sábado, 15 de enero de 2022

chafardero 155

<<EL NUEVO CHAFARDERO INDOMABLE

NÚMERO 155  ANNO VIII>>







PRIMERA PLANA


En 2011, el exminero y ex Secretario General del Partido Comunista, Gerardo Iglesias, publicó el libro: “Por qué estorba la memoria” en el que recoge veintidós historias sobre los acontecimientos posteriores al triunfo nacional en Asturias, su tierra natal. Una de ellas habla del Emilio Rubiera y sus dos hijas, atados y quemados vivos en la cocina de su vivienda por haber ayudado a otros maquis a huir al monte. O de la Teresa Valles, apresada en 1941 por un grupo de falangistas que la golpeó, pateó y saltó sobre ella para que confesara donde había escondido a sus tres hijos, aunque no lo consiguieron. Murió antes. Entre los atacantes estaba uno de sus hermanos, participante activo en la paliza. O la de un tío del autor, del que toma el nombre, abatido a tiros por los falangistas, cuyo cadáver fue exhibido en la plaza mayor de Ciaño (Langreo) como trofeo y recordatorio. O la de su propio padre, torturado y preso en varios campos de concentración. O la de...

En Madrid, pocos días después del final de la guerra, se abrieron varios campos de concentración, como el del Metropolitano, donde “se presentaban comisiones de buenos ciudadanos de barrios y pueblos para llevarse a los presos que ejecutarían más tarde en el lugar donde ellos o algún familiar habían desarrollado supuestas actividades políticas contrarias al nuevo régimen, aunque muchos caían antes de alcanzar sus destinos”; seis prisiones de mujeres donde se repitieron abusos y vejaciones como hacer desfilar a las reclusas desnudas y rapadas al cero tal y como se hizo en muchos pueblos; una docena de cárceles masculinas donde se fusilaba diariamente como la de Carabanchel, entre los ejecutados un cuñado de mi abuelo; una docena de comisarías donde se torturaba sistemáticamente y trece centros de detención como el del cementerio de la Almudena, donde se fusilaba a los detenidos contra sus tapias y tiraba a fosas comunes. El nada dudoso conde Ciano, yerno y ministro de Mussolini, afirmó que se ejecutaban 250 personas/día en la ciudad, cuyo Gobernador Militar fue el general Eugenio Espinosa de los Monteros; antepasado del actual diputado de Vox.

Hoy sigue habiendo cómplices de estos crímenes. Son todos aquellos que propugnan el olvido y el cierre de heridas. Hoy sigue habiendo miles de víctimas enterradas en cunetas y fosas comunes que ningún gobierno se ha decidido a exhumar. Ante el silencio, reparación. Ante la venganza, justicia.




¿QUÉ SUCEDIÓ EN ESTOS DÍAS?

 - Una asociación de guardias civiles ofrece descuentos a sus socios por implantes capilares.

- Países Bajos crea un ministerio para  acabar con las emisiones perjudiciales de las macrogranjas porcinas (igual que aquí).

- Un carpintero neerlandés tarda veinte años en fabricar una réplica del arca de Noé.



  Un vecino de Oklahoma ataca a otro con diversas armas blancas y una armadura confeccionada con revistas pornográficas.

-La Unión de Pequeños Agricultores pide el cese del ministro Garzón por sus declaraciones sobre las  macrogranjas, pero olvida que dicha organización  pidió su desaparición el año 2018.

- Un ganadero se manifiesta contra el ministro Garzón y termina admitiendo que está de acuerdo con él.


El pie de la foto afirma que la mujer del centro es Cesárea Arnedo, ex alcaldesa popular de Alpera (Albacete) en julio de 2018. Conocida la postura actual de su partido sobre las macrogranjas, debe tratarse de otro "caso aislado"; aunque en esos años era la opinión mayoritaria. La última afirmación del Partido Popular sobre el tema es que: "No existen  macrogranjas en el país". 

- "Una hora de viaje en el Falcón produce las mismas emisiones que 16.000 vacas", Isabel Gª Ayuso dixit.

- Un juez de lo Social de Jaén sentencia que "los sanitarios tenían la obligación de sacrificar su derecho a la vida" para exonerar al SAS por la escasez de trajes protectores contra el Covid.






OLDIES

"Ángel exterminador", Los Ilegales. Rabia y pasión.






LITERALIA


LA  ORLA  


II


Telefoneé a la sucursal bancaria a las ocho y media de la mañana. Pregunté por el director y, poco después, reconocí la voz de Federico Planas. Me identifiqué con un nombre falso y le hablé de un asunto que habíamos comentado días atrás también por teléfono. En esencia, se trataba de realizar una fuerte imposición en su establecimiento, producto de mi estancia durante muchos años en el extranjero. Jubilado, había vuelto a mi país y deseaba guardar a buen recaudo los ahorros de toda mi vida. Añadí que un terrible accidente me mantenía atado a una silla de ruedas, por lo que no podía desplazarme hasta el banco. Federico se ofreció a enviarme un empleado para que se ocupase del papeleo y del dinero. Le respondí que, dado el elevado montante del depósito, sólo confiaba en él. Comentó que no podía abandonar su despacho. Le comuniqué mi dirección y prometió recogerlo esa misma tarde en vista de que le pillaba de camino a una iglesia donde escuchaba misa todos los días. Federico se caracterizó siempre por su fervor religioso y la rutina de sus costumbres, salvo en una ocasión.

Tras agradecerle la deferencia, colgué el teléfono. Tenía toda la mañana para preparar el escenario.

Federico Planas llamó al timbre de la casa a las cinco en punto de la tarde. Me arrastré penosamente hasta la puerta. Luego, le precedí hasta el destartalado salón de la vivienda. Se sentó en el sofá, frente a mí, y encendió un cigarrillo con un mechero dorado. Lamentó mi invalidez y poder dedicarme poco tiempo. La ceremonia comenzaba en media hora y era el encargado de las lecturas. Extrajo una pluma de su chaqueta y varios documentos en blanco. Ignoraba la modalidad en que realizaría el depósito. Le ofrecí un café, pero declinó cortésmente la invitación. Federico siempre había demostrado una educación exquisita. Me explicó brevemente los pros y contras de las diferentes modalidades de ahorro. Tras decidirme por la más rentable y segura de todas, me disculpé alegando que tenía el dinero en la habitación.

Cuando regresé de la alcoba, le descubrí observando detenidamente una fotografía conmemorativa en la que las cabezas de cuarenta alumnos sonreían al espectador. Federico deletreó la leyenda y, luego, señaló que tenía una parecida en alguna parte. Después, comenzó a reconocer algunos rostros y a citar nombres. El terror se reflejó en su rostro, cuando me descubrió de pie, tras él, con la plancha en la mano. Entonces, lo comprendió todo. Intentó pronunciar mi auténtico nombre, pero un certero golpe se lo impidió.

Después, sólo existió el vacío.

Esperé a la medianoche para abandonar el cuerpo en otro paraje solitario a esas h oras: un banco del parque. Federico Planas no podría reunirse, como cada día, con su amante y secretaria: la muy hermosa y eficiente Ana Varrón.

  • Comisario, otro cadáver – dijo el agente Berlanga.

  • ¿Sabe qué hora es?

  • El vigilante del parque lo descubrió durante su primera ronda. Estaba tumbado en un banco – respondió.

  • ¿Ha avisado al forense?

  • Le estoy esperando en cualquier momento.

  • ¿Ya está usted allí?

  • Sí, señor.

  • En fin, ¿qué ha descubierto?

  • Que al cadáver no le han quitado nada y que ha fallecido a consecuencia de un golpe en el occipital como el cuerpo que encontramos en el basurero.

  • ¿Ha podido identificarlo?

  • Se trata de Federico Planas Martín, cuarenta y dos años. Vivía en la calle de san Peregrino, número veintiséis junto a su mujer y tres hijos a tenor de la fotografía que llevaba en la cartera.

  • ¿Dónde trabajaba?

  • Era director de una sucursal bancaria.

  • ¿Tenemos la dirección?

  • Por fortuna, tenía varias tarjetas de presentación. Supongo que, dada su categoría, debía relacionarse con muchas personas.

  • Pues ya sabe. Acérquese mañana hasta allí y hable con los empleados.

  • ¿Se ha percatado, comisario, de que también tenía cuarenta y dos años como la víctima anterior? Me preguntó si estarán relacionadas.

  • Sí, por la crisis de los cuarenta, no te digo.

  • Recuerde que han aparecido en lugares solitarios, tenían la misma edad y murieron por la misma causa.

  • Cumpla mis órdenes y reúnase luego  conmigo en el despacho. No le pagan por pensar.

Tras el informe del forense y las pesquisas rutinarias, descubrimos que no habíamos adelantado nada en el caso y que deberíamos esperar la aparición de una nueva víctima, si se producía.



CRÓNICA DE SOCIEDAD (urbi et orbi)



- El rey Felipe II de Sicilia dictó una ley contra el juglar Cielo d'Alcamo según la cual "si vulnera las normas, se le puede apalear y matar sin que nadie tema ser llamado a juicio, porque no forma parte de los seres humanos".

- El general y dictador guatemalteco Jorge Ubico prohibió la palabra "obrero" al considerarla subversiva por sí misma.

- Hasta mediados del siglo XIX se conservaron en algunas iglesias cristianas suecas las llamadas "mazas familiares", empleadas para aliviar a los ancianos de los achaques de la vejez.

- Una ley promulgada en Lyon durante el siglo I d.C exigía que, tras un concurso literario, los perdedores limpiaran  con la lengua los textos presentados. 

- Enrique Puigmoltó y Mayans fue el III Conde de Torrefiel y I vizconde de Miranda, natural de Onteniente, vivió entre 1827 y  1900. Militar, diputado y asiduo en la corte de Isabel II. Algunos historiadores le consideran el padre legítimo de Alfonso XII, aunque la paternidad legal recayó en el consorte de la reina, Francisco de Asís Paula, homosexual activo, que cobró doscientos mil reales por aparecer en el registro civil. 

- Según la arqueóloga catalana Isabel Rodá, la barretina proviene del gorro frigio. 

- El monte Testaccio es una montaña artificial de unos cincuenta metros de altura sita en Roma y formada por el acúmulo de pedazos de ánforas durante muchos años. 


  • - Los vigiles eran el cuerpo de bomberos de la Roma clásica, si bien existieron patricios como el futuro triunviro Craso que tenían su propio servicio. En algunos casos, como el citado Craso, tenían  otros empleados que quemaban edificios para que sus inquilinos contratasen los servicios de sus bomberos.
  • Se llamó Albert Edward Wladimir Fülek Edler von Wittinghausen. Fue hijo de un aristócrata austríaco, aunque bastardo, como exige nombre tan historiado. Nació en 1889. Dedicó su vida a la noble tarea de la estafa, alcanzando altas cotas en esta labor. Conocido popularmente como Filek, apareció en 1931 en una república europea. Algo más tarde, tras un cambio de régímen político, se presentó ante el nuevo hombre fuerte del país para ofrecerle fabricar un revolucionario combustible a base de agua, plantas silvestres y un secretísimo ingrediente que sólo conocía él y que se llevó a la tumba en 1952, si bien todos los indicios apuntan a que nunca existió. El citado dirigente se entusiasmó con la idea y ordenó la expropiación de 200 hectáreas a las afueras de la capital del país para producir el maravilloso combustible, así como la entrega de fondos suficientes para lograrlo; lo que le permitiría ahorrarse una fortuna en comprar petróleo a otros países. En 1941, un grupo de científicos analizó la composición de la fikelina, como se había llamado al prodigioso líquido, y concluyó que no era combustible. Filek entró en prisión, aunque sólo estuvo seis meses para que pudiera seguir engañando a otros incautos. Suponemos que sería expulsado del país para evitar el hazmerreír del dirigente estafado que respondía al nombre de... Francisco Franco Bahamonde, alias “El cerillita”.


  • George Washington o el nuevo Zeus





FRASE DEL DÍA (sea el que sea)

"El mundo es una comedia para los que piensan y una tragedia para los que piensan".- (Horace Walpole)



CONTRAPORTADA



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