<<EL NUEVO CHAFARDERO INDOMABLE
NÚMERO 188 ANNO IX>>
PRIMERA PLANA
Estos días la prensa seria ha publicado una noticia sorprendente sobre el féretro del compositor de zarzuelas navarro Joaquín Gaztambide (1822-1870), cuya vida y milagros pueden consultarse en enciclopedias analógicas y digitales. Tras su fallecimiento las crónicas hablan del embalsamamiento del cadáver en el Museo Antropológico y un desfile por las calles madrileñas dentro de un ataúd de latón con ventanas de cristal y visitas a diversos centros culturales capitalinos que debieron ser importantes en la vida del autor. En 1921 el ayuntamiento de Tudela, localidad natal del músico, decidió erigirle un panteón como hijo ilustre de la misma; por lo que reclamó sus restos mortales, que permanecieron en la capilla de la familia Garbayo hasta su traslado a un nicho temporal veinte años después. En 1955, se destapó el nicho para su trasvase al panteón. Entonces, saltó la sorpresa: cuando se abrió el ataúd, se comprobó que guardaba los restos de una mujer de edad avanzada y... unos zapatos de tacón rojos. Volvieron a cerrar féretro y nicho y se olvidaron del panteón, mientras unos y otros silbaban con disimulo.
Primera cuestión: ¿qué necesidad había de abrir el ataúd y generar una controversia que no interesaba a nadie?
Segunda cuestión: ¿no era más fácil trasportar el féretro de un emplazamiento a otro y asunto resuelto?
La reseña periodística continua informando de que estos días se ha realizado una exhumación del cadáver que ha confirmado lo señalado en el párrafo anterior; pero lo que no comunica el plumilla son los motivos de dicha exhumación que sólo ha servido para corroborar lo sabido desde 1955 y mantener en la confusión a los herederos de tan insigne compositor.
Tercera cuestión: ¿dónde están los restos de Joaquín Gaztambide?
Cuarta cuestión: ¿se conocía el contenido del féretro desde que se confirmó la pérdida del cadáver? En caso afirmativo, ¿por qué se ocultó hasta 1955? ¿Por vergüenza, por indiferencia, por temor a represalias, por...?
Quinta cuestión: ¿cabe la posibilidad, retorcida cuando menos, de que los responsables del Museo Antropológico fueran unos bromistas y disfrazarán el cuerpo del músico con aspecto femenino y los zapatos sólo representen una nota de color en tan macabro conjunto?
Sexta cuestión: ¿tenía quizá una vida secreta el insigne compositor?
Séptima cuestión: ¿cuando el féretro acristalado desfilaba por las calles madrileñas, no se percató nadie de que su inquilino era mujer?
Octava cuestión: ¿Quedará vivo algún testigo o participante del embalsamamiento del cadáver y su traslado desde la capital a Tudela?
Novena cuestión: En caso de haberlo, ¿estará en condiciones de aclarar el entuerto o padecerá algún problema sanitario como alzheimer, amnesia senil u otra enfermedad que le impida recordar aquellos cruciales momentos?
Décima cuestión: ¿vivirá todavía el fabricante de los zapatos o alguno de sus herederos?
Undécima cuestión: ¿puede haber ocurrido que algún fanático admirador del músico secuestrara sus restos y los haya mantenido escondidos para su disfrute particular?
Duodécima cuestión: ¿Es el único caso conocido de trasiego de cadáveres o se trata de un fenómeno más habitual de lo que suponemos?
En cualquier caso, rogamos a las autoridades competentes que dediquen todos sus medios y esfuerzos a esclarecer un asunto tan rocambolesco y estremecedor.
¿QUÉ SUCEDIÓ EN ESTOS DÍAS?
- Niegan la baja laboral a trabajadores de residencias con sarna, aunque puedan contagiar a los residentes.
- Un experto en ovnis, que asegura tener línea directa con los extraterrestres, afirma que se pusieron clones de Messi y DiMaría para que Argentina ganase el último mundial de fútbol.
- Agentes fronterizos griegos roban dos millones de euros a refugiados y exiliados.
- "La única vía para conseguir la paz entre Rusia y Ucrania depende de la intervención del Inmaculado Corazón de María", afirma el exministro de interior del gobierno Rajoy, señor Fernández Díaz, en un artículo publicado en el diario "La Razón".
- Borran la figura del presidente del Parlamento andaluz, señor Jesús Aguirre, de la fotografía del entierro del marido de la alcaldesa popular de Marbella. El difunto estaba procesado por blanqueo de capitales.
- Una tiktoker confiesa en un vídeo haber mantenido relaciones sexuales con su perro.
- El juez que dictó sentencia a favor de mantener en pie el hotel el Algarrobico trabaja ahora para el ayuntamiento que pretende conservarlo.
OLDIES
"Hard blues shot", Laura Cox Band, guitarrista y compositora anglo-francesa del 90.
LITERALIA
EL VESTIDO DE RASO AZUL
Margarita Rivera estaba en la flor de la vida. Soltera, treinta años, piel suave y ligeramente bronceada, hacendosa, algo coqueta, bien situada, esbelta, llevaba varios días muy excitada, pendiente de la entrega del vestido que luciría en la boda de su íntima amiga Piluca Requeséns en la que actuaría como dama de honor. El modisto le había asegurado que era un modelo único y que sería la envidia de todos los presentes, ellas sobre todo. Era un vestido de raso azul imperial hasta los tobillos, vaporoso, sin hombreras, que haría resaltar su magnífica figura y el porte clásico de su cuello adornado con un collar de perlas de triple vuelta que su gracioso corte de pelo a lo garçon estilizaría aún. Un prendedor de pequeños diamantes y esmeraldas brillaría sobre su pecho izquierdo. Unas sandalias de charol también azules y tacón mediano completarían un conjunto irresistible.
El aprendiz del taller llegó a su domicilio a media mañana, cargado con una gran caja rectangular. Tras entregarle una pequeña propina por su gentileza, incapaz de soportar tanta impaciencia, rasgó el papel de regalo que la envolvía, quitó la tapa y contempló, por fin, su maravilloso vestido de raso azul imperial. Llamó a Lupita, la mucama mejicana, para que le ayudase a ponérselo. Luego caminó por el gran salón, haciendo ligeras reverencias con la cabeza y extendiendo su mano derecha, en la que destacaría una pulsera de aguamarinas que le prestaba un amigo joyero, para que la besaran los numerosos invitados que ella imaginaba en su éxtasis. La sirvienta aplaudía y comentaba lo guapa que estaba la señora. Paso a paso fue acercándose al gran espejo de pie que dominaba un rincón de la sala. Frente a él se estudió de frente, de costado izquierdo, de costado derecho, casi de espaldas en un escorzo violento que le permitía admirar su reflejo. En todas las posturas se encontraba perfecta, envidiable..., ideal. Imaginó a todos los hombres de la boda, novio incluido, pegándose por bailar con ella, adoradores de su belleza y elegancia que ampliaba el magnífico vestido de raso azul imperial que la envolvía.
Siguió estudiándose frente al espejo hasta la hora de comer, cuando Lupita insistió en que descansara un poco; pues nadie le quitaría el vestido. La sirvienta se marchó a las cinco de la tarde. A la mañana siguiente encontró el cadáver de su señora frente al espejo con el vestido destrozado con saña y el prendedor clavado en el pecho. Entre sollozos, telefoneó a la policía, que se personó en el domicilio pocos minutos después. Primero la interrogó un agente, y, más tarde, el inspector Galán, encargado del caso; aunque no pudo ni supo añadir nada a lo explicado hasta ahora. La policía realizó todas las pesquisas pertinentes y habituales como comprobar que no habían forzado puertas ni ventanas, que no había más huellas que las de la finada y la sirvienta, lo que descartaba la presencia de terceras personas, o que la difunta hubiera recibido llamadas telefónicas desde la partida de la doméstica hasta el hallazgo del cadáver. Dos meses después cerraron la investigación por falta de pruebas; pero, si el inspector Galán hubiera sido más perspicaz, se habría extrañado al ver de pie el reflejo de Margarita Rivera al otro lado del espejo y, tal vez, hubiera sospechado lo que realmente ocurrió: quizá celoso de la belleza radiante de la mujer o de su existencia corporal, su reflejo salió del cristal, la hirió en el corazón y regresó al otro lado del espejo orgulloso de ser el único que lucía el vestido de raso azul imperial.
CRÓNICA DE SOCIEDAD (urbi et orbi)
- Una tabella defixionis o tablilla de maldiciones era el medio habitual empleado en el mundo grecorromano para maldecir a otra persona o para solicitar a los dioses que la perjudicasen como venganza o demostración de odio. Los textos se escribían en finas láminas de plomo que podían enrollarse o doblarse. Solían enterrarse bajo tierra clavadas en tumbas o en los muros de los templos, o arrojarse a fuentes o ríos por creer que los dioses vivían en ellos. También solían aparecer junto a pequeños muñecos, parecidos al sujeto a maldecir, que tenían atadas manos y pies. También se emplearon otros materiales para confeccionarlos como papiros, cera o madera por ser maleables y fáciles de conservar. En la actual ciudad inglesa de Bath, se han encontrado unas ciento cincuenta con maldiciones contra los ladrones de la ropa de los bañistas que acudían a las termas, cuando la ciudad era conocida como Aquae Sulis. En el antiguo Egipto existió una práctica similar, aunque se llamaban “textos execratorios”. Un ejemplo sería: “Ya sea pagano o cristiano, hombre o mujer, niño o niña, esclavo o libre, quien me haya robado a mi, Anniano, hijo de Matutina, seis monedas de plata de mi bolso, tú, Señora Diosa, debes exigirle las monedas. Si por algún engaño me ha dado... y no se lo des a él, sino considéralo como sangre de quien me ha robado” o “Domicedis ha perdido dos guantes y pide que el ladrón pierda la cabeza y los ojos en el templo de la Diosa”
- El asteriskon o asterisco es un objeto litúrgico utilizado por las iglesias ortodoxas y grecolatina que simboliza la estrella de Belén que guió a los Reyes Magos hasta el Niño Jesús.. Consiste en una cruz de metal dorado compuesta por dos láminas cruzadas entre sí y unidas por un tornillo. Se coloca sobre la patena para que el velo que la cubre no toque la Sagrada Forma.
- En la antigua Roma, plagiario era aquél que robaba libertos, esclavos liberados, para revenderlos como esclavos.
- Jeffrey Hudson, lord Minimus, vivió entre 1619 y 1682. Midió cincuenta centímetros de altura según las crónicas, lo que facilitó su acceso a la corte de la reina inglesa (por matrimonio con Carlos I) Enriqueta María de Francia, quien le apreciaba por su gracia y tamaño. Formó parte de su séquito cuando se trasladó a su país natal para dar a luz y durante la guerra inglesa entre realistas y parlamentarios. A su regreso de uno de ellos, su barco fue abordado por piratas berberiscos; por lo que pasó los siguientes veinte años como sirviente esclavo. Tras su rescate, las mismas crónicas señalan que había duplicado su estatura, prodigioso fenómeno que él achacaba a las reiteradas sodomizaciones que sufrió durante su cautiverio.
FRASE DEL DÍA (sea el que sea)
Los hombres libres tienen ideas; los sumisos, ideologías.- (Teócrito, poeta griego de los siglos IV-III a.C.).
CONTRAPORTADA
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