS DE SOCIEDAD (urbi et orbi)

  • La jerarquía eclesiástica del siglo XVII consideraba el teatro como un entretenimiento inmoral, aunque toleraba las representaciones si la compañía destinaba a los pobres los ingresos de una función.

    • Los resureccionistas actuaron en Inglaterra durante las tres primeras décadas del siglo XIX. Su encomiable labor consistió en proveer a los cirujanos de cadáveres frescos a los cirujanos anatomía humana mediante la disección de los cuerpos. Algunos eran sus propios ayudantes que completaban su magra paga con esta práctica execrable para algunos; pero ganaban cuatro libras por cada uno o más según el peso y tamaño del cuerpo, cuando el sueldo medio diario era de tres. En muchos cementerios se colocaron rejas sobre las tumbas -llamadas mortsafe- para evitar las exhumaciones delictivas, y en otros se instalaron torres de vigilancia para descubrir a los asaltantes. No obstante, los robos de cadáveres -tal vez por inusuales en otro tiempo- no estaban consideraros delitos graves y se castigaban con una pequeña multa o unos meses en presidio. Para evitar los robos, se permitió a los anatomistas que se proveyeran de los cadáveres de las llamadas “workhouse”, instituciones benéficas donde los más desfavorecidos encontraban trabajo y alojamiento, y de los hospitales, siempre y cuando los cuerpos no hubiesen reclamados por familiares para un entierro digno o los moribundos hubiesen firmado un permiso para que los cirujanos dispusiesen de sus cuerpos. Sin embargo, siempre hay individuos más imaginativos que deciden crear “empresas autosuficientes”, como la de los señores Hare y Burke, William ambos, -sobre los que escribió una biografía deliciosa en gran Marcel Schbow en sus “Vidas imaginarias”-. Vivían en una modesta vivienda junto a sus esposas y trabajaban en empleos esporádicos, por lo que decidieron alquilar una habitación a jóvenes criadas sin familia en Edimburgo, donde residían. El siguiente paso fue convertirse en proveedores de cadáveres, aunque sin rebajarse a la vil actividad de los resureccionistas. Ellos tenían más categoría, por lo que decidieron asesinar a sus inquilinas y vender sus cuerpos a la universidad. Entre noviembre de 1827 y octubre de 1828 colocaron 16 cuerpos a tan noble institución hasta que una criada encontró el cadáver de su última víctima en el domicilio de la pareja. Como buena ciudadana, lo denunció a la policía, quien detuvo a la pareja. Míster Burke fue ahorcado gracias a la delación de su antiguo socio, quien obtuvo una reducción de pena a cambio. 
    • En 1827, el Parlamento británico promulgó la ley de Anatomía con la que se determinaban las condiciones en que podían donarse o conseguir cadáveres para su disección por parte de los cirujanos. Los resureccionistas pasaron a ser historia.
    • En 1410, los taboritas o husitas radicales -seguidores de la herejía que promovió Jan Hus en Bohemia durante el siglo XV, precursora de la Reforma de Lutero, y enseñaba una vuelta a una religión más austera-, asaltaron y quemaron la abadía benita de Raigern en la ya citada Bohemia, donde los frailes se dedicaban a la contemplación, y asaron al espero al padre cocinero (por preparar platos demasiado suculentos para su credo frugal suponemos).
    • Algunos soldados españoles de los tercios de Flandes eran reacios a beber la cerveza flamenca por considerar que “dicha agua sucia” contradecía la Santa Fe Católica.
    • El Papa de Aviñón Urbano VI creía que los elementos fundamentales de la Creación eran cinco: tierra, agua, aire, fuego y... el vino Châteauneuf-du-Pape. Denso, rojo y delicioso. ¡Doy fe!
    • Se cuenta que Madame de Montespan -nacida Françoise Athénais de la Rochechouard-, amante del soleado Luis XIV de Francia, sirvió desnuda como altar para una misa negra en la que se degolló a un niño para lograr que no la abandonase el monarca por otra mujer más joven.
    • Por provenir de un país musulmán, el Papa de Aviñón Clemente VIII se vio obligado a promulgar una bula que acallaba las dudas de sus fieles sobre la condición pecaminosa del café en la que afirmaba que “estaba tan bueno que no podía pertenecer a los infieles en exclusividad”.

FRASE DEL DÍA (sea el que sea)

"La libertad se perpetúa en la igualdad de todos y se amotina en la desigualdad de uno solo".- (Francisco de Quevedo y Villegas).


CONTRAPORTADA

Dibujo de Rafael Konishi



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