EL CANDIL
NÚMERO 18 ANNO II
PRIMERA CLARIDAD
El pasado veinte de febrero Juan Carlos Unzué, enfermo de ELA, exportero de fútbol en el Barcelona, Sevilla y Osasuna, internacional varias veces, habló en el Congreso de los Diputados en una reunión acordada tres meses antes en representación del colectivo de afectados de dicha enfermedad para solicitar más ayudas y la aprobación definitiva de una ley, estancada en dicho Congreso desde hace dos años, que facilite la vida diaria de estos pacientes. Estuvieron presentes cinco diputados de los trescientos cincuenta que componen el hemiciclo, lo que da idea del gran interés que este tema suscita entre sus señorías. Dado el progresivo deterioro que conlleva esta enfermedad, sus afectados necesitan cuidados continuos que generan grandes gastos que no todos pueden afrontar y necesitan centros y personal especializados en su dolencia para que puedan tener una vida digna hasta su inevitable fallecimiento. El recuerdo del compañero Ignacio sigue vivo en muchos de nosotros. Los señores diputados han demostrado estar más pendientes de quién gana y quién pierde en determinada comunidad, quién amnistía y quién no, quién insulta más y mejor, que en atender las necesidades de sus conciudadanos; aunque resulten onerosas, aunque supongan un gasto a fondo perdido por la inevitable desaparición de sus beneficiarios. Sus señorías han desaprovechado una buena oportunidad para demostrar que les importa algo más que sus privilegios, sus partidismos, sus egoísmos, su soberbia, su irresponsabilidad y... su ombligo. Es decir, nos han demostrado lo que defienden realmente.
SEGUNDA CLARIDAD
TERCERA CLARIDAD
- El pueblo chino es conocido por muchas habilidades, entre ellas las refinadas torturas que infringían a los condenados. Hoy les presentamos la conocida como lingchi o muerte de los mil y un cortes o muerte de los cien pedazos, empleada hasta 1905 para ejecutar a siervos que hubieran matado a sus amos o en casos de lesa majestad. Consistía en, una vez atado a un poste u desnudo el reo, que el verdugo le infringía entre cien y tres mil cortes superficiales que no le mataban, pero le producían las consiguientes hemorragias, por lo que se desangraba lentamente. Después, lo desmembraba, cortaba oreja, narices y genitales y arrojaba los despojos a los pies del condenado aún vivo. En algunos casos, sus familiares lograban sobornar al verdugo o a los guardias presentes para que le suministraran opio que mitigase su terrible sufrimiento. El tormento finalizaba con la decapitación o la extracción de algún órgano vital como el corazón. También se practicó a extranjeros como el misionero español Fray León de San José al que capturaron unos piratas que condenaron a trabajos forzados. Durante su cautiverio intentó convertir a los demás presos y a sus captores que, en agradecimiento, le sometieron al tormento citado y, después, arrojaron su cuerpo al mar.
Conocida como “La Mulata de Córdoba” resultó acusada de hechicera, porque curaba con sus manos. Corría el año 1600. La Inquisición la condenó a encierro. En la pared de su celda, dibujó un barco con un carboncillo que halló en el suelo. Terminado el navío, se desprendió del muro y salió a mar abierto con su tripulante exprisionera.
CUARTA CLARIDAD
Valle Inclán fue enemigo íntimo de Echegaray por su concepción contraria del teatro. Para Valle, Echegaray representaba la tradición y la antigüedad teatral; mientras que, para Echegaray, Valle era un radical que quería destruir el teatro. Cuando concedieron el Premio Nobel a Echegaray, Valle fue una de las voces más críticas contra el galardón como lo demuestran las siguientes anécdotas.
- Estando Valle-Inclán en su habitual tertulia de café, vio entrar al hijo de Echegaray.
Alzando la voz comenzó a decir que Echegaray no tenía talento, y que estaba obsesionado con la infidelidad matrimonial, ya que siempre incluía en sus obras maridos cornudos y mujeres infieles.
El hijo de Echegaray, molesto, le dijo:
"¡Más respeto, que está usted hablando de mi padre!"
A lo que Valle-Inclán respondió:
"¿Está usted seguro de que es su padre?".
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- Tras ganar el Nobel, en Madrid, renombraron una calle José Echegaray. Para mala suerte de Valle-Inclán, en ella vivía un gran amigo suyo.
Cada vez que don Ramón le escribía cartas a su amigo, en la dirección ponía "calle del Viejo Idiota". ¡Y las cartas llegaban!
A raíz de esto, Valle-Inclán afirmaba que Madrid tenía el mejor servicio de correos del mundo.
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- Ya en su lecho de muerte, Valle Inclán necesitaba una transfusión de sangre. Al enterarse que se había presentado como donante Echegaray, se negó a recibirla, porque decía que esa sangre estaba llena de gerundios.
QUINTA CLARIDAD
"Uno de los grandes problemas de la Humanidad es que muchas personas están escolarizadas, pero pocas educadas".- (Thomas Moore o Tomás Moro, decapitado por orden de Enrique VIII).
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