jueves, 23 de octubre de 2025

candil 63

 



EL CANDIL

NÚMERO 63  ANNO III


PRIMERA CLARIDAD

Discurso de Ricardo Flores Magón, pronunciado hace 110 años a los trabajadores del mundo:

«Deseo decirles algunas palabras acerca de un mal hábito, bastante generalizado entre los seres humanos. Me refiero a la indiferencia, ese mal hábito que consiste en no fijar la atención en asuntos que atañen a los intereses generales de la humanidad.

Cada quien se interesa por su propia persona y por las personas más allegadas a él, y nada más; cada quien procura su bienestar y el de su familia, y nada más, sin reflexionar que el bienestar del individuo depende del bienestar de los demás; y que el bienestar de una colectividad, de un pueblo, de la humanidad entera, es el resultado de circunstancias favorables, es la consecuencia natural, lógica, de un medio de libertad y de justicia.

Así, pues, el bienestar de cada uno depende del bienestar de los demás, bienestar que sólo puede ser posible en un medio de libertad y de justicia, porque si la tiranía impera, si la desigualdad es la norma solamente pueden gozar de bienestar los que oprimen, los que están más arriba que los demás, los que en la desigualdad fundan la existencia de sus privilegios.

Por lo tanto, el deber de todos es preocuparse por los intereses generales de la humanidad para lograr la formación de un medio favorable al bienestar de todos. Sólo de esa manera podrá el individuo gozar de verdadero bienestar. Pero vemos que en la vida corriente ocurre todo lo contrario. Cada uno lucha y se sacrifica por su bienestar personal, y no lo logra, porque su lucha no está enderezada contra las condiciones que son obstáculo para obtener el bienestar de todos.

El ser humano lucha, se afana, se sacrifica por ganarse el pan de cada día; pero esa lucha, ese afán, ese sacrificio no dan el resultado apetecido, esto es, no producen el bienestar del individuo porque no están dirigidos los esfuerzos a cambiar las condiciones generales de convivencia, no entra en los cálculos del individuo que lucha, se afana y se sacrifica la creación de circunstancias favorables a todos los individuos, sino el mezquino interés de la satisfacción de necesidades individuales, sin hacer aprecio de las necesidades de los demás, y con frecuencia, aun con prejuicio de los intereses de los otros. Nadie se interesa por la suerte de los demás. El que está trabajando sólo piensa en que no le quiten el trabajo y se alegra cuando en una rebaja de trabajadores no entra él en el número de los cesantes, mientras que el que no tiene trabajo suspira por el momento en que el burgués despida a algún trabajador para ver si, de esa manera, logra él ocupar el puesto vacante, y hay algunos tan viles, hay algunos abyectos, que no titubean en ofrecer sus brazos por menos paga, y otros que en un momento de huelga se apresuran a llenar los lugares desocupados momentáneamente por los huelguistas.

En suma, los trabajadores se disputan el pan, se arrebatan el bocado, son enemigos los unos de los otros porque cada quien busca solamente su propio bienestar sin preocuparse del bienestar de los demás, y ese antagonismo entre los individuos de la misma clase, esa lucha sorda por el duro mendrugo, hace permanente nuestra esclavitud, perpetúa la miseria, nos hace desgraciados, porque no comprendemos que el interés del vecino es nuestro propio interés, porque nos sacrificamos por un interés individual mal entendido, buscando en vano un bienestar que sólo puede ser el resultado de nuestro interés por los asuntos que atañen a la humanidad entera, interés que, si se intensificara y se generalizara, daría como producto la transformación de las condiciones actuales de vida, ineptas para procurar el bienestar de todos porque están fundadas en el antagonismo de los intereses, en otras basadas en la armonía de los intereses, en la fraternidad y la justicia.

La indiferencia es nuestra cadena, y somos nosotros nuestros propios tiranos porque no ponemos nada de nuestra parte para destruirla. Indiferentes y apáticos vemos desfilar los acontecimientos con la misma impasibilidad que si se tratara de asuntos de otro planeta, y como cada quien se interesa únicamente por su propia persona, sin preocuparse de los intereses generales, de los intereses comunes a todos, nadie siente la necesidad de unirse para ser fuertes en las luchas por el interés general; en donde resulta que, no habiendo solidaridad entre los oprimidos, el Gobierno se extralimita en sus abusos y los amos de toda clase hacen presa de nosotros, nos esclavizan, nos explotan, nos oprimen y nos humillan.

Cuando reflexionamos que todos los que sufrimos idénticos males tenemos un mismo interés, un interés común a todos los oprimidos, y nos hagamos, por lo tanto, el propósito de ser solidarios, entonces seremos capaces de transformar las circunstancias que nos hacen desgraciados por otras que sean favorables a la libertad y al bienestar.

Dejemos ya de apretarnos las manos y de preguntar angustiados qué será bueno hacer para contrarrestar las embestidas de la tiranía de los Gobiernos y de la explotación de los capitalistas. El remedio está en nuestra mano: unámonos todos los que sufrimos el mismo mal, seguros de que ante nuestra solidaridad se estrellarán los abusos de los que fundan su fuerza en nuestra desunión y en nuestra indiferencia.

Los tiranos no tienen más fuerza que la que les damos nosotros mismos con nuestra indiferencia. No son los tiranos los culpables de nuestros infortunios, sino nosotros mismos. Preciso es confesarlo: si el burgués nos desloma en el trabajo y exige de nosotros hasta la última gota de sudor, ¿a quién se debe ese mal sino a nosotros mismos, que no hemos sabido oponer a la explotación burguesa nuestra protesta y nuestra rebeldía? ¿Cómo no ha de oprimirlos el Gobierno cuando sabe que una orden suya, por injusta que ella sea y por más que lastime nuestra dignidad de hombres, es acatada por nosotros con la vista baja, sin murmurar siquiera, sin un gesto que haga constar nuestro descontento y nuestra cólera? ¿Y no somos nosotros mismos, los desheredados, los oprimidos, los pobres, los que nos prestamos a recibir de las manos de nuestros opresores el fusil destinado a exterminar a nuestros hermanos de clase, en los raros momentos en que la mansedumbre y la habitual indiferencia ceden su puesto a las explosiones del honor y del decoro? ¿No salen de nuestras filas, de la gran masa proletaria, el polizonte y el mayordomo, el carcelero y el verdugo?

Somos nosotros, los pobres, los que remachamos nuestras propias cadenas, los causantes del infortunio propio y de los nuestros. El anciano que tiende la mano temblorosa en demanda de un mendrugo; el niño que llora de frío y de hambre; la mujer que ofrece su carne por unas cuantas monedas, son hechura nuestra, a nosotros deben su infortunio, porque no sabemos hacer de nuestro pecho un escudo; y nuestras manos, acostumbradas a implorar, son incapaces de apretarse, como tenazas, en el cuello de nuestros verdugos».


Ricardo Flores Magón,  1874-1922, escritor anarquista y prerrevolucionario mexicano. Fundador del Partido Liberal de su país.

[Extraído del periódico ácrata “Regeneración”.]


SEGUNDA CLARIDAD



- El PP asturiano propone una ley para 
 proteger el olor del estiércol de las vacas y el canto de los gallos.

- Detenido y encarcelado, por reincidente, un sobrino del alcalde capitalino por robo con violencia en una gasolinera. (¡De la que se ha librado Sánchez!).

- Una ley usamericana de 1821, aún vigente, considera delito federal fabricar dentaduras postizas sin ser dentista y enviarlas de un estado a otro. Está castigado un año de cárcel.

- "Todos los limpiabotas deben ser fusilados, porque alguien que trabaja de rodillas debe ser comunista", Gonzalo de Aguilera Munro, oficial de prensa de Franco.




- Una portavoz nacional del PP afirma que "mentir no es ilegal" tras confesar el señor Rodríguez, Jefe de Gabinete de la presidenta madrileña, en sede judicial que había inventado un bulo para defender al compañero sentimental de la citada. (De ética ni hablamos). 
- "En España se castiga al honrado y se aplaude a los indecentes", afirmó el líder popular Feijóo. Un estruendoso aplauso de los diputados y diputadas populares secundó sus palabras.
- "La ONU reconoció en 1939 al general Franco como  Jefe de Estado legitimo". afirma el periodista, director de "La Razón y profesor universitario Francisco Marhuenda. (La ONU se creó en 1945).

- El nuevo consejero andaluz de Sanidad compara la desaparición "accidental" de mamografías con la venta de entradas de la nueva gira de la Oreja de Van Gogh.







TERCERA CLARIDAD





EL CAMINO DE ESTRELLAS



La leyenda apócrifa afirma que un sepulcro de piedra con los restos del apóstol Santiago -Iago, Jacobo, Jacob, Jaime, o Jacques en Francia- llegó flotando sobre las aguas del mar Mediterráneo, o como se llamase por entonces, desde Jerusalén, donde lo habían decapitado los pérfidos romanos, hasta Iria Flavia, parroquia cercana a la pontevedresa Padrón el año 813 de nuestro Señor para no caer en manos infieles. La leyenda continúa señalando que fueron sus discípulos quienes lo enviaron a la península ibérica, cuyo nombre desconocemos por aquella época, dentro del sepulcro pétreo, bajo la custodia de un ángel, por haber estado predicando la Buena Nueva con escaso éxito por estos lares. Podemos imaginar la cara de sorpresa e incredulidad de las personas que lo descubrieron, quizá unos pescadores que salían a faenar con las primeras luces del día. Podemos imaginar sus primeras palabras quizá en algún protogallego: “¿Desde cuándo flota la piedra?”. Y las siguientes: “No deberíamos beber tan temprano”. Quizá esta fue la razón de que no viesen al ángel, o se deba al hecho de que, al carecer de sexo, también carece de materia. Los creyentes asegurarán que la piedra ha flotado siempre y que los milagros no se discuten; los demás se rascarán la cabeza escépticos.

La tradición oficial, sin embargo, afirma que un ermitaño llamado Paio o Pelayo, como el héroe de Covadonga, avistó unas luces en el cielo que indicaban un lugar en el cercano bosque de Libredón. Siguiéndolas, el eremita descubrió entre el follaje un mausoleo romano con restos de lo que pudo ser un templo romano dedicado al semidiós Hércules. En el mausoleo estaba el sepulcro de piedra. Las luces aparecidas en el cielo dieron nombre al lugar del descubrimiento: Compostela o “Campo de Estrellas”

En ambos casos, el apócrifo y el oficial, tanto los supuestos pescadores como el ermitaño advirtieron de su hallazgo a la persona más experta en asuntos misteriosos o inexplicables que conocían: el obispo. En concreto, a Teodomiro, quien, tras una revelación, descubrió tres sepulcros de piedra pertenecíentes a Santiago el Mayor, o Iakobos, y sus discípulos Atanasio y Teodoro, que no merecieron la santidad. La leyenda no explica el método que utilizó el obispo para reconocer a tres personas que no había visto hasta entonces, aunque la revelación pudo estar acompañada de instrucciones para identificar a los finados. Los hombres de fe poseen argumentos inextricables para el común de los mortales. Todos conocemos la trayectoria que ha seguido el cuerpo de Santiago. De sus acompañantes, nada de nada. Debían ser menos atractivos para la verdadera fe.

Siglos más tarde, otro religioso, el afamado arzobispo Diego Gelmirez de la diócesis jacobea, descubrió el potencial del sepulcro de piedra y su inquilino; por lo que impulsó una gran romería o peregrinación hasta el templo compostelano donde se exhibía el ataúd de piedra y una estatua del apóstol para que acudieran los creyentes de todo la cristiandad para adorarle y … dejar unas cuantas monedas en las siempre necesitadas arcas eclesiásticas. En 1120 el Papa Calixto II consolidó Santiago de Compostela como sede arzobispal. Veinte años más tarde apareció la primera guía turística jacobea: el Codex Calistinus (por el citado Papa), un manuscrito iluminado, es decir, con letras capitales decoradas, miniaturas y profusión de pan de oro, que consta de cinco volúmenes y contiene el texto más antiguo del Liber Sancti Iacobi o Libro de San Jacobo o Santiago. Compila sermones, himnos, milagros, relatos del viaje del apóstol, temas musicales (para que se entretengan los peregrinos por el camino) y textos litúrgicos relacionados con su figura; mientras que el quinto libro es una guía con consejos, descripciones de la ruta, las obras de arte y lugares de hospedaje que los creyentes podían encontrar durante el camino. El año 1168 el famoso Maestro Mateo inicia la construcción de la magnífica fachada barroca del Obradoiro tras la que se esconde el portentoso Pórtico de la Gloria. Por aquella época apareció el butafumeiro, ese enorme incensario de plata y 62 kilogramos de peso que los tiraboleiros mueven con cuerdas a lo largo del transepto catedralicio para perfumar el templo y tapar los malos olores de los romeros tras su dura marcha desde sus lugares de origen. Desde entonces millones de peregrinos han recorrido la península a pie, a caballo o en bicicleta, nevase, lloviese o hiciese calor, soportado todo tipo de infortunios v penalidades, atracos y vejaciones, guiados por su fe, siguiendo ese camino de estrellas que marca la senda hacia la catedral compostelana -lo que nos permite imaginar el montante económico acumulado por la diócesis jacobea desde el siglo XII- y conocemos como Vía Láctea, pues la mitología afirma que se formó al derramarse la leche de la cabra Amaltea, mientras amamantaba al niño Zeus.

Aparecieron los primeros albergues, ventas y hospederías, ermitas, iglesias y monasterios que, con el tiempo, se convirtieron en pueblos y pequeñas ciudades. Otros surgieron a partir de mancebías como Puente la Reina, pues la fe no está reñida con las necesidades materiales. Algunos creyentes alcanzaron la santidad por sus denodados esfuerzos para consolidar y mejorar el recorrido como Santo Domingo de la Calzada, nacido Domingo García, constructor de puentes o... pontifex, pontífice, actual título del Papa y del antiguo funcionario romano encargado del mantenimiento del puente sobre el río Tíber. Se conoce que, por entonces, solo había uno.

Muchos siglos después, un peregrino de quince años partió de la capital del reino junto a otros vecinos, guiados por el sacerdote Agustín, para adorar al apóstol Santiago siguiendo el camino de estrellas (aunque, en realidad, viajaron en tren hasta tierras gallegas). Antes de llegar a Compostela, visitaron algunas localidades como... Finisterra, donde se acaba la tierra. Allí el peregrino conoció la leyenda de una isla que aparecía y desaparecía ante el pasmo de todos, y a Vedoira, joven esposa de un pescador que faenaba en mares lejanos. Junto a ella descubrió el amor, la ternura y la tristeza de la despedida. En verdad,  hubiera permanecido junto a ella, pero el riesgo de que el marido volviese antes de tiempo por la escasez de capturas era demasiado alto y podía peligrar su integridad. En la capital jacobea, el peregrino oyó hablar de cierta meiga llamada vedoira, “mujer esbelta y agradable al trato, experta en comunicarse con el más allá”. Quedó confundido, pues ya no sabía si había yacido con una mujer real o una hechicera que le había encantado, aunque es justo reconocer que le había encantado, y seguía recordando su perfume, su sabor y la calidez de sus besos. Junto a sus compañeros y el sacerdote Agustín, entró a la catedral, chocó su cabeza contra la estatua del Santo dos Croques, el mismísimo Maestro Mateo, según era tradición, abrazó a Santiago en el camarín donde permanece tras el altar mayor de la catedral y contempló la urna plateada donde descansan los restos del apóstol según autentificó el Papa León XII en su bula “Deus Omnipotens”. Tras la visita al santo, caminaron por las rúas de la ciudad, siempre bajo la atenta vigilancia del sacerdote, hasta el Monte do Gozo donde tenían instalado el campamento.

El peregrino regresó de Santiago perplejo por la leyenda del camino de estrellas, pues "solo quienes conserven el poder de asombrarse, entren en la ciudad", escribió Torrente Ballester en el volumen "Compostela y su ángel".  Y, asombrado,  prosiguió su vida. 



CUARTA CLARIDAD

- Florence Foster Jenkins fue una millonaria usamericana que se hizo famosa por su carrera como soprano durante treinta años. Las crónicas afirman que carecía de oído, ritmo y voz, siendo considerada “la peor cantante del mundo”. Sin embargo, el público abarrotaba los teatros donde actuaba y aplaudía a rabiar tras escucharla. Aunque interpretaba piezas de Mozart, Verdi o Strauss, su tema favorito era “Clavelitos”, del zarzuelista madrileño Joaquín Valverde. Parece ser que la diva financiaba sus propias actuaciones y al público asistente (tras entrevistarse con ella para conseguir una entrada), lo que explicaría los multitudinarios recitales que ofreció durante las tres décadas citadas.



-  En 1140, durante el sitio de Weinsberg, el rey Conrad III, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, tenía asegurada la victoria. La ciudad, agotada tras semanas de resistencia, se rindió sin más opción. Sin embargo, las mujeres del castillo hicieron una última petición: que se les permitiera marcharse con aquello que pudieran cargar sobre sus hombros. El rey, convencido de que elegirían oro o bienes, accedió sin dudar. Esa noche, cuando las puertas se abrieron, los soldados quedaron atónitos. Las mujeres no llevaban cofres ni joyas, sino a sus propios esposos a cuestas. El gesto provocó murmullos e incluso quejas entre los hombres del ejército, pero Conrad, conmovido por su ingenio y fidelidad, mantuvo su palabra.No solo dejó marchar a las mujeres con sus maridos, sino que concedió perdón a toda la ciudad. Así nació una de las leyendas más admiradas de la Edad Media: la historia de las mujeres de Weinsberg, símbolo eterno del amor que se impone incluso en tiempos de guerra.

El Cuadrado SATOR, conocido como cuadrado mágico de los templarios, es una estructura con cinco misteriosas palabras latinas dispuestas en forma de cuadrado: SATOR, AREPO, TENET, OPERA y ROTASLa disposición de estas palabras no es arbitraria; cada una ha sido cuidadosamente elegida y colocada para formar un multipalíndromo excepcional. Esto significa que el cuadrado puede leerse de manera coherente de izquierda a derecha y de arriba abajo, así como en sentido inverso, tanto horizontal como verticalmente. Los ejemplares más tempranos del Cuadrado SATOR que han llegado hasta nosotros datan de una época anterior al año 79 d.C. Estos cuadrados lograron sobrevivir a la catastrófica erupción del Monte Vesubio, que sepultó las ciudades de Pompeya y Herculano bajo sus cenizas y lava. Es en estas ruinas donde, en 1936, el arqueólogo italiano Matteo Della Corte encontró un cuadrado SATOR, en una pared pintada de blanco, escrito con carbonilla, y a una profundidad de 1,40 metros por debajo de la superficie, bajo una capa de lava endurecida que había ocultado la ciudad de Pompeya. La primera palabra, SATOR, quiere decir en latín el sembrador, el agricultor, el creador, el autor, el artesano o incluso el padre o progenitor. AREPO es la palabra más enigmática de todas. Algunos consideran que se trata de un nombre propio, otros hablan de una divinidad. La tercera palabra, TENET, que significa sostener, mantener, o poseer, actúa como eje central del cuadrado, siendo la única palabra que se lee igual tanto horizontal como verticalmente en el centro del cuadrado. OPERA, la cuarta palabra, significa obrar, generar, manipular, operar, actuar, y añade una dimensión de acción al cuadrado. Finalmente, ROTAS, que significa ruedas, cierra el cuadrado con una referencia a ciclos, movimiento y la naturaleza cíclica de la existencia. Si reunimos esas palabras, podría hablarse de que “El sembrador Arepo guía con destreza las ruedas”. 




-El caucho fue un monopolio amazónico hasta que el inglés Henry Alexander Wickham trajo al Jardín Botánico de Kew, Londres, 74.000 semillas del árbol del caucho en una maniobra conocida como “el secuestro botánico del siglo”. Pronto surgieron plantaciones industriales en Malasia, colonia inglesa hasta el siglo XX. En 1930, el yanqui Firestone lo introdujo en Liberia para asegurarse la producción de materia prima para sus neumáticos. (Imagen de la extracción del látex en un árbol del caucho).




- Durante su  gobierno fascista, el antiguo periodista Benito Mussolini prohibió la imagen de Eneas, héroe de Troya cargando con su anciano padre Anquises a la espalda, porque "contradecía la épica del caudillo victorioso y solitario", como señala Irene Vallejo en un artículo. Lo curioso del caso es que Eneas está considerado el fundador del pueblo romano.






QUINTA CLARIDAD





  • Cuando los ricos roban a los pobres, se llama negocio; cuando los pobres se defienden, se llama violencia.- (Mark Twain, autor de “Tom Sawyer”).


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