EL CANDIL LITERARIO
Nº 34
Madrid, 19 de abril de 2024
Querido Enrique, como bien sabes la extrema derecha lleva ganando adeptos desde hace un tiempo entre nostálgicos que, en su mayoría, no conocieron lo que añoran y gente joven ignorante y manipulada con pocas expectativas vitales por culpa de los políticos, pasados y actuales, muchos de los cuales se califican de izquierdas. Parece evidente que el personal sin una ideología definida suele votar aquello que cree resolverá sus problemas del momento -aunque en general los políticos intentan aprovechar el cargo para su propio beneficio o de su círculo íntimo- o contra aquello que le ha defraudado. En todo caso, el resurgimiento de ideologías ultras que defienden el racismo -el miedo al otro siempre que sea pobre-, la supremacía étnica, el uso de armas o la militarización de la sociedad (mientras no afecte a sus allegados) demuestra la mala memoria de muchos -que puede ser interesada para conseguir más apoyos electorales que se traduzcan en más cargos públicos, y, en consecuencia, más ingresos para el partido y, por extensión, sus dirigentes- o su mala fe; pues todos conocemos los resultados que obtuvieron políticas semejantes en el pasado reciente.
También es responsable de este auge la llamada izquierda – en especial socialistas y socialdemócratas- por provocar desencanto, cuando no rechazo, con sus decisiones políticas cuando gobiernan. El caso de la vivienda es un buen ejemplo. Si se permite que el negocio inmobiliario se sitúe por encima del derecho a la vivienda recogido en la Constitución vigente y se tolera que una empresa o fondo buitre adquiera edificios enteros -en algunos casos tras la venta hecha por alcaldes y presidentes autonómicos- para luego desahuciar a sus inquilinos o ponerles alquileres inasumibles para obligarles a marcharse a otra residencia, se está favoreciendo el abuso y la reducción de oportunidades para muchas familias; en especial para los jóvenes. Si añadimos la precariedad laboral y los salarios bajos -aunque ambos conceptos hayan mejorado en los últimos años-, estamos negando al personal la posibilidad de desarrollar su vida: formar familias, independizarse, tener estabilidad social, etc, lo que culmina, o puede culminar, en desafección al régimen, como se decía antes, y tendencia al desinterés por la cosa pública. De ahí a abstenerse en las elecciones o apoyar ideologías extremistas que defienden -o eso dicen- glorias pasadas mitificadas y una sociedad jerarquizada en la que aquellos que las apoyan por descontento seguirían estando tan perjudicados como ahora, no hay más que un paso; aunque sus impulsores, sus dirigentes, no crean en una sociedad igualitaria o democrática, sino clasista en la que ellos siempre estarán en los centros de poder. Para conseguirlo no dudarán en reprimir a los que osen pretender cambiar esa situación, criticar sus decisiones o posición de privilegio, y forzar un conflicto armado para “sanear a la nación” como sucedió el siglo pasado..
Tras el bombardeo israelí al consulado iraní en Damasco, en el que murieron dieciséis personas, entre ellas un comandante de la Guardia Revolucionaria, Irán prometíó responder al ataque a su sede diplomática, invocando su “legítimo derecho a la defensa” tal y como hizo Israel para llevar arrasando Palestina desde hace seis meses. El trece de este mes lanzó trescientas bombas contra el territorio hebreo que las armas antiaéreas judías lograron destruir en su mayoría. Ahora el gobierno israelí ha calificado a Irán de “país terrorista”, con la intención, tal vez, de negarle el citado derecho a la defensa; pues, como ya sabes, solo las democracias (como Israel) ostentan este derecho, porque lo afirman sus aliados, es decir, terceros países inmersos en el conflicto por tanto; lo que condiciona su opinión. El hecho de que Israel bombardease antes una delegación diplomática iraní sin provocación previa carece de importancia, pues, al fin y al cabo, Irán es terrorista e Israel, democrático, como ya quedó dicho. También carece de importancia que Israel se arrogue el derecho de llevar atacando desde 1948 a los países vecinos con cualquier, o ninguna, excusa. Siempre serán los buenos a ojos de los Estados Unidos de Norteamérica; lo que permite a Israel cometer algún que otro abuso de vez en cuando.
En fin, Enriquito, como puedes ver por aquí no dejamos de divertirnos. Nos reímos tanto con los últimos acontecimientos que ya se habla de una posible escalada bélica en la zona, se ha incrementado el gasto mundial en defensa para satisfacción de algunos mercaderes y se plantea la vuelta del servicio militar obligatorio en algunos países civilizados. Según algunos demoniólogos, Abadón y su ejército de langostas son los responsables de la guerra y la destrucción. Si le ves por ahí, dile que se tome una tila.
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