<<EL NUEVO CHAFARDERO INDOMABLE
NÚMERO 149 ANNO VII>>
PRIMERA PLANA
El Club del Fuego Infernal (The Hell-Fire Club) fue fundado por el Duque de Wharton en el siglo XVII y continuado por sir Francis Dashwood, miembro del Parlamento británico, tesorero real, barón y canciller. Existió entre 1749 y 1766 y reunió a personalidades estadounidenses como Benjamín Franklin e inglesas como John Montagu, Earl of Sandwich; Thomas Potter, pagador general e hijo del arzobispo de Canterbury; el diputado radical y alcalde de Londres John Wilkes; el conde de Bute, primer ministro a la sazón; el Príncipe de Gales de la época; el escritor Horace Walpole, autor de la considerada primera novela gótica "El castillo de Otranto" y otros nobles poco conocidos para el gran público. Sus reuniones solían celebrarse en tabernas públicas - como la "George & Vulture", inmortalizada por Dickens en sus "Papeles del Club Pickwick"- hasta que se trasladaron a la mansión del citado Dashwood, Medmenham Abbey, en cuya puerta podía leerse: "Haz lo que quieras"; lema que años más tarde el mago negro Aleister Crowley transformó en "Haz tu voluntad" para su abadía de Thelema en la isla italiana de Cefalú, sacado, a su vez, del "Gargantúa y Pantagruel" del galeno francés François Rabelais. Una estatua desnuda e inclinada de la diosa Venus recibía a los visitantes en la mansión de sir Francis, de modo que la primera imagen que tenían de la residencia era el divino tafanario de Afrodita; a la que acompañaba otra del dios Príapo, símbolo de fertilidad. Acusados de satanistas por los católicos, grupo al que despreciaban públicamente, los principales actores de sus asambleas eran el alcohol y las vedettes y prostitutas a las que transportaban en barco por el Támesis y con las que solían hablar de arte y filosofía, tal y como cabía esperar. Recibieron otros nombres como "Los frailes de san Francisco de Wycombe", "Los monjes de Medmenham" y la "Orden de los Caballeros de West Wycombe".
Para recordar a los miembros la confidencialidad de sus reuniones, una imagen de Harpócrates, dios egipcio del silencio, con un dedo sobre los labios, y otra de Angerona, su equivalente romana, presidían la sala donde se congregaban. Entre los masones, ambas deidades eran conocidas como "los guardianes del secreto" y, como es un secreto, no podemos informar al respecto.
Una estatua del dios Baco presidía el ala oeste de la mansión por estar dedicada a su obra. También podían contemplarse más estatuas de otras divinidades griegas y romanas en el jardín de la finca, con forma de mujer desnuda según algunas fuentes. Más tarde sir Francis acondicionó varias cuevas situadas dentro de su propiedad como escenario de las reuniones de su Club Infernal; en las que construyó celdas individuales para sus miembros, donde podían seguir conversando con las invitadas a las ceremonias y misas negras que celebraban según sus detractores.
Sir Francis Dashwood, antes de alcanzar altos honores políticos, fue considerado libertino, satanista, degenerado, mal ejemplo social y masón a pesar de pertenecer al partido tory (conservador) británico y estar casado con la baronesa lady Sarah Gould de Ellys como mandan las buenas costumbres. También patrocinó un hospital para pobres y creó un impuesto sobre el consumo de sidra.
Entre la leyenda y la realidad, el Club del Fuego Infernal sigue agitando las imaginaciones.
¿QUÉ SUCEDIÓ EN ESTOS DÍAS?
- Durante la reciente Convención itinerante de su partido, el alcalde capitalino Almeida comentó que nunca pediría que "los musulmanes nos pidieran perdón por invadirnos el año 711" en alusión a la petición del presidente mexicano sobre la conquista de América. Curiosamente, el apellido del edil tiene origen árabe, así que debe estar agradecido a la invasión agarena.
El nuevo plan de Casado para la Atención Primaria en Castilla y León es casi idéntico al rechazado por el PP
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OLDIES
"Malos Tiempos para la lírica", Golpes Bajos en el parque del Oeste una hermosa tarde durante las fiestas de San Isidro, Enriquito, Quique y yo, entrada gratis, absenta a cien pesetas, cigarrillos perfumados, ambiente festivo, paz y solidaridad. Germán Coppini y sus colegas tenían razón. Después vinieron años de plomo sin ninguna lírica.
LITERALIA
EL BIBLIOTECARIO
Aunque siempre es la primera vez, me inicié con Marianela, una inocente criatura que jugaba a ser mujer. Era amiga de mi hermana pequeña y aproveché unas vacaciones de verano para mostrarle la granja de mi abuela. El viejo granero fue el escenario de nuestro encuentro. Al principio, se resistió un poco; pero el hecho de conocernos desde la infancia venció todos sus temores.
Antes de trasladarme a la capital para completar mis estudios, llevé al mismo sitio a Emma, la joven esposa de un amigo. Siempre había sido una mujer liberal abierta a toda clase de experiencias; sobre todo, aquéllas que molestaban a su marido, muy apocado para su gusto.
En la gran ciudad, me hospedé en una pensión económica para universitarios; donde pronto establecí una estrecha relación con la dueña, la viuda Lozano, una andaluza sin prejuicios a la que no importaba que trajese chicas a mi habitación.
Logré mi primer empleo en una prestigiosa compañía y, poco después, adquirí una vivienda en una zona distinguida de la ciudad. Debido a mi desahogada posición económica, pude conocer a muchas mujeres interesantes que llenaron mis noches solitarias. Por entonces, comencé a obsesionarme con el viejo granero de la abuela hasta el extremo de construir una réplica exacta en el jardín. Los rostros de Marianela, Emma, Fanny, Anna, Justine..., todas las mujeres que habían pasado por mi vida comenzaban a surgir en mis sueños sin orden ni sentido. Decidí consultar a un especialista.
El doctos Santos me recibió en su consulta a los pocos días. Le confesé mis temores y, tras escucharme atentamente, me prohibió leer durante una buena temporada. Aseguraba que las heroínas de los libros estaban interfiriendo en el normal desarrollo de mi vida hasta el extremo de confundir ficción y realidad. Para demostrármelo, cito mi empeño en llamar Angelina a mi novia actual, María. El psiquiatra creía que se trataba de un homenaje inconsciente a Enrique Jardiel Poncela, el autor de “Angelina o el honor de un brigadier”. Le miré perplejo. No podía creer que todo se redujese a una especie de intoxicación literaria. No quería pensar que todas esas mujeres con las que había gozado sintieran temor, y no placer, en algún momento de nuestros encuentros.
A pesar de sus consejos, seguí teniendo compañía femenina en la réplica del granero. El contacto de nuestros cuerpos con la paja esparcida por el suelo despertaba mis instintos más animales, mientras explorábamos nuestros rincones y recitaba en voz alta párrafos de sus libros; pues todas ellas seguían respondiendo a los mismos nombres que los grandes personajes femeninos de la literatura mundial. Una noche en que contemplaba los ojos confiados de Brigid O’Shaughnessy, la chica mala de “El Halcón Maltés”, me asaltó una terrible duda: “¿Qué pensaría el doctor Santos, si viese la biblioteca secreta del sótano, ese cuarto repleto de estanterías donde permanecían ordenadas mis acompañantes según el orden alfabético de las novelas que protagonizaban? ¿Podría entender que sólo pretendo conservar la edición príncipe de cada una de ellas?”.
CRÓNICA DE SOCIEDAD (urbi et orbi)
(Explicación de Twiter según el escritor Sergio del Molino, basándose en un párrafo de la novela "Los papeles póstumas del Club Pickwick" de Charles Dickens).
- El llamado derecho de mañería correspondía a los reyes y señores feudales respecto a la herencia de aquellos súbditos que fallecían sin herederos legítimos. Evolucionó hacia un pago periódico por las tierras que cultivaban los campesinos arrendados para evitar que retornasen a su legítimo dueño -rey o señor- al fallecer sin descendencia, pudiendo disponer el cultivador de dicha tierra en testamento. Deriva del término mañero o estéril.
- A mediados del siglo XIX, unos mil setecientos gallegos emigraron a Cuba en busca de una vida mejor. Terminaron vendidos como esclavos. En este enlace puede leerse su epopeya. https://www.publico.es/culturas/epopeya-1700-gallegos-cuba-huyendo-miseria-terminaron-vendidos-esclavos.html.
-El término "horóscopo" significa "aquél que mira la hora" al calcularse según la hora de nacimiento del interesado.-
- Decebalo o Diurpaneo fue rey de los dacios entre el 87 y el 105 d.C derrotó a Roma en varias ocasiones hasta que fue derrotado durante el gobierno de Trajano, suicidándose antes de ser apresado por los romanos. Este monumento de 40 metros sobre el Danubio mantiene vivo su recuerdo.
FRASE DEL DÍA (sea el que sea)
"El que no se atreve a ser inteligente se hace político".- (Jardiel)
CONTRAPORTADA
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