miércoles, 1 de abril de 2020

CHAFARDERO 99

<<EL NUEVO CHAFARDERO INDOMABLE>>
NÚMERO 99  ANNO VI






PRIMERA PLANA

El 37% de los fallecidos por el aleve coronavirus vivía en residencias de ancianos públicas o semipúblicas en las que los responsables políticos habían delegado su gestión a empresas y órdenes religiosas. A pesar de las reiteradas denuncias de abandono y falta de personal, ningún dirigente autonómico -en este caso- lo reconoció nunca, limitándose a afirmar que las inspecciones no habían advertido ninguna irregularidad (Cabría preguntarse si los citados inspectores avisan con antelación de su visita a los directores de las residencias para que escondan las posibles irregularidades). Ahora, tras la inaceptable cifra de difuntos, corren a culpar a todos los demás y a improvisar parches para salir del apuro. Una vez más los menos importantes -personas mayores, sujetos pasivos que sólo generan gastos según su dialéctica- son los ancianos. Ojalá, aunque lo dudamos, se reconduzca la situación y solventen definitivamente estas barbaridades, mientras investiga la Fiscalía las posibles responsabilidades penales..

"Al hombre se la ha sustituido por el partido, la dignidad humana se ha trocado en el triunfo electoral, el libre albedrío se ha convertido en la sociedad de resistencia, el individuo ha pasado a ser la masa, la iniciativa personal se ha transformado en el comité. El hombre, que se ha vuelto cobarde para afrontar la vida él solo y de cara, se ha vuelto valiente para hacerse pistolero de pandilla", escribió el dramaturgo español Enrique Jardiel Poncela.


La tauromaquia pide ayuda al gobierno por las pérdidas ocasionadas por el estado de alarma. El cierre de las plazas ha debido empobrecer a ganaderos, toreros y apoderados, colectivos muy desprotegidos habitualmente. Esperamos que el Gobierno reaccione con prontitud y mantenga la prohibición de las matanzas de toros, los únicos seres inteligentes que frecuentan los cosos taurinos.


En un nuevo ejemplo de lealtad institucional, el principal partido de la oposición -desde ahora el partido innombrable- reclama al gobierno todos los documentos recibidos del CSIC y las copias de las notas enviadas por el gabinete a este organismo desde el mes de noviembre de 2019, fecha en que falleció la primera víctima del coronavirus. Su actual líder parece haber olvidado -¡ya saben!, son cosas del pasado- la magnífica gestión que realizó el partido innombrable de catástrofes como el "Prestige", el Yak 42, el  11-M o la no guerra de Irak (pues no estuvimos nunca según el augusto Aznar). Nunca reconoce errores, pues resulta contrario a su único objetivo:  volver a gobernar para seguir medrando y esquilmando las arcas nacionales con la gran capacidad de corrupción que llevan demostrando desde su fundación por el bañista de Palomares. Quizá el actual gobierno pueda haberse equivocado en su gestión de la epidemia, quizá vuelva a  equivocarse -sólo se equivoca el que actúa-, quizá pudo reaccionar antes y mejor; pero las escalofriantes cifras de afectados y fallecidos, la falta de material y personal son consecuencia directa tanto de la desmesura de la epidemia como de los continuados recortes sanitarios perpetrados por las Comunidades Autónomas  -Madrid desde 2003, siempre dirigida por  el partido innombrable; quien no sólo niega su responsabilidad en los hechos, sino que acusa al gobierno actual para que no le acusen a él. Su nivel de miseria parece insondable-. 

Ya vendrá el tiempo de exigir responsabilidades -siempre las habrá en una catástrofe semejante-, de remontar la crisis económica y recuperar las rutinas; pero, sobre todo, de reforzar y conservar un sistema sanitario público bien dotado de personal y material para que pueda minimizar los efectos de la siguiente pandemia. Lo contrario es un comportamiento propio de alimañas.

En 1956, el escritor usamericano Henry Miller escribió: "La política se ha convertido en un negocio de pistoleros" y parece que... así seguimos.



PRIMERA PLANA ALTERNATIVA

¿Cabe hablar de ética política en estos tiempos? ¿En alguno? 
"Lo importante es crear libertad intelectual y capacidad de pensar", afirma Emilio Lledó, filósofo y profesor. También cita una frase de Immanuel Kant: "El ser humano es lo que la educación hace de él".  También señala que "la política organiza, armoniza y orienta los distintos deseos e ideas de los seres humanos que los políticos tienen que facilitar (y no los propios); ya que  la razón de su trabajo es darlo todo a los demás (como hombre justo que se entrega a los demás)".  Para incidir más en esta idea apunta una cita de la "Ética nicomáquea":  "... para tener una buena relación contigo y los demás   debes sentirte digno de ti mismo, no engreído ni falsificador, debes sentirte decente".
¿Dónde y qué estudiaron nuestros dirigentes políticos para haber alcanzado tan alto grado de maestría, respeto y eficacia?


¿QUÉ SUCEDIÓ EN ESTOS DÍAS?

- "El corona virus es un castigo divino por la persecución de Occidente a Rusia", afirma la exgimnasta rusa Svetlana Khórhina.
- Pierden el cadáver de una mujer fallecida en Madrid y aparece incinerado en Jaén.
- Multado un hombre en Lanzarote por pasear a su gallina.
- El presidente brasileño, señor Jair Bolsonaro, incluye los servicios religiosos y la lotería como actividades esenciales durante la cuarentena por el coronavirus.
- Se saltan el estado de alarma en Utrera (Sevilla)  para para organizar el simulacro de una procesión de Semana Santa.
- Condenado a un año de cárcel por saltarse el confinamiento para robar un supermercado.
- Un influencer contrae el coronavirus tras chupar tazas de vater.
- La policía sevillana denuncia a un padre y un hijo  por circular en patinete vestidos de nazarenos.
- La Guardia Civil  escolta al párroco de Sax Alicante mientras bendice las calles  del pueblo para derrotar al coronavirus.
- El ayuntamiento de Totana (Murcia) extiende un salvoconducto al Ratoncito Pérez para que pueda visitar a los niños en sus domicilios durante el confinamiento.








LITERALIA




CAPÍTULO XXVIII




Adalberto Rabazas era un hombre intrigado (1)


NOTAS:
  1. Sintió gran curiosidad e interés por el sobre abierto, sin señas ni remitente, que le entregó su compañero Marquínez. También cierto recelo, pero no lo manifestó ante él, cuando le dijo:
  • Lo han dejado para ti.
  • ¿Quién?
  • Un chiquillo.
  • ¿Lo conoces?
  • No.
  • ¡Gracias!
Después, el cajero salió del despacho.. Cuando Adalberto se quedó solo, sacó la solapa y leyó la cuartilla que contenía:”Esta tarde a las seis en la puerta de Valnadú”(2). ¿Dónde quedaba ese lugar? ¿Existía acaso? ¿Quién podía actuar con tanto sigilo y qué pretendía? ¿Sería la policía otra vez? Por fortuna para él, una rápida busqueda en el ordenador del banco respondió todas sus preguntas.
Pasó el resto de la jornada desasosegado, pendiente del rejoj con fijeza casi enfermiza. A las tres en punto, salió corriendo hacia la plaza de Tirso de Molina, donde devoró una ración de oreja a la plancha y un bocadillo de calamares que acompañó con un par de cañas. La prisa dominaba sus actos. La curiosidad atenazaba sus entrañas.
Tras la refacción, deshizo su camino hasta llegar a Puerta Cerrada. Allí, torció por la Cava de san Miguel hasta el mercado homónino, cruzó la calle Mayor, bajó por la calle de la Escalinata hasta Ópera y siguió por la calle de Carlos III; en uno de cuyos bares tomó un café. Su rejoj marcaba las cinco y media de la tarde.
  1. Derribada por orden de Felipe II, la puerta de Valnadú perteneció a la muralla cristiana. Su nombre parece provenir del árabe Bal-el-Nadar o Puerta de los Baños (como cabía esperar); aunque también aparece traducida como Puerta de las Atalayas. Estuvo situada junto a la fuente de los Caños del Peral, cuyos restos se exhiben dentro de la estación de metro de Ópera.
También se la conocía como la Puerta del Diablo por tener una piedra con cinco agujeros y la mano de un mono grabada en ella, lo que, en la época, se consideraba un conjuro contra el mal de ojo
Daba acceso a una zona de barrancos, fuentes y la presa homónima. (3).
  1. A las seis menos cinco, Adalberto Rabazas salió de la cafetería y ascendió por la calle de Vergara hasta la esquina con Santa Clara (4), en la que descubrió la placa colocada por el ayuntamiento en recuerdo de la citada puerta y que contenía el siguiente texto: “EN ESTE LUGAR EXISTIÓ LA PUERTA DE VALNADÚ DEMOLIDA EN 1567. ACCESO DE LA MURALLA MEDIEVAL DE LA VILLA”. Encendio un cigarrillo y esperó acontecimientos.
Minutos después, bajó por la calle un mozalbete con pendientes en las orejas, hablando por un teléfono móvil. Se detuvo a su altura, y le preguntó:
  • ¿Eres Adalberto?
  • Sí.
  • Sígueme.
  • ¿Quién eres?
  • Un recadero.
  1. Toma su nombre del desaparecido monasterio de la Visitación de Nuestra Señora de monjas franciscanas que mandó derribar José I, alias “Pepe Botella”, para modernizar la zona. En el número tres vivió y se suicidó el periodista y escritor romántico Mariano José de Larra en 1837 (5).
  2. Fígaro” y “El pobrecito hablador” fueron sus seudónimos periodísticos más conocidos; aunque firmó también como “El Duende” y “El Bachiller”. Tras un matrimonio desgraciado, se enamoró de Dolores Armijo, quien lo rechazó; suceso que precipitó su suicidio por un disparo en la sien. Su hija pequeña Baldomera fue una afamada delincuente especializada en la denominada “estafa piramidal” (6).
  3. Siguiendo al adolescente, llegó hasta el número cuatro de calle; donde el chico le dijo:
  • Llama al tercero D.
  • ¿Quién vive ahí? - inquirió Adalberto.
  • Ni lo sé ni me importa. Yo he cumplido mi parte..
Después se alejó calle adelante.
Adalberto pulsó el botón indicado y esperó respuesta. Una voz masculina, grave y desconocida contestó:
  • ¿Quién va?
  • Adalberto.
  • Suba. La puerta está abierta.
Cuando salió del ascensor, descubrió una puerta entreabierta como le habían dicho. La empujó levemente y avanzó por un pasillo largo y estrecho que finalizaba en una salita, donde se encontró con un hombre entre cincuenta y sesenta años, cabeza rapada al cero, frondoso mostacho negro, mirada fría, vestido con una camisa blanca, pantalón oscuro y zapatos negros. Sin saludarlo, le indicó una silla con un gesto manual. Adalberto se desabrochó un botón de la chaqueta y se acomodó. El hombre se sentó frente a él. Luego dijo:
  • Usted no me conoce ni debe conocerme. Estoy aquí por hacer un favor a una amiga.
  • Le escucho, pero espero que entienda la intranquilidad que me produce tanto misterio.
  • Era necesario para nuestra seguridad -aseveró el otro-. Conozco a “El Mosquito” desde hace unos treinta años. Incluso compartimos celda alguna vez. En fin, quiero comunicarle dos hechos: uno, ni él ni Adriana robaron el diamante y dos, se rumorea que el ladrón es un hombre nuevo en el negocio. Ahora, buenas tardes, caballero
Sin más palabras, el desconocido se levantó. Adalberto lo imitó. Luego, el desconocido golpeó con los nudillos en una puerta y afirmó:
  • Ya he hecho lo mío. ¡Dale muchos recuerdos!
Después, recorrió el pasillo hasta salir de la vivienda.
Adalberto permaneció de pie, tan intrigado como cuando recibió el sobre en el banco, hasta que se abrió la puerta, y apareció Adriana Montenegro ataviada con su sempiterna gabardina. Adalberto la observó, sorprendido.
  • ¡Te añoro tanto, querido, que no he podido resistirlo! - afirmó Adriana. Luego, avanzó hasta él y lo besó con denuedo.
  • Pero... ¿no habías salido del país? -. acertó a decir Adalberto.
  • Entro y salgo, cuando quiero. Recuerda que tengo pasaporte diplomático.
  • ¿Te quedarás conmigo para siempre?
  • No puedo. Mi padre me necesita.
  • Entonces, ¿para qué has venido?
  • Para la última despedida.
Volvió a besarlo y estrecharlo contra su hermoso cuerpo, mientras lo arrastraba hacia la puerta, que daba a un dormitorio. Allí, se quitó la gabardina y se tumbó desnuda en la cama.
  • Adriana, hace unos días volvió a interrogarme la policía. Querían saber dónde estabas. Aunque me pegaron, no hable. Hiciste bien en no decírmelo.
  • ¿Te pegaron por... mi?... Tendré que ocuparme de esa mala pécora – gritó Adriana, mientras le apremiaba con las manos.
  • La inspectora Ballesteros...
  • No me la nombres, no me la nombres – siguió gritando Adriana.
  • Me dijo que había visto las imágenes de las cámaras de infrarrojos instaladas en la sala donde exponían el Gran Diamante Rosa y que salíais “EL Mosquito” y tú.
  • Y tú, y tu novia, y todos los asistentes. Eso no me convierte en ladrona .- afirmó Adriana.
  • Ella lo citó para incriminarte.
  • Te lo dije, cariño: está obsesionada conmigo. Ahora, ven aquí. Me estoy enfriando.
  • ¿Quién era el hombre del bigote?
  • Jacinto Valdés “El Fusca”.
  • Dijo que era colega de tu padre y que compartieron celda. - señaló Adalberto, mientras doblaba el pantalón y lo depositaba con cuidado sobre una silla.
  • Era el que cubría las espaldas. Nunca tuvo habilidad para robar nada.
  • Con su físico, le cuadra el empleo – reconoció Adalberto.
  • Antes de dedicarse a este negocio, descargaba camiones en Legazpi. Pero... abrázame ya. Hablaremos luego – rogó Adriana.
  • ¿Y los chicos del sobre y el que me trajo hasta el portal?
  • Voluntarios que quieren aprender el oficio.
  • Estás reconociendo que eres una ladrona. Me has mentido desde el principio.
  • No, no y no; pero soy la hija de “El Mosquito” y aprovecho sus contactos.
  • ¿Te marcharás, cuando... terminemos? - inquirió Adalberto.
  • ¿Qué día es hoy?
  • Viernes, ¿por qué?
  • Los dueños de la vivienda están en su casa del pueblo –respondió Adriana-. Además, nadie sabe que estoy aquí; por lo que podemos seguir todo el fin de semana – añadió, mientras se pasaba la lengua por los labios..
Adalberto se quedó sin preguntas y palabras. Se recostó junto a ella, la miró extasiado, y dijo:
  • ¿Cómo se te ocurrió citarme bajo la placa de un monumento desaparecido?
  • En este piso vivieron mis abuelos maternos. Tenían la reproducción de un privilegio real que permitiía a un antepasado suyo, un tal Joaquín García Cueto (el guión actual lo añadió un descendiente que perteneció a la pequeña noblexa del siglo XVI: el hidalgo Bermudo Garcia-Cueto, señor de Treviso, en Cantabria, un pueblo que nunca ha alcanzado los cien habitantes), vender agua a quienes pasaban por la puerta de Valnadú..Vengo aquí algunas veces para recordarlos..
Después, desaparecieron los sonidos articulados.







OLDIES

J J Cale (John Weldon Cale, 1938-2013) músico de culto usamericano, cuyo miedo al escenario era tan proverbial que tocaba de espaldas al público en sus primeros conciertos según cuenta la leyenda. Creador de canciones míticas como "Cocaine", que popularizó Eric Clapton,   "After midnight", "Don't cry sister", "Carry on"  y muchísimas más.
After mindnight: https://www.youtube.com/watch?v=1nFExQljrY0
Cocaine:https://www.youtube.com/watch?v=KWmD_HcOcfU
Don't cry sister: https://www.youtube.com/watch?v=KJnhlMMhmds





CRÓNICA DE SOCIEDAD (urbi et orbi)


  • Los apretadores o desahuecadores eran unos empleados de los antiguos corales de comedias consistía en colocar al mayor número de espectadores posibles en el exigüo recinto del patio de butacas, aunque en algunos casos permanecían de pie. Como no podían tocar a las espectadoras, empleaban una vara para "aplastar sus voluminosos vestidos" a fin de diminuir el espacio que ocupaban para que cupiesen más señoras en la cazuela, espacio reservado a las mujeres en los citados corrales.  

  • Un cónsul romano que respondía al curioso nombre de Espurio Postumio Albino denuinció en el año 186 a.C que "una inmensa multitud de ciudadanos libres -unos seis mil según el gran Tito Livio-  se citaban regularmente en el bosque de Simila, cerca del monte Aventino de Roma, donde se entregaban a excesos de toda clase al amparo de la noche". El puntilloso funcionario denunciaba una bacanal, fiesta orgiástica en honor del gran dios Baco. La suma sacerdotisa de estas celebraciones se llamaba Paculla Annia. Tal era el éxito de las reuniones que pasaron de celebrarse tres veces al año a cinco al mes hssta que el Senado romano las prohibió el citado año 186 a.C gracias a la eficaz intervención del probo funcionario Espurio, mediante el decreto Senatus Consultum de Bacchanalibus en el que se prohibía la reunión de más de cinco bancantes, siguiendo permitiendo el desenfreno y el consumo de estupefacientes..


  • Según algunos expertos, las bacanales se consideran la conmemoración de la violación y muerte del poeta Orfeo a manos de las ménades o banantes, esto es, adoradoras de Baco presas de un éxtasis descontrolado. De aquí también surgieron lso misterios órficos, relacionados con el dionisismo, celebraciones en honro del dios Dioniso, nombre griego de Baco. El poeta trágico Eurípides divide las bacanales en tres partes: la primera u oribasia, en "las que las mujeres se retiraban al monte para celebrar orgías sagradas; la segunda parte era el diasparagmos  la bacanal propiamente dicha , en la que las participantes alcanzan el paroxismo al mezclar sexo, alucinógenos y sugestión; y se sacrificaba un animal -una cabra habitualmente- que representaba al dios, y la tercera era la homofagia, en  la que se comía la carne de la víctima inmolada. 

  • "La jamais contente " (La insatisfecha) fue el primer automóvil que superó los 100 km/h. Se trataba de un vehículo eléctrico con carrocería de aluminio, tungsteno o wolframio y magnesio. con forma de torpedo (ver fotografía). Alcanzó su máxima velocidad (105 mh/h) señalado en Achéres, proximidades de París, en 1899. 



FRASE DEL DÍA (sea el que sea)

Tenemos ésta: "Cuando nació era joven; hoy es algo más viejo"


O ésta: "A las bodas, como a los entierros, se va de negro. Por algo será".


Y, como no hay dos sin tres: "Las cerillas son una de las pocas cosas que todavía se hacen con cabeza en el mundo".


Todas son hijas del ingenio del señor Jardiel Poncela, don Enrique.



CONTRAPORTADA





VonderPark, Amsterdam


CONTRAPORTADA ALTERNATIVA






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