<<EL NUEVO CHAFARDERO INDOMABLE
NÚMERO 45 ANNO IV>>
PRIMERA PLANA
La aristocracia es el gobierno de los sobresalientes por su sabiduría y capacidad intelectual según Platón y Aristóteles. Partiendo de este aserto, deberían ser estos aristócratas -y no, los ennoblecidas por méritos militares o sus descendientes- quienes rigiesen los designios de las naciones, ya que parece necesaria, entre tanta incapacidad innata para el buen gobierno personal, la figura de un pastor. Sin embargo, la Historia demuestra que casi siempre han gobernado los fuertes, los sinvergüenzas, los ambiciosos, los soberbios, los degenerados, los ignorantes y algún que otro majara, es decir, aquellos que han tenido menos escrúpulos y respeto hacia los demás; lo que no deja de ser otra manera de explicar la naturaleza humana, sea lo que sea. También han alcanzado el poder con el apoyo ciego o demente del pueblo, populacho en ocasiones, movido por miedo, pan o circo; nunca preocupado por saber o conocer para no ser utilizado y tener más recursos para organizar su existencia; mientras ha atacado y destruido todo aquello que ignora o le convencen de ser peligroso para ellos sin pararse a comprobarlo. Por desgracia, no hay aristócratas en los gobiernos catalán y español
El Pleno del Congreso celebrado el 30 de agosto, en el que la oposición pretendía que el gobierno aclarase definitivamente la trama “Gurtel” y la posible corrupción del Partido Popular, terminó como empezó: con división de opiniones. Para los miembros del gabinete fue un triunfo más de su presidente -cuya chulería llegó hasta el extremo de desafiar a los demás grupos parlamentarios a presentar una moción de censura para echarle del cargo, sabiendo que nunca se pondrán de acuerdo para hacerlo- y la oposición se quedó como estaba: sin explicaciones. ¿Los ciudadanos? Bien, gracias. En todo caso, parece lógico que Mariano Rajoy omitiese cualquier aclaración sobre el tema, pues hacerlo habría supuesto admitir que había mentido como testigo en un juicio, que su partido era corrupto y que, por tanto, debía dimitir y enfrentarse a un juicio como acusado por un delito que podría llevarle a la cárcel. Y es corto, o lo parece, pero no tanto. Incluso, en algún momento de su intervención, afirmó que ya había dado explicaciones cincuenta y dos veces, lo que parece otra falsedad; pues, de haberlo hecho, no se habría celebrado dicho Pleno, del que los populares salieron satisfechos una vez más y los opositores, discutiendo si son galgos o podencos.
Citada a declarar en una comisión del Congreso para explicar la celebración militar del alzamiento franquista del 18 de julio de 1936, la ministra Cospedal afirmó que “era un acto secundario y anecdótico” (omitió ilegal); que lo importante es “la gran labor que realizan las fuerzas armadas” (¿dónde?) y que “el texto con que se publica la efeméride (¿cuál?) del 18 de julio es el mismo desde 2005, cuando gobernaban los socialistas”. Es decir, la culpa siempre es de los sociatas, el único azote de España. Lo que no explicó la señora ministra fue por qué permitió la celebración de un acto que sabe ilegítimo y ofensivo para muchos ciudadanos; aunque las razones parecen muy claras. Para rematar la faena, fiel a su papel, el portavoz popular en la Comisión añadió que “la oposición sólo sabe hablar del pasado”. “Con lo maravilloso que es siempre el futuro“, debió concluir su acertada intervención.
En un alarde de inteligencia poco común, el señor Forn (Horno), conseller de Interior de la Generalitat catalana, diferencia entre víctimas catalanas y víctimas de nacionalidad española tras el último atentado ocurrido en las Ramblas barcelonesas; en el que parece que falló el intercambio de información entre las diferentes policías implicadas -o se decidió políticamente que fallara- y se minusvaloró un aviso de la inteligencia americana al respecto, con el consabido resultado de varios muertos y un centenar de heridos que, una vez más, quedan reducidos a simples “daños colaterales”.
El siguiente fragmento corresponde al poema “El Nuevo Coloso”, de la poetisa neoyorquina Emma Lazarus (1849-1887), inscrito en la base de la Estatua de la Libertad: “Dadme a vuestros exhaustos, a vuestros pobres / vuestras hacinadas masas anhelantes de libertad / los miserables desechos de vuestras pobladas costas. / Enviadme los desahuciados, los náufragos de la tormenta. / Yo los iluminaré al lado de la puerta de oro”. Todo parece indicar que Donald Trump no lo ha leído nunca.
¿QUÉ SUCEDIÓ EN ESTOS DÍAS?
- Granada reconoce los servicios prestados a una Virgen y a un Cristo.
- Una inmobiliaria holandesa exige a una mujer iraquí cocinar al estilo europeo para alquilarle un apartamento.
- Los israelíes aprenden español para entender las telenovelas.
- La Audiencia Nacional confirma que los abogados que investigó el exjuez Baltasar Garzón encubrieron a Francisco Correa.
- Detienen a un adolescente de catorce años en Arabia Saudí por bailar en público “La Macarena”.
- Ciudadanos alemanes venden arena de las playas mallorquinas por Ebay.
- No hay barreras para comprar y vender semen en el extranjero.
- El obispo de Cádiz obliga a dimitir al vicario de Ceuta por permitir la entrada en el santuario de la Virgen de África, patrona de la ciudad, y posterior canto de una salve rociera, a una imagen del dios-elefante hindú Ganesha
- Prohíben “Lo que el viento se llevó” por su insensibilidad ante la tragedia de la esclavitud.
- “El trabajo que llega es de más calidad que el que se fue”, afirma la ministra de Trabajo.
- La periodista norteamericana Anne Coulter, partidaria de míster Trump, afirma que: “No creo que el huracán <<Harvey>> sea un castigo divino para Houston por elegir a un alcalde gay, pero es más creíble que el cambio climático”.
- Durante un encierro celebrado en Zafrilla (Cuenca), un toro entró tras la barra de un bar portátil situado en el recorrido para tomar un refrigerio.
- Con la papada del ministro Zoido, podrían comer trescientos subsaharianos durante quince días, según algunos nutricionistas, o fabricar hasta veintisiete mil pastillas de jabón.
LITERALIA
(Fragmento de “La boca pobre”, de Flann O’Brien, 1941).
<<La gente vivía pobremente en la época de mi niñez, y aquél que tenía muchos bienes y ganado por la noche no tenía espacio para sí mismo en su propia casa. ¡Ay, así ha sido siempre! A menudo, oía referir al Viejo Canoso las penalidades y miserias de la vida de antaño.
- Hubo un tiempo -decía- en que yo tenía dos vacas, un caballo de tiro y otro de carreras, ovejas, cerdos y otras bestias menores. La casa era estrecha, y, por vida mía, nos veíamos todos en un buen aprieto, cuando llegaba la noche. Mi abuela dormía con las vacas, y yo dormía sólo con el caballo, que se llamaba Charlie y era manso y dócil. Con mucha frecuencia, estallaba una lucha entre las ovejas, y apenas nos dejaban pegar ojo los balidos y bramidos que soltaban. Una noche, mi abuela resultó lastimada y herida, y no se supo si los culpables eran las ovejas o las vacas, o si había sido mi abuela quien había empezado la pelea. Otra noche, vino un caballero, un inspector de enseñanza que se había extraviado con la bruma del pantano y había ido a parar a la entrada del valle. Debía estar buscando ayuda y hospedaje para la noche, y, cuando vio lo que había que ver a la luz mortecina del fuego, dejó escapar un largo grito de asombro y se quedó mirando fijamente a lo que había de puertas para adentro. Entonces, preguntó:
- ¿No es vergonzoso para su decoro yacer ahí en compañía de las bestias salvajes, todos ustedes en un mismo lecho (de juncos)? ¿No es vergonzoso, impropio y deplorable el estado en que se encuentran esta noche?
- Es verdad lo que dice -respondí al caballero-, pero tenga usted en cuenta que nada podemos hacer para evitar esa indigna circunstancia que ha mencionado. Hace un tiempo desagradable y conviene que cada uno de nosotros esté resguardado, ya sean dos o cuatro patas que los sostengan.
- Si es así -dijo el caballero-, ¿no les resultaría fácil construir un pequeño cobertizo al lado del redil, separado un buen trecho de la casa?
- Sí que sería fácil -dije yo. Las palabras me llenaron de sorpresa, pues nunca antes había pensado en nada igual ni en ningún otro plan destinado a remediar la lamentable situación en la que estábamos todos apelotonados en el fondo de la casa. A la mañana siguiente, reuní a los vecinos, y les expliqué en qué consistía exactamente la sugerencia del caballero. Alabamos la misma, y, antes de una semana, habíamos construido un hermoso cobertizo en las proximidades de mi casa. Pero, ay, las cosas no son siempre como uno imagina. Cuando mi abuela, dos hermanos míos y yo mismo llevábamos dos noches en el cobertizo, estábamos tan helados y profundamente empapados que fue un milagro que no desapareciéramos para siempre; y no encontramos alivio hasta que regresamos a nuestra casa y estuvimos de nuevo confortablemente instalados entre el ganado. Así hemos estado desde entonces como cualquier pobre irlandés a este lado del país>>.
CRÓNICA DE SOCIEDAD (urbi et orbi)
- Lisa Gherardini del Giocondo (1479-1542), alias “La Gioconda” (La alegre) murió en el convento de Santa Úrsula de Florencia, parece que de sífilis según últimas investigaciones. El remedio de la época para esta enfermedad era “el agua de caracol”; obtenida cociendo dichos moluscos.
- Hasta la construcción de los grandes edificios de Nueva York, el término rascacielos se empleaba para designar banderas de barcos, ciertos golpes de tenis o algunos tipos de chisteras.
- Los mongoles practicaban una costumbre conocida como “medirse contra el eje”, en la que cualquier prisionero varón que fuera más alto que el centro de la rueda de un vagón era decapitado.
- Durante el imperio romano, se declaraban liberadas de la tutela masculina a las mujeres ingenuas, es decir, aquellas nacidas libres que nunca habían caído en la esclavitud y habían parido tres hijos, así como a las libertas que hubieran parido cuatro o más.
- Los romanos prestaban sus mujeres a los amigos que no podían tener hijos.
- En la ceremonia de los esponsales (sponsalia), se colocaba a la novia -aún una niña- un anillo en un dedo, llamado anular desde entonces, porque se creía que de él partía un nervio que iba directo al corazón.
- Los “blúmers” eran unos pantalones muy anchos que algunas mujeres valientes usaron para montar en bicicleta, provocando un escándalo mayúsculo. Los sacerdotes dedicaron sermones a resaltar lo pecaminoso del asunto; a las profesoras se les prohibió llevarlos a la escuela y a la aristócrata lady Haberton se le impidió entrar a una cafetería por llevar puesta esta prenda.
- Los médicos ingleses victorianos consideran el ciclismo una actividad perjudicial para el organismo femenino al considerarlo más débil que el masculino. Creían que podía causar esterilidad y trastornos nerviosos.
- Los manuales de la época victoriana dejaban muy claro que lo último que debía hacer una dama en la calle era escandalizar a los viandantes. Andar deprisa era un signo de mala educación, lo mismo que hablar alto o mover los brazos lejos del cuerpo. Por este motivo, una mujer que montaba en bicicleta se convertía en alguien de “dudosa moral”.
- El emperador romano Sexo Vario Avito Basiano recibe su apodo Heliogábalo de la latinización del nombre de un dios sirio, donde nació, llamado El-Gabal, un dios solar representado por un meteorito (como la Kaaba de La Meca). Entre sus muchas curiosidades -excesos, según otros- están su época como hieródula o prostituto sagrado del citado dios y la creación de una organización paramilitar encargada de localizar por todo el imperio y llevar a la corte a los llamados “onobelos”, hombres dotados de penes más grandes de lo habitual, con los que el emperador actuaba como mujer y prostituta. Algunos se convirtieron en sus maridos, como Hierocles, auriga turco, y Aurelio Zotico, atleta griego.
- En el 41 d.C., el emperador Tiberio Claudio publicó el edicto Flatum crepitumque ventris in convivio mettendis para regular la expulsión de gases tras observar que algunos romanos fallecieron con terribles dolores intestinales por no ventosear en su presencia.
LA BIBLIOTECA INFINITA
TÍTULO: La criatura de la ciénaga.
AUTOR: Morgan Philbiylly
EDITORIAL: Black Mask, L.A., USA
ARGUMENTO: El pacífico inmigrante alemán Rudolf Pfinzer se convierte en el asesino en serie más sanguinario de la historia de la Unión por culpa de un desengaño amoroso y una infancia traumática en su Pforzheim natal, localidad anclada en el länder de Baden-Wurttenberg. Parece ser que su madre quería una niña, y le vistió con prendas rosas hasta que alcanzó la adolescencia.
La responsable de su metamorfosis es la hermosa -y coqueta- Gerda Sturzenegger, jovial camarera de una típica taberna de Oberstaufen, a la que declaró su amor incondicional tras ingerir quince litros de cerveza. La joven, que el autor no describe para evitar la lubricidad de sus lectores, se siente halagada; pero imposibilitada de complacerle, pues convive con la celosa Frau Brunhilde Ackermann; a la sazón, dueña de la taberna bávara donde trabaja la gentil Gerda. Enloquecido, Rudolph arroja a su amada a un tonel de cerveza de doscientos litros; repitiendo, sin saberlo, la original tortura medieval conocida como “John Burleycorn”.
Perseguido por las autoridades, emigra a Estados Unidos como polizón en un carguero turco; donde recibe el cariño de la tripulación tras ser descubierto . En su nuevo país, cambia su nombre por Ralph Reborn (renacido), y trabaja en una refinería petrolífera de Gleenpool (Oklahoma). Con el primer sueldo, alquila una apartada casita baja en las cercanías de la Ciénaga del Diablo, o Devil’s Swamp, donde lleva solo a mujeres cuyo nombre empieza por la letra G y arroja al cenagal tras ultrajarlas y aterrorizar con un disfraz de monstruo feísimo. Las desapariciones se suceden durante varios meses hasta que le atrapa el sagaz inspector Rick “Lynxeyes“ Bannon, disfrazado de una mujer fascinante llamada Gertrude Brannigan. El relato concluye, cuando Ralph Reborn descubre, escandalizado, la verdadera personalidad de su querida Gertrude y un grito desgarrador resuena en la noche….
GÉNERO: novela negra.
FRASEOLOGÍA
- Los que no tienen cualidades se dedican a la política.- (Andrea Camilleri, autor italiano).
- Si no tienes arte ni parte, juégate las cartas en política- (“ “ “).
- Estos chicos son lo más nuevo que hay, hablan con los aparatos y no con las personas, y ni siquiera te conocen, no saben quién eres, y, si lo saben, les importa un pito; puede que ni siquiera se conozcan entre sí.- (“El perro de terracota”, Andrea Camilleri).
- Nunca hubo en la cárcel tanta gente buena.- (Mariano Rajoy).
- Leer es escuchar. Escuchar es aprender.- (Yo).
- El cuerpo de una mujer tiene más poder que la experiencia y la conveniencia.- (“Filomeno, a mi pesar”, Torrente Ballester).
- La crisis moral del siglo XIX no ha hecho más que ceder su lugar a la bancarrota espiritual del siglo XX. Es el “tiempo de los asesinos”. La política se ha convertido en un negocio de pistoleros.- (Henry Miller).
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